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Quiero iniciar esta publicación, dando las gracias a todos los usuarios que han leído las publicaciones anteriores y han compartido lindos comentarios.

Esta parte de la historia inicia con una reflexión que aprendimos en la clínica mientras a mi padre le colocaban su tratamiento. Al Cáncer no lo llamaban así, sino que lo silenciaron, ningun paciente o enfermera hablaban de él por su nombre, por ello yo la identifiqué como "la enfermedad inonmbrable".

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Una historia de amistad

Se pasa tanto tiempo en la clínica que uno el acompañante del paciente empieza a hacer amigos, y los pacientes también, allí se escuchan grandes historias y entre ellas encuentras muchos deseos de vivir, puedo recordar a Don José, un señor que por cariño yo le puse el nombre de don, porque tenía una voz fuerte y aunque era pequeño de estatura era un señor de caracter.

Don José, todos los días tenía un chiste, era muy jovial y cariñoso, además hizo una hermosa amistad con mi papá era su compañero de sala, siempre llegaban temprano y juntos le colocaban el tratamiento, solo con una diferencia Don josé desconocía el porqué de ese tratatmiento y así todos los que sí sabíamos mantuvimos el silencio.

En la clínica a mi papá se le ocurrió celebrar mi cumpleaños, porque pese a lo que vivíamos no podíamos dejar de celebrar, por ello invitamos a los que estaban ese día de tratatmiento y me cantaron el cumpleaños.

Me encantaría poder contar que la historia de amistad de mi papá con Don José fue duradera, pero no fue así, la enfermedad innombrable cobró su primera victima sin terminar su tratamiento. Una mañana Don josé no llegó y fue un momento muy triste.

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Camino a la sanación

Luego de sobreponernos a la triste noticia de la pérdida de Don Jósé, mi padre continúo con sus actividades diarias de tratamiento que el mismo se fijó como era, una caminata diaria en el paseo del Lago, recuerdo que lo hacía lento con varios períodos de descanso pero lo hacía, también practicaba en casa ejercicios de respiración y concentración.

Mi padre siempre ha sido nuestro ejemplo de vida sana, además que su actitud ante la vida es de alegría, por ello afrontar esta enfermedad fue todo un reto, físico y mental, que no iba hacerlo rendirse sin dar pelea.

Siempre mantuvo su buena actitud y su sonrisa, muchas veces caminamos juntos cruzando el estacionamiento de regreso a casa y puedo recordar que me decía, "hija aún yo puedo caminar, no te preocupes" pero yo siempre salía cerca de él para que supiera y que allí estábamos todos con él.

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4 meses de tratamiento

Este tiempo nos hizo más fuertes como familia, todos teníamos una tarea que con amor realizámos, mi mamá era la encargada de la comida y todo la alimentación sana, además esta nuestra reina de la energía, siempre nos esperaba en casa con una sonrisa y con tanto amor que se podía sentir en su beso, abarazo y bendición de recibimiento.

Esos 4 meses fueron intensos, tuvimos que mudarnos a otro Estado y además adaptarnos a conocer cosas nuevas, por ello el apoyo de la familia fue muy valioso, los que se quedaron en casa aportaban todos su grano de arena desde la distancia y los que estabamos en el sitio, asumimos todos nuestro papel con amor.

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Esta parte de la historia la llamaré: El regreso a casa

Luego de culminar el tratamiento, el último día agradecimos a todos por su atención y su inmensa calidad de seres humanos, agradecer era necesario luego de pasar tantas horas y que mi padre saliera vivo de esa experiencia.

Al disponernos a llegar a casa el otro equipo de la familia ya tenía todo organizado para hacer el regreso lo más placentero posible, porque mi padre aún estaba con malestares, porque ahora empezaría la otra parte y era que el cuerpo respondiera a la quiometaria y a la radioterapia, porque no habíamos salido todavía de esta situación, pero si estabamos con fortaleza y con fe de que lo haríamos. Antes de irnos tuvimos un poco de tiempo para que mi papá visitara la Basílica, porque la fe siempre mueve montañas y mis padres no dejaban de rezar.

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Nos despedimos de Maracaibo, dando las gracias y reforzados en esperanzas. Cuando llegamos a Caracas para la consulta con nuestro Angel el doctor de Cabeza y cuello, nos dijo, ya estan aquí, y vamos bien, muy bien, todavía es muy pronto para confirmar que ya no hay enfermedad, pero tu papá va muy bien.

Con esas buena noticias seguimos nuestro camino, eran más de 1000 kilómetros en auto y con mucha historia que contar.

LLegamos a casa y fue muy hermoso toda la familia estaba esperando con una deliciosa comida, y con el chinchorro de mi papá presente el cual extrañaba mucho, la sonrisa de mi padre era hermosa, y aunque no podía hablar no hizo falta, porque con facilidad se podía entender y ver su cara de felicidad al igual que la de mi mamá. Dos guerreos que al llegar a casa de manos agarradas se abrazaron como diciendo aquí estamos con todos nuestros hijos.

La esperanza

Si atraviesas alguna enfermedad, intenta no dejarte vencer y has todo lo que puedas hacer para mantener tu cuerpo y mente enfocados en la sanación, cultiva una actitud positiva y habla con la familia, porque juntos serán más fuertes.

Hoy en día mi papá recuperó si habla, y la estrenó con un poema que le dedicó a esta experiencia que vivió. Fue una bendición poder escucharlo nuevamente y más aún cuando puedo decir que hoy continúo haciendolo porque lo disfruto todos los días y le agradezco a Dios por tenerlo conmigo, y como el mismo dice "hija mi vida extra" este cupón extra que me han dado lo debo disfrutar más que antes por ello me dispondré a disfrutar de cada momento como siempre pero hoy mucho más, porque la vida es bella.

Gracias a todos por leer y acompañarme con esta historia de amor.

Con mucho cariño
Angelica7

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Extra life, after Cancer (Part 3)

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Extra life, after Cancer

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