Al este del Edén: una épica sobre el bien y el mal

Fotografía de mi galería personal

La semana pasada subí la reseña de la película basada en esta novela de John Steinbeck, escritor norteamericano ganador del Premio Nobel de Literatura (igual que William Faulkner y Ernest Hemingway), uno de mis autores favoritos de los Estados Unidos y creador de obras increíbles como La perla, De ratones y hombres y la también icónica Las uvas de la ira. Para leer la reseña de la adaptación cinematográfica de esta novela hagan clic en el siguiente enlace East of Eden (1955): la lucha entre la virtud y el vicio

Tal como lo comento en esa entrada, la película abarca unícamente la última de las cuatro partes que conforman la novela, razón por la cual el papel abarca no sólo más personajes sino también un período de tiempo más extenso, iniciando en el siglo XIX y terminando con la Primera Guerra Mundial en 1918.
La primera parte habla sobre el valle de Salinas, sus características, su origen y cuenta que el abuelo del autor llegó a King City en 1870. Se llamaba Samuel Hamilton y junto a su esposa Liza, llegó como muchos otros inmigrantes que se hallaron con extensas hectáreas de tierra estéril. Samuel era buena persona, risueño, sabio, respetado por sus semejantes, montó una herrería y trillaba trigo. En medio de ese valle de la muerte, lograron sobrevivir y criar nueve hijos: George, Will, Tom, Joseph, Una, Lizzie, Dessie, Olive (la madre del autor) y Mollie. Steinbeck introduce también entonces a Adam Trask, a su padre Cyrus y su hermano Charles. Adam no conoció amor, afecto ni cariño y eso afectó su carácter porque era más sensible que su hermano. Ambas familias, los Hamilton y los Trask, serán los protagonistas de la historia.

A ellos se suma la historia de Cathy Ames, una mujer que desde joven luchó contra la realidad y un destino que parecía querer aplastarla pero que sólo consiguió volverla más decidida y violenta. Siendo muy joven aún, Cathy asesinó a sus padres, quemó la casa, robó una caja fuerte y desapareció para reaparecer a los pocos días en la granja de los Trask, sin un centavo y moribunda a causa de una paliza que recibió.

Los años pasan, Cathy se casa con Adam y tienen dos hijos, Aron y Caleb, pero justo después del alumbramiento, Cathy dispara a Adam y huye de nuevo para irse a trabajar de prostituta en otra ciudad y bajo una nueva identidad. Aunque se recupera físicamente del disparo recibido en el hombro, Adam lleva durante años el dolor de la despedida, ¿por qué le disparó si él la amaba? ¿acaso ella no lo amaba a él? Durante muchos años Adam se aisla del mundo, recluido en su casa y en su propia persona, pero gracias al apoyo incondicional y la sabiduría de Samuel Hamilton y del criado chino de Adam, Lee, (dos de mis personajes favoritos de toda la novela) el hombre se recupera a tiempo de poder compartir la vida con sus hijos (esta última parte es la que se cuenta en la película). Uno creería que tras tantas desgracias, finalmente vendrá la felicidad, pero la rivalidad que existía entre Adam y Charles por el cariño y la aprobación de su padre se repetirá en Caleb y Aron, evocando la historia bíblica de los primeros hermanos de la historia, Caín y Abel (de hecho las iniciales de las tres parejas de hermanos son las mismas).

La violencia, lo salvaje, resolver las cosas con los puños, con una bala, la guerra, hablar con agresividad, con palabrotas, son los temas que rodean la exploración del alma humana que es Al este del Edén, cuyo centro es la interminable lucha interna del hombre que se debate desde siempre y para siempre entre el bien y el mal, entre la virtud y el vicio, la duda y la fe, lo correcto y lo conveniente, entre el ahora y la eternidad.

Como en otras de sus novelas, en esta también hay algunos pasajes que le ganaron a Steinbeck la crítica de sus contemporáneos quienes lo consideraban un traidor comunista por escribir cosas como esta:

“Da la impresión de que las riquezas son patrimonio de los pobres de espíritu, de los desprovistos de interés y de alegría”.

La ambición monetaria del hombre, la forma en que las instituciones financieras se aprovechaban de los menos favorecidos, las crisis económicas, la pobreza material frente a la riqueza de espíritu (y viceversa) son rasgos de varios de los personajes de las novelas de Steinbeck, incluida Al este del Edén, en la cual los personajes más conflictuados construyen riqueza a expensas de situaciones que desfavorecen a otros, como es el caso de la guerra, lo cual representa un dilema moral para otros personajes y para el propio autor.

Pero sus libros son mucho más que eso, son catedrales del alma humana y de esa permanente oscilación entre el bien y el mal. Hasta ahora he amado todo lo que he leído de John Steinbeck y lo recomiendo ampliamente porque siento que los escritores actuales ya no escriben como él, o como Faulkner, no por nada siguen siendo editados y publicados un siglo después de su irrupción en las letras universales, ¿alguno de ustedes ha leído algo de John Steinbeck? ¿qué otro libro suyo me recomiendan? Los leo en los comentarios.


Reseñado por @cristiancaicedo


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