Indiferencia- El resguardo del desamor de un corazón (Es/En)

Feliz tarde queridos amigos de Hive. Los saludo con mucho cariño, deseando de todo corazón que se encuentren bien. Es un placer escribir en esta hermosa comunidad. Me sumo a la cantidad de personas que han escrito sobre el tema del mes. La indiferencia no siempre es mala, hay ocasiones en las que es necesaria y ha servido de protección.

En esta ocasión les traigo una prosa poética en la cual la protagonista se vale de la indiferencia para proteger lo poco que queda de su corazón. Siendo los seres humanos tan complejos en cuanto a sentimientos y emociones es bueno darle el beneficio de la duda a aquellas acciones que no parecen ser tan positivas, sin embargo, al ver el sentimiento que la precede, es posible que terminemos de parte de un sentimiento que parece ser un villano. Espero que puedan leer mi publicación y un sobre todo que la disfruten.

No había concebido en ningún recoveco de mi ser el poder llegar a amarte. Desde lustros atrás poseía tu amistad, una relación tan transparente que opacaba las aguas cristalinas del riachuelo más puro del planeta.

Amigos incondicionales; así lo sentíamos, lo respirábamos, lo palpabamos. Siempre tenías una solución para mis problemas, tus oídos eran mi refugio y tan solo tú presencia me reconfortaba. Alardee de conocer el mejor amigo que cualquiera desearía tener y con un afán desmedido cuide nuestra amistad.

No había distancia, tiempo o cansancio que impidieran que estuviéramos el uno para el otro en momentos adversos, en eventos llenos de alegría y hasta cuando nos ganaba el silencio. Te consolé en tus desdichas y tú en las mías, evaporabas mis lágrimas y yo anulaba tus frustraciones.

¡Amigos, somos amigos! Me repetí tantas veces esa oración para convencerme de que no había una ínfima ramita de romance, pero no funcionó. En mi ser germinó una secuoya de amor que iba más allá de una amistad. No podía controlarlo, crecía cada vez más a pasos agigantados. Quería detenerlo pero me arropaba, me asfixiaba, me desgastaba porque estaba segura que solo yo sentía ese intenso amor.

Ya no quería escucharte hablar de aquella damisela a la que deseabas conquistar, no soportaba ver en tus ojos la alegría cuando pronunciadas su nombre y mucho menos verte dibujar los múltiples paisajes que imaginabas caminar con ella. Me aplastaba saber que solo era tu amiga. Mi quebranto fue aumentando a una escala colosal, mis pupilas se debilitaban cuando te miraba y mis oídos se embotaban al escucharte.

Tristeza, llanto, impotencia, rabia, locura; una amalgama dañina se adueñó de mi entero ser y no tuve otra opción que refugiarme en la indiferencia. No podía verte, no podía escucharte, no podía hablarte; elegí apartarme y olvidarme por completo de la sublime amistad que se había convertido en una perenne agonía.

Ignorando lo que me ocurría, preguntabas una y otra vez qué me pasaba, no podía decírtelo. Queriendo ayudarme en un problema que desconocías me buscaste incesantemente pero mi corazón era otro; lleno de agujeros, tambaleante, desmoronándose permaneció en silencio. Un silencio que llamaste indiferencia pero que fue lo que sostuvo las pequeñas migajas que quedaron de un corazón enamorado.

English Versión

Happy afternoon dear friends of Hive. I greet you with much affection, wishing you well from the bottom of my heart. It is a pleasure to write in this beautiful community. I join the number of people who have written on the topic of the month. Indifference is not always bad, there are times when it is necessary and has served as protection.

On this occasion I bring you a poetic prose in which the protagonist uses indifference to protect what little is left of her heart. Being human beings so complex in terms of feelings and emotions it is good to give the benefit of the doubt to those actions that do not seem to be so positive, however, seeing the feeling that precedes it, it is possible that we end up on the side of a feeling that seems to be a villain. I hope you can read my publication and above all that you enjoy it.

I had not conceived in any nook and cranny of my being that I could ever love you. For many years I had possessed your friendship, a relationship so transparent that it overshadowed the crystalline waters of the purest stream on the planet.

Unconditional friends; we felt it, we breathed it, we felt it. You always had a solution for my problems, your ears were my refuge and only your presence comforted me. I boasted of knowing the best friend that anyone would wish to have and with an inordinate eagerness to take care of our friendship.

There was no distance, time or tiredness that prevented us from being there for each other in adverse moments, in events full of joy and even when silence won us over. I consoled you in your misfortunes and you in mine, you evaporated my tears and I annulled your frustrations.

Friends, we are friends! I repeated that sentence to myself so many times to convince myself that there wasn't a tiny twig of romance, but it didn't work. A redwood of love sprouted in my being that went beyond friendship. I couldn't control it, it was growing by leaps and bounds. I wanted to stop it but it tucked me in, it suffocated me, it wore me out because I was sure that only I felt that intense love.

I no longer wanted to hear you talk about that damsel you wanted to conquer, I could not bear to see the joy in your eyes when you pronounced her name and much less to see you drawing the many landscapes you imagined walking with her. It crushed me to know that she was only your friend. My grief increased on a colossal scale, my pupils weakened when I looked at you and my ears dulled when I listened to you.

Sadness, crying, helplessness, rage, madness; a harmful amalgam took over my entire being and I had no choice but to take refuge in indifference. I could not see you, I could not hear you, I could not speak to you; I chose to turn away and completely forget about the sublime friendship that had become a perennial agony.

Ignoring what was happening to me, you asked again and again what was wrong with me, I could not tell you. Wanting to help me in a problem you didn't know about, you searched for me incessantly but my heart was different; full of holes, staggering, crumbling, it remained silent. A silence that you called indifference but that was what sustained the small crumbs that remained of a heart in love.

La fotografía es de mi propiedad, tomada con un Realme 7i.

The photograph is my own, taken with a Realme 7i.