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Érase una tarde lluviosa, «como la que vivimos hoy», en el pintoresco pueblo de #Freewritehouse. En ese pequeño pueblo había una singular cabra llamada Dorotea. Dorotea no era una cabra cualquiera; era terca como una mula y tenía un gusto peculiar por la música.

Los aldeanos a menudo encontraban a Dorotea, encaramada en lo alto de la colina, moviendo la cabeza al ritmo de melodías que solo ella podía oír. Ese día, en particular, la lluvia había marcado un golpe rítmico, una sinfonía natural que parecía inspirar a Dorotea. Los truenos y los relámpagos parecían llevar el compás.

#Freewritehouse es un pueblo pintoresco que parece surgido de las páginas de un libro de cuentos, de poesía, de todo tipo de aventuras, llamado Hive. Ubicado entre colinas y prados verdes, es un lugar donde el tiempo pasa a un ritmo pausado y el aire siempre está lleno del dulce aroma de las flores silvestres. Y cuando llueve, el petricor inunda mágicamente el lugar.

El corazón de #Freewritehouse es una céntrica plaza adoquinada, rodeada de encantadoras tiendas y cafés. Cada tienda, la que decidieras visitar, disponía de cestas colgantes repletas de flores. La única panadería del pueblo, con sus aromas mantecosos, se mezclan con los aromas de rosas y azucenas, de la floristería. Difícil distinguir un aroma de otro.

Las cabañas aledañas con techo de paja salpican el paisaje. Sus jardines son un derroche de color y vida. Los aldeanos orgullosos de sus hogares, pintan sus puertas en tonos brillantes y mantienen los alféizares llenos de plantas en macetas.

El parque del pueblo es un centro de actividad, donde los niños se persiguen unos a otros y los viejos amigos comparten historias en bancos bajo la sombra de altos, frondosos y centenarios robles. Un pequeño arroyo serpentea y su suave murmullo es un telón de fondo constante para la sinfonía diaria del pueblo.

En las afueras, las granjas se extienden como colchas de retazos, con campos de trigo dorado meciéndose con la brisa y ovejas pastando perezosamente. Los bosques de los alrededores son un paraíso para los aventureros, con senderos que prometen la emoción del descubrimiento.

— ¡Ah, qué día tan espléndido para una serenata! Dorotea balaba, para diversión de los aldeanos que pasaban.
— ¡Esa cabra tiene más ritmo en sus cascos que toda la banda del pueblo! La señora Rosiry «@chironga67», la experta pastelera, se río mientras lo miraba.

A medida que la lluvia se intensificó, también lo hizo la actuación de Dorotea. Comenzó a tararear una melodía, tan, pero tan pegadiza que hasta los gorriones se detuvieron a escuchar. La canción era una vieja melodía de pueblo, “Chachachá”, conocida por sus ritmos animados e imposible de resistir, incluso para los más solemnes.

Dorotea, sintiéndose particularmente aventurera, ¡libre!, decidió añadir su propio estilo a la canción interpretada por las grises nubes que descargaban sus sutiles gotas sobre el basto pueblo. Con un salto y otro salto, bailó, chapoteando en los charcos, mientras sus cascos mojados tintineaban como castañuelas de danzas españolas.

— ¡Dorotea, cabra testaruda, sal de la lluvia ahora mismo! En ese momento, el Sr. Landis «@lecumberre», granjero amo de Dorotea, se acercó con un paraguas en mano y con el ceño fruncido.


Pero a Dorotea no le importaba saber nada de eso. Con un brillo travieso en los ojos, saltó alrededor @lecumberre, quien no pudo evitar reírse de lo absurdo de todo aquello.

— Está bien, tú ganas. Admitió el Sr. Landis golpeando el piso, al ritmo con el pie. —¡Pero solo si compartes tu baile con el resto de nosotros! Afirmo.

Y así, los aldeanos se reunieron, formando un círculo alrededor de Dorotea. Juntos bailaron el “Chachachá”, mientras sus risas se mezclaban con el compás que la lluvia imponía, haciendo batuta a la melodía del canto de una cabra testaruda.

Cuando el sol se asomó entre las nubes, un arco iris se arqueó en el cielo, un crescendo perfecto para una tarde llena de música. La alegría y el espíritu inquebrantable de una cabra que unificó a los aldeanos de #freewritehouse fraguaba ese día.

Pero es que, #Freewritehouse es más que un simple lugar; es una comunidad unida por alegrías y tristezas compartidas, donde cada usuario es familiar y cada saludo es cálido. Es un pueblo que canta sobre la sencillez y la armonía, un lienzo perfecto para historias de amor, misterio, poesía, sencillamente, la riqueza de la experiencia humana.



A partir de ese día, cada vez que llovía, los aldeanos de #Freewritehouse se congregaban en la colina, donde Dorotea estaría esperándoles, lista para guiarles en un baile que celebraba la alegría de un día lluvioso. Naciendo así la famosa danza de la lluvia en muchas culturas. Sí, la danza de la lluvia, la creencia antañona, «espíritus de la lluvia o deidades relacionadas con el agua». Donde los aborígenes la practicaban para implorar a los dioses por lluvia y asegurar buenas cosechas.




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CRÉDITOS:




Dedicado a todos aquellos que contribuyen, día a día, a hacer de nuestro planeta, un mundo mejor.









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Que simpática y divertida historia de esa cabra loca, jejeje. Me entretuve de principio a fin. Definitivamente, tienes el arte de la historia y manejas muy bien la diagramación. Felicitaciones.

!gifs well done

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Gracias por tus palabras. Me alegra saber que te ha gustado. Un abrazo en la lejanía lleno de bendiciones.

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Mientras leía su historia imaginaba que Dorotea es la cabra que se para todos los días frente al portón de mi hermano a pedirle agua, se lo conte a mi esposo y el no le creía hasta que el mismo lo vio, gracias @amigo ponc por incluirme en sus historias y hacer volar mi imaginación, saludos 🤗☺️

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Je, je, je, a su puerta llega una cabra, es realmente interesante que se haya identificado. Todo ha sido imaginación con algo de picardía. Bendiciones.

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