El poder de la palabra en tiempos de pandemia

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Hola, amigos de esta prestigiosa comunidad.

Desde que comenzó este período de pandemia me ha estado llamando la atención el papel que juegan las palabras para acrecentar o disminuir el miedo en momentos de enfermedad.

Todos sabemos que cuando nos sentimos mal de salud estamos más vulnerables; pero si lo que tenemos está relacionado con el virus de moda, o sea, un problema de asma, una gripe, una alergia o cualquier otra sintomatología que tenga que ver con la respiración, o incluso el virus como tal, podemos ponernos aún más susceptibles nada más de escuchar las recomendaciones que pueda darnos algún conocido.

Una de las palabras que ha captado más mi atención es «cuídate». Esta tiene un trasfondo negativo que ya veníamos manejando en ejemplos como los siguientes: «cuídate y no saques el celular en el autobús, te pueden robar» o «cuídate de los motorizados en la calle tal», solo dos ejemplos, pero hay muchos más que han ido creando una especie de paranoia en mucha gente.

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Entiendo que la intención de quien la expresa no es para nada negativa, todo lo contrario, está manifestando el deseo de que la otra persona esté bien. La palabra se ha generalizado como una forma de despedida y ha ido calando poco a poco.

Generalmente «cuídate» o «cuidado» se suelen utilizar para advertir acerca de algún peligro real donde la persona tenga que estar muy atenta: «cuidate de las abejas», «cuidado con ese cable de energía eléctrica», «al cruzar en la esquina cuídate de los carros», por eso también, cuando la escucho me trae la sensación de que un peligro muy grande me asecha.

Ahora en medio de esta pandemia la responsabilidad de contraer el virus, transmitirlo y curarse es de cada uno, estamos frente a un virus agresivo del cual hay que cuidarse, estar atentos, tomar las medidas necesarias. Pero ya hemos visto que aún así mucha gente se ha contagiado, inclusive personas del área de salud que tienen mayor esmero en las medidas de bioseguridad.

Ahora bien, me pregunto y te pregunto, amable lector, ¿qué sentido tiene pedirle a quien ya tiene consigo los malestares del Covid, en su etapa activa o post contagio, que se cuide, y a veces para ser más incisivo, que se cuide más? ¿No es acaso una manera de agregarle cierta negligencia por haberse contagiado? ¿Para qué decir cuidado con el perro bravo después de que este ya ha mordido?

Quien ya está, de alguna manera, preocupado o asustado por su salud no le ayuda nada esta recomendación, si además, viene seguida de una lista de ejemplos de lo que le ha ocurrido al amigo de mi amigo, y a mi primo,a un vecino y al otro y al otro, todas esas historias pueden ser el detonante para una subida de tensión sobre todo si se trata de una persona mayor.

La palabra tiene poder, podría mejorar el ánimo si en vez de decir «cuídate» dijera ejemplos de soluciones afortunadas, y según el grado de confianza, «quédate tranquilo que voy a cuidarte», o "cuidaré a los niños para que tú descanses» sería muy diferente el efecto.

Aún estoy con las secuelas del Covid y me ha servido cuando una amiga me ha dicho: "a mí me ayudó mucho hacer esto o lo otro" y no el "no hagas tal cosa que es peligroso", lo mejor es estar tranquilos y no manejarnos con el miedo como principal invitado.

Escuchar buenas conversaciones, buena música una buena lectura y una buena película pueden ayudar a distraer y evitar que el miedo deteriore el sistema inmunológico.

Que tengas excelentes momentos.

Gracias por tu lectura

Mi contenido es original
Imagen principal diseñada en canva.com con contenido gratuito de pixabay.

Fuentes:

Partituras

Pareja

Enfermera

@charjaim



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