Tal como dice la imagen, bienvenidos a Cepe, pueblo y tierra de pescadores, una joya oculta en el Caribe, pero hoy la atención no es para Cepe, la atención de mis palabras y este post no es para la playa donde duermo y despierto todos los días. Hoy mi post es un poco divertido, y va más allá de mis experiencias vividas en las costas de Aragua de mi bella Venezuela, me tomé el tiempo para presentar las anécdotas de un lindo amiguito que también es habitante de Cepe al igual que yo, visita esta hermosa playa todos los días igual que yo, y sí, por qué no, él también es una encantadora criaturita que disfruta de la atención de las personas y de la cámara también.

Les presento a Brandy un cachorrito de raza desconocida para mi. Este amiguito tiene aproximadamente cuatro meses de edad, y es por casi la mascota de la playa en Cepe. Es realmente cariñoso y muy tierno, creo que la imagen habla por sí sola. Sorpresivamente Brandy tiene dueño, una pareja que vive cerca de la playa con sus hijos, y aunque siempre están al pendiente de Brandy, él siempre consigue escaparse para tener un día de playita y aventuras. Es gracioso verlo corretear por la playa, parece que le gusta mucho los niños, nunca es agresivo e incluso siempre va en busca de otros compañeros de juego, sean personas o no. Brandy no es más que un simple perrito que le gusta jugar y correr, pero en mi opinión tiene algo que te hace quererlo, quizá sean sus ojos coloridos, o su expresión inocente, o esa mirada tan elocuente. Suena un tanto gracioso pero la verdad es que Brandy consigue hacerte reír con solo verlo en sus andanzas.

No importa el lugar ni la hora, mientras Brandy consiga coco que comer. Ese día la brisa estaba fuerte en la playa pero este cachorrito consiguió un sitio súbito solo para él, encima de las redes de pesca. Algunos pescadores no le tienen mucha paciencia y es gracioso cuando lo ahuyentan de las redes y luego de unos segundos vuelve al mismo sitio. Sabe que lo van a regañar, sabe que lo van a correr del sitio pero él vuelve con su coco en el hocico meneando la cola y se echa como un ganador. Muy temprano en la mañana lo ves seguir a su dueño que sale de prisa a pescar, por lo general Brandy solo llega hasta la orilla de la playa y se va cuando su dueño se retira en la lancha, otras veces Brandy pareciera que se queda nostálgico o simplemente no acepta que su dueño va a trabajar. He sido testigo de cómo se zambulle en el agua intentando alcanzar a su dueño, cuando entiende que es imposible su misión regresa a la orilla derrotado hasta que su mente se distrae en cualquier otra cosa, puede ser alguna persona llamándolo o algún otro perrito que se acerca, en cualquiera de los casos Brandy siempre es Brandy, un perrito que solo quiere jugar y comer.

Este amiguito me hace recordar mi infancia, siempre le pedía a mis padres por un perrito, y es que ¿A quién no le gustan los perros, y más un cachorro? Pero no pude tener una mascota hasta que nos mudamos a una casa más grande y con un jardín donde mi hermano y yo pudiésemos jugar con una mascota. Hoy a mis 29 años miro al pasado y sonrió al recordar aquellas mascotas que tuve, y fueron con variedad, desde conejos, loros, peces, hamster, gatos y perros, y hoy en día sigo sintiendo a mis mascotas como parte de mi familia. Brandy no es mi mascota pero el cariño que se le puede dar a un animal, en mi opinión, te define como persona y proyecta tus verdaderos sentimientos y emociones, y es que hay personas que dañan a los animales por gusto o por ocio y otros sufren con el sufrimiento de ellos. Fue un tanto difícil captar la atención de Brandy, es muy inquieto y nunca para de jugar, debí ofrecerle coco para que pudiese mirar a la cámara, mi esposo Jorge, chasqueó sus dedos en varios intentos buscando que Brandy se quedase quieto y me permitiera tomarle una simple foto, el proceso de fotografíar a Brandy tomó un poco más de lo que creí sería, él pensaba que queríamos jugar las tomas salieron malas y movidas y en el proceso de borrar las fotos para volver a tomar otra Brandy mordisqueaba mis pies en busca de juego.

Está toma fue una de las que más me gustó, llegó un momento en que se cansó de jugar tanto que se recostó por un momento, un poco de coco frente a él y logré está foto donde se aprecia el color de sus ojos, está acción fue divertida porque Brandy se arrastraba hacia la cámara en busca del coco y yo debía moverme con pasos rápidos hacia atrás buscando la toma perfecta. Todos conocen a Brandy, es sólo un perrito juguetón que prefiere vivir su vida muy saltarina y siempre en la playa, a sus dueños no les preocupa que le pueda suceder algo, nadie va a lastimar a Brandy, solo uno u otro regaño por comer encima de las redes o a veces mordisquearlas. Los turistas que llegan a Cepe también se llevan un grato recuerdo de Brandy, lo dejan acercarse a ellos y él solo tiene que mirarlos con esos ojos llenos de ternura y menear un poco la cola para conseguir golosinas, es un perrito muy inteligente y aún le falta por crecer.

Si te gustan mis post y todo lo que comparto en ellos te invito a seguirme y disfrutar de otras de mis anécdotas o relatar las de alguien más, así como Brandy.