Carlos está feliz jugando en el parque, corre de un lado a otro en competencia abierta con Miranda y Raúl, sus amigos preferidos, los tres tienen 7 años. El juego consiste en llegar hasta la entrada del parque, tocar la puerta, devolverse corriendo hasta el tobogán y lanzarse, aunque el juego es quien llega primero al tobogán, nadie lleva cuenta, sencillamente, cada carrera es independiente de la anterior, nadie gana ni pierde, solo es un juego. En una, Calos y Raúl llegan al mismo tiempo a la escalera del tobogán, Raúl empuja a Carlos y toma la delantera. Carlos, en fracciones de segundos pasa de la sorpresa a la rabia, va agarra a Raúl por la franela, lo empuja, lo tumba y allí comienzan a pelear.

Paula, la mamá de Carlos, que ha visto lo sucedido, corre y los separa. Agarra a Carlos por un brazo, molesta, le recrimina a Raúl y regañando a Carlos abandonan el parque. Carlos va llorando.

En este momento no vamos a juzgar las acciones, acá no es relevante si alguien tiene la razón o si es justo o injusto, Vamos a enfocarnos en el manejo de las emociones.

El manejo emocional

Educar a nuestros hijos en el manejo de las emociones es una de las tantas tareas que como padres nos corresponde. La educación emocional tiene unas características muy particulares, veamos algunas:

1.- Es continua. No basta con que un día le digas a tu hijo o hija tienes que actuar de esta manera o esta “mal” que lo hagas de esa forma. Es un trabajo diario y constante de aprendizaje cuyo insumo son las experiencias propias y ajenas que cada día se nos presentan.

2.- Se aprende con la práctica. Podemos darles a nuestros hijos interminables discursos sobre el manejo de las emociones pero, a la hora en que se presenta una situación concreta la manejamos como si no supiésemos nada del tema, como en el caso de Paula, Carlos y Raúl que, ante un hecho, los tres tienen la misma respuesta emocional. Y, es allí, en ese momento donde puede haber un aprendizaje significativo y, que como adultos, se supone que somos los indicados para ayudar a los niños a canalizar las emociones.

3.- Es para toda la vida. La educación emocional nos proporciona las competencias necesarias para el manejo de las emociones, unas competencias que en la medida que las vamos adquiriendo y desarrollando reforzamos la autoestima y tenemos una comunicación asertiva que nos lleva a ser más coherentes con nosotros mismos y a relacionarnos mejor con los demás, lo cual, indudablemente, va en beneficio de nuestra salud mental y bienestar general. En palabras más concretas la educación emocional es parte de aprender “El Arte de VIVIR”.

Los niños, en estas edades tempranas poseen gran plasticidad cerebral, por lo que es importante estimular su desarrollo integral, atendiendo las distintas áreas: lo cognitivo, lo afectivo y lo relacional. Ayudarlos en la adquisición de las habilidades que nos ofrece el conocimiento del manejo emocional es ofrecerles mayores oportunidades para ser felices, a disfrutar lo que la vida les ofrece y sobre todo, a reconocer y expresar lo que sienten en un momento determinado de tal manera que les permita manejarlo y no quedarse atascado en sentimientos no resueltos que pueden conducir a resentimientos y otras emociones que, en línea general, conducen, por la medida pequeña, al mal-estar.

Muchas veces nos preguntamos: ¿Cómo puedo ayudar a mi hijo o hija a manejar sus emociones? Hoy comparto contigo 3 pasos, que si no son infalibles por aquello de que todos somos distintos y que no hay recetas únicas, son en sí mismas un camino de crecimiento que aportan lo suyo para mejorar las relaciones con uno mismo y con los demás, que si nos ponemos a ver es uno de los mayores logros que cada persona puede tener en su vida. Vamos a ellas.

3 pasos para ayudar a mi hijo a manejar sus emociones

1.- No exijas lo que tú no das.

Para escribir este artículo, sentí la curiosidad de preguntarle a mi hija, que es psicóloga, cuál consideraba ella el punto más importante para ayudar a los niños a manejar sus emociones, su respuesta fue inmediata y contundente — ¡No exijas lo que tú no das! Y me parece que, efectivamente, es el primer paso para iniciar el camino del manejo emocional. No podemos enseñar aquello que no tenemos, si nosotros como adultos no sabemos manejar nuestras emociones cómo vamos a poder ayudar a los hijos.

En el caso de Paula, la del cuento, molesta con los dos niños pone fin al conflicto recriminando, regañando y con una salida abrupta del lugar. El mensaje acá es claro: no tienes derecho a molestarte, no me importa lo que origina el conflicto y la violencia es el medio eficaz para ponerle fin a una situación.

La manera en que tu manejas el conflicto es muchísimo más importarte que cualquier discurso sobre las emociones y cómo manejarlas.

Si uno como padre, ante una situación grita , arma pataleta, tira cosas o va dando portazos el niño va asimilando y comprendiendo que esa es la reacción apropiada a los sentimientos. Así que si deseamos transmitir a nuestros niños lecciones de manejo emocional comencemos con nuestras propias emociones, acciones y actitudes.

2.- Permite expresar

Darle al niño el espacio para que exprese lo que siente es ayudarlo a reconocer sus emociones, un punto clave para poderlas manejar.

En una conferencia escuché a Calos Fraga decir: —Detrás de una gran rabia hay una gran tristeza y detrás de una gran tristeza hay una gran rabia— Me pareció una gran verdad, y sirva la frase para ilustrar como a veces se nos puede confundir una emoción con otra, si esto nos sucede a los adultos, cómo será a los niños.

Ayudarlos a identificar sus emociones y sentimientos es un paso importante para saber qué hacer con ellas y manejarlas de la mejor forma posible. Así que escuchemos con atención lo que los niños nos dicen, no solo con sus palabras, sino también con sus acciones y actitudes.

Pensemos un poco en: ¿Qué sintió Carlos cuando Raúl lo empujó y cuándo su mamá lo llevaba fuera del parque toda molesta?; ¿Raúl, como se sentiría Raúl, que emociones llegaron a él?

3.- El tiempo fuera

El tiempo fuera es una estrategia que los docentes aplicamos con frecuencia para mantener la disciplina dentro del aula cuando un niño se salta alguna de las normas de convivencia establecidas, por ejemplo: al golpear a otro niño. Hoy en día es una estrategia muy extendida porque es perfecta para calmar las emociones. Acá encuentras información de cómo aplicarla de manera efectiva.

Si tu niño agarra una rabieta ponerlo en un tiempo fuera, es decir, sentarlo en una silla hasta que se calme puede ser lo más apropiado antes de querer pedirle explicaciones por su conducta o tomar medidas sin saber que es realmente lo que le ocurre.

Algo muy importante es tener en cuenta que el tiempo fuera no es un castigo es un breve tiempo que solo busca bajar las tensiones para luego proceder de la manera que consideremos más conveniente, por otro lado, es una forma didáctica para que el niño comprenda que es posible manejar las emociones.

In English

Carlos is happy playing in the park, running back and forth in open competition with Miranda and Raul, his favorite friends, all three are 7 years old. The game consists of getting to the entrance of the park, touching the gate, running back to the slide and jumping off, although the game is who gets to the slide first, no one is counting, simply, each run is independent of the previous one, no one wins or loses, it's just a game. In one, Calos and Raul arrive at the same time to the stairs of the slide, Raul pushes Carlos and takes the lead. Carlos, in fractions of seconds, goes from surprise to rage, he grabs Raul by the flannel, pushes him, knocks him down and there they begin to fight.

Paula, Carlos' mother, who has seen what happened, runs and separates them. She grabs Carlos by the arm, gets upset, reproaches Raul and, scolding Carlos, they leave the park. Carlos goes crying.

At this point we are not going to judge actions, it is not relevant here whether someone is right or right or wrong, we are going to focus on emotional management.

Emotional management

Educating our children in the management of emotions is one of the many tasks that we have as parents. Emotional education has some very particular characteristics, let's see some of them:

1.- It is continuous. It is not enough that one day you tell your son or daughter you have to act this way or it is "wrong" to do it that way. It is a daily and constant work of learning whose input are our own and other people's experiences that are presented to us every day.

2.- We learn by doing. We can give our children endless speeches on the management of emotions but, when a concrete situation arises, we handle it as if we knew nothing about it, as in the case of Paula, Carlos and Raul who, when faced with an event, all three have the same emotional response. And, it is there, in that moment where there can be a significant learning and, as adults, we are supposed to be the indicated ones to help children to channel emotions.

3.- It is for life. Emotional education provides us with the necessary skills to manage emotions, skills that, as we acquire and develop them, we strengthen our self-esteem and we have an assertive communication that leads us to be more coherent with ourselves and to relate better with others, which undoubtedly benefits our mental health and general well-being. In more concrete words, emotional education is part of learning "The Art of LIVING".

Children, at this early age, have great brain plasticity, so it is important to stimulate their integral development, taking care of the different areas: cognitive, affective and relational. Helping them in the acquisition of the skills offered by the knowledge of emotional management is to offer them greater opportunities to be happy, to enjoy what life offers them and above all, to recognize and express what they feel at a given moment in such a way that allows them to manage it and not get stuck in unresolved feelings that can lead to resentment and other emotions that, in general, lead, by the smallest measure, to bad-being.

Many times we ask ourselves: How can I help my son or daughter manage their emotions? Today I share with you 3 steps, that if they are not infallible because we are all different and there are no unique recipes, they are in themselves a path of growth that contribute to improve relationships with oneself and with others, which if we look at it is one of the greatest achievements that each person can have in his or her life. Let's go to them.

3 steps to help my son to manage his emotions

1.- Don't demand what you don't give.

To write this article, I felt the curiosity to ask my daughter, who is a psychologist, what she considered the most important point to help children to manage their emotions, her answer was immediate and forceful - Do not demand what you do not give! And it seems to me that, indeed, it is the first step to start the path of emotional management. We cannot teach what we do not have, if we as adults do not know how to manage our emotions, how are we going to be able to help our children.

In the case of Paula, the one in the story, annoyed with the two children, she puts an end to the conflict by reprimanding, scolding and leaving the place abruptly. The message here is clear: you have no right to get upset, I don't care what causes the conflict and violence is the effective way to end a situation.

The way you handle conflict is much more important than any talk about emotions and how to handle them. If you, as a parent, shout, throw tantrums, throw things or slam doors in a situation, the child will assimilate and understand that this is the appropriate reaction to feelings. So if we want to transmit to our children lessons of emotional management, let's start with our own emotions, actions and attitudes.

2.- Allow to express

Giving the child the space to express what he feels is helping him to recognize his emotions, a key point to be able to manage them.

In a conference I heard Calos Fraga say: -Behind a great anger there is a great sadness and behind a great sadness there is a great anger- It seemed to me a great truth, and the phrase serves to illustrate how sometimes we can confuse one emotion with another, if this happens to us adults, how it will be to children.

Helping them to identify their emotions and feelings is an important step to know what to do with them and manage them in the best possible way. So let's listen carefully to what children tell us, not only with their words, but also with their actions and attitudes.

Let's think about: What did Carlos feel when Raul pushed him and when his mom took him out of the park all upset; Raul, how would Raul feel, what emotions came to him?

3.- Time-out

Time-out is a strategy that teachers often apply to maintain discipline in the classroom when a child breaks any of the established rules of coexistence, for example: hitting another child. Nowadays it is a very widespread strategy because it is perfect to calm emotions. Here you can find information on how to apply it effectively.

If your child throws a tantrum, putting him in a time-out, that is, sitting him in a chair until he calms down may be the most appropriate thing to do before asking for explanations for his behavior or taking measures without knowing what is really happening to him.

Something very important is to keep in mind that the time out is not a punishment, it is a brief time that only seeks to lower tensions and then proceed in the way we consider more convenient, on the other hand, it is a didactic way for the child to understand that it is possible to manage emotions.

Translated with www.DeepL.com/Translator (free version)

Fuente de imágenes: Archivo Personal

MIS REDES SOCIALES

Cortesía de la Comunidad

Cortesía de la Comunidad

Te invito a apoyar este proyecto como witnes y a formar parte de esta gran comunidad uniéndote a su Discord en el siguiente enlace:

Discord de la comunidad Cervantes