Indecible

avatar
(Edited)

Hay relatos como el de El viejo y el mar que hablan de soledad y desolación, más de lo que la soledad y la desolación pueden hablar de sí. Obras artísticas como la de Miguel Ángel que dan más pruebas fe, que todas las religiones existentes.

Esculturas como las de Auguste Rodin que incitan a pensar a mayor profundidad, más que cualquier corriente filosófica. Cuadros blancos como los de Reverón, en cuales la luz fue plasmada sin haberla sometido a un prisma, mostrando al mundo otra cara de la realidad.

Personajes como Jacqueline du Pré que vivieron por y para la música, mientras el instrumento hablaba por ellos. Tardes tristes que inspiraron almas como la de Lili Boulanger, canonizadas luego en notas melancólicas, dejando en evidencia una sensibilidad extraordinaria.

Historias, como las de Rilke, sobre un buen Dios que se esconde en el interior del corazón de los hombres, allá donde las sombras habitan. Marchas fúnebres como las de Chopin, entonando un adiós solemne, mientras el piano lamenta la pérdida.

Películas como las de Andrei Tarkovsky que nos guían hacia una zona en cual afloran nuestros verdaderos deseos, mostrándonos cuánto ignoramos lo ansiado. Odiseas como las de Kubrick que parten de lo primitivo hasta abarcar la vastedad del cosmos, recordándonos nuestra pequeñez y grandeza.

Poemas como el de Vallejo que hablan sobre la esperanza, desde las fauces del dolor, sufriendo solamente. Flores del mal como las de Baudelaire, marchitas mil veces en un mar de podredumbre, floreciendo luego entre versos.

Temporadas en el infierno como las de Rimbaud, llenas de estrepitosa locura, predestinadas por la tragedia. Pájaros azules como el de Bukowski que trinan en lo más profundo sin ser escuchados, cargando con la cruz de los poetas malditos.

Extranjeros como Meursault, condenados por no llorar en funerales, esperando ser recibidos en el patíbulo con gritos de odio. Cementerios de libros olvidados como el de Zafón, en cual algún prisionero del cielo escribe con sangre, mientras el ángel busca otra víctima para jugar.

Imperios de suciedad como el de Johnny Cash, en donde para sentir algo nos autodestruimos, inundados de pensamientos rotos…

Hay también silencios como el de los espacios en blanco que dicen más que cualquier texto. Acatan el principio del iceberg planteado por Hemingway. Algunos tienen lugar en relaciones auténticas. Y cuando se producen abruptamente, dictan el final de una breve historia, cuyo contenido omitido llenaría miles de páginas.

22SEPARADORCORTO.png

La imagen utilizada pertenece a
Jilbert Ebrahimi
, fotógrafo de Unsplash.com.
Esta obra está bajo una licencia de Creative Commons.



0
0
0.000
17 comments
avatar

Que bello considerar los espacios en blancos. Creo que sin ellos no existen nuevas creaciones.
Un abrazo para ti

Posted using Partiko Android

0
0
0.000
avatar

Es cierto, a veces son necesarios. Gracias por pasar.
Un abrazo :D

0
0
0.000
avatar

Una belleza!! De todo para reflexionar, felicitaciones. Gran trabajo amigo, me encantó.

0
0
0.000
avatar

Vale la pena el esfuerzo si es valorado de tal forma. Gracias.

0
0
0.000
avatar

Preciosas similitudes para transmitir la esencia de la obra de los genios que has citado. Tan preciosas que me parece que comentarte pueda estropear de alguna forma tus palabras.
Un brindis para ti y los otros artistas que has citado. !BEER 🍻
!trdo

0
0
0.000
avatar

Gracias por apreciar lo escrito de tal manera.
Y como dicen los japoneses: ¡Kanpai!

0
0
0.000
avatar

El camino a Infierno de Dante, en busca de la salvación todo esto producto del amor que queda de si mismo. Excelente escrito , te seguire y leere

0
0
0.000
avatar

Gracias. Espero volver a verte.
Saludos :D

0
0
0.000