It was a world without flowers, arid lands everywhere. Artists painted pictures in shades of ochre, brown and black. It was the forcibly learned normality. Adults adopted the fashionable disease, it was better not to remember. A little girl playing with a doll made of plastic bottles peeked one day into the ravine, where she was not allowed to play, restless noticed that behind a hill, some small plants with perfect tiny flowers of blood and sun showed shyly, fearful of their heritage as an invasive plant. There was hope.

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This is my entry to the strange Number 24 contest proposed by @saulos which you can read here.

Thank you very much for the prize in the previous contest.

My content is original
The image is one of the submissions in the contest

I have translated with DeepL

Versión en Español

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Era un mundo sin flores, tierras áridas por doquier. Los artistas pintaban cuadros en tonos ocre, marrón y negro. Era la normalidad aprendida a la fuerza. Los adultos adoptaron la enfermedad de moda, mejor era no recordar. Una niña que jugaba con una muñeca hecha de botellas plásticas se asomó un día al barranco, donde no le permitían jugar, inquieta notó que detrás de una loma, unas plantas pequeñas con perfectas flores minúsculas de sangre y sol se mostraban con timidez, temerosas de su herencia como planta invasora. Había esperanza.

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Esta es mi entrada al extraño concurso Número 24 propuesto por @saulos el cual puedes leer aquí

Muchas gracias por el premio en el concurso anterior.

Mi contenido es original
La imagen es una de las propuestas en el concurso
He traducido con DeepL