Es posible que llorar hasta quedarse dormido sea algo común, o tal vez sea un tormento que solo yo experimento. A pesar de mi corta edad, siento una pesada maldición sobre mis hombros.

Hoy, 29 de febrero de 2024, decidí comenzar un diario. Quiero plasmar todo lo negativo que me está ocurriendo, aunque dudo poder sostener esta práctica por mucho tiempo. No prometo escribir todos los días, solo cuando sienta que la muerte acecha mi cuello, anhelando mi alma, justo como lo hace en este momento. La realidad de lo que estoy escribiendo y sintiendo ahora mismo es tan palpable que temo girar la cabeza. Estoy paralizado por el miedo; solo consigo mover mis dedos sobre el teclado de la computadora mientras un frío sudor recorre mi abdomen.

Sé que no es el lugar, porque... me he quedado en otros lugares y he vivido días tranquilos, hasta que la muerte me encuentra. Le rogué a una amiga quedarme en su casa, pensando que su familia religiosa sería un escudo contra esta presencia. Sin embargo, las garras sucias de la muerte tocaron mi cabellera hace apenas unos segundos... No deseo esta vida.

7 de marzo de 2024, estoy aquí nuevamente. He sentido tanto miedo que ni siquiera me han dado ganas de escribir. Estoy en el límite; cada tarde, al regresar del trabajo, considero una y otra vez quitarme la vida. Mi sufrimiento ha sido constante desde el día en que maldije a mi madre en el momento de su muerte. Siento que la misma muerte me odia ahora, al igual que yo la odio a ella.

Mi madre, que a sus 15 años me engendro a mí y a mi difunto hermano, ella aun siendo una adolescente, no sabía la responsabilidad tan grande como lo era un hijo. Mi hermano murió al nacer, gracias a mi abuela, yo pude vivir. La mujer que me dio la vida solo maltrataba a mi amada abuela. Cada vez que lo hacía, aunque yo era un mocoso, la golpeaba con mi poca fuerza y le gritaba que se fuera. Ella me agredía físicamente, pero jamás le demostré miedo.

Durante años, solo fuimos mi abuela y yo, hasta que una noche tocaron a la puerta. Era ella, con una puñalada en el abdomen y la cara rasguñada. Al principio, sentí lástima por ella y quise ayudarla, pero el odio en mi interior la maldijo tanto que no me importó una pizca su vida. La eché afuera, gritó al caer, y en sus últimos segundos de vida dijo: "La muerte los llevará conmigo al infierno".

Al mes siguiente, mi abuela enfermó, a los pocos días murió sin salvación. Ella dejó este mundo justamente hoy hace un año, el día en que tanto mi miedo por lo que me persigue y mi dolor por no tener a la única persona que ame con el alma. Me hace desear dejar de respirar, pero antes quería contar mi dolor y mi odio.

Pido perdón a quienes notaron lo que estoy a punto de hacer. No hay vuelta atrás para mi decisión. Los quiero mucho; los cuidaré desde el otro lado.

Adios...

It is possible that crying myself to sleep is a common occurrence, or perhaps it is a torment that only I experience. Despite my young age, I feel a heavy curse on my shoulders.

Today, February 29, 2024, I decided to start a diary. I want to capture everything negative that is happening to me, although I doubt I will be able to sustain this practice for long. I don't promise to write every day, only when I feel death stalking my neck, longing for my soul, just as it is doing right now. The reality of what I am writing and feeling right now is so palpable that I am afraid to turn my head. I am paralyzed with fear; I only manage to move my fingers over the computer keyboard as a cold sweat runs down my abdomen.

I know it's not the place, because.... I've stayed in other places and lived quiet days, until death finds me. I begged a friend to stay at her house, thinking her religious family would be a shield against this presence. However, the foul claws of death touched my scalp just seconds ago.... I do not desire this life.

March 7, 2024, I am here again. I have felt so afraid that I have not even felt like writing. I am on the edge; every evening, coming home from work, I consider over and over again taking my own life. My suffering has been constant since the day I cursed my mother at the moment of her death. I feel that death itself hates me now, just as I hate her.

My mother, who at 15 years old fathered me and my late brother, even as a teenager, did not know the responsibility as great as a child was. My brother died at birth, thanks to my grandmother, I was able to live. The woman who gave me life only mistreated my beloved grandmother. Every time she did, even though I was a brat, I would hit her with my little strength and yell at her to go away. She would physically assault me, but I never showed her fear.

For years, it was just me and my grandmother, until one night there was a knock at the door. It was her, with a stab wound in her abdomen and a scratched face. At first, I felt sorry for her and wanted to help her, but the hatred inside me cursed her so much that I didn't care one bit about her life. I threw her out, she screamed as she fell, and in her last seconds of life she said, "Death will take you with me to hell."

The following month, my grandmother became ill, a few days later she died without salvation. She left this world just one year ago today, the day that both my fear for what haunts me and my pain for not having the only person I love with my soul. It makes me want to stop breathing, but first I wanted to tell my pain and my hatred.

I apologize to those who noticed what I am about to do. There is no going back on my decision. I love you very much; I will take care of you from the other side.

Goodbye...