DESAHOGO POÉTICO

La noche está jugando a no dejarme dormir,
las sombras encienden las luces de un desvelo que se conforma tomando un café sin azúcar conmigo.

Mensaje en la madrugada que llega y no quiero leer,
mentiras se pasean en la pantalla y terminó jugando ajedrez con mi compañero.

Me convence a no dormir, por lo que queda de noche...

Bajo los rayos de lluvia que mojan mi alma ando vagando marchito y limpio.

La maldad de la gente me ahoga la calma, el sol oscuro de su ira sofocando.

En el cielo alguien canta, esperando que llueva desde el suelo y
las nubes le están huyendo al viento como niño pequeño.

Las calles vacías de gente comprando, camino de una plaza a otra
el viejo lugar de encuentro de aquellos jóvenes que fuimos,
aquellas viejas costumbres que esta nuevas generaciones no sabrán jamás.

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La mujer que amamanta al bebé, siendo el único alimento que le puede dar.

La prepotencia se monta en el cable para no mojarse y
el humilde que no se deja humillar,
los cretinos que viven en un mundo imaginario y no les importa la realidad.

La brisa se vuelve agua que moja la cara
pero no refresca del calor.

Parece lija de alacrán que seca el sudor de los cedros y samanes de la plaza.

Árboles que ríen de una obra que nadie entiende.

Como faltan tus bancas que hasta nos permitía escuchar la misa, mientras mirabamos a la gente pasar:
mientras la miraba a ella sin nunca saber si me miraba a mi.

A veces quisiera volver a tener veinte, pero seria repetir todo otra vez,
otra vez volver a besar esa mirada que se convirtió en realidad
y que cerrábamos los ojos al contacto de los labios,
otra vez volver a escaparme con la estudiante a maestra
aquella tarde de agosto
o evitar esta vez aquella que se fue
o las que no fueron nada importante en mi vida
¿será que ahora si le doy alguna una oportunidad?

O aquella que engaño al esposo con la excusa que le gustaban mis ojos.

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O…¿quien vino después de ella?
Si claro, ahora no quieres recordarla me dirá el tiempo
aquella que amaste, como el juguete quiere al niño
como la hoja que cae sobre el suelo inevitablemente por que sabe que le detendrá la caída

Yo la quería es cierto, pero ya no la quiero como diría el maestro
aunque tendría que permitir que todo vuelva a pasar:
el amor, el dolor, la traición y todo como lo recuerdo.
Pero… ya no estoy para segundas partes en esta historia,
mi historia.