Absurdo Corazón: El Final [ENG/ESP]

Llegue a casa cansado, después de una larga jornada de trabajo. Me detuve a ver el apartamento; el mismo espacio que había compartido con Amanda y lo miré gris, poco cálido y sin un ápice de mi personalidad en la decoración. Entonces comencé a romper cada centímetro del papel tapiz marrón, que meses antes yo mismo había pagado.

Y otra vez vuelven a mi mente tantos recuerdos, malos ratos y frustraciones, no lo puedo evitar, cuando un ciclo se cierra, todo en tu interior debe renovarse. Hasta aquel cuadro horrible que ella había decidido colocar en la sala, quise arrancarlo de la pared y romperlo, pero entonces se me ocurre algo mejor, quizás el conserje le iba a sacar provecho si se lo regalaba.

Venganza, eso sentí mientras rompía aquellas tazas de porcelana que le regalé cuando visitamos Córcega. Ni hablar de cuando doné aquel viejo cárdigan que ella había dejado olvidado, nadie podía ser tan descarado como para regresar después de salir embarazada de otro tío.

Lloro, me libero, siento éxtasis, como aquel que rompe las cadenas. Cadenas de amargura, desengaño, desilusión, pero también libertad. Ya no quería a Amanda, todo era costumbre, ¿por qué no acabe con aquella farsa yo mismo?, es cierto aquel adagio que dice que la costumbre es más fuerte que el amor. Y de repente Angèle, me regala su voz y comienzo a bailar por toda la extensión del apartamento.

J'entends es perfecta para esta noche, pero cuando ya casi culmina la canción, el móvil comienza a sonar insistentemente. Al mirar, me doy cuenta de que es ella, Charlotte, la rebelde que había conocido por los azares del destino y sonrió y me dejo caer en el sofá.

—Hola Antoine, es Charlotte. Si supieras la bronca que me ha armado tu ex después que me dejaste en Excelsa. Me ha dicho que me he metido contigo solo para molestarla. En serio que esa tía cree que el mundo gira a su alrededor…

—Si, pues, yo estoy librándome de los últimos vestigios que quedaban de ella aquí. No quiero saber nada de ella, ni bueno, ni malo, ni regular. Quiero creer que se ha muerto, que ha desaparecido de mi vida, que nunca existió; he regalado ese horrible cuadro que compró para la sala de estar, he roto los recuerdos de nuestro último viaje y doné la ropa que se le ha quedado.

—Eso es genial, la venganza perfecta. Pero, pensé que habíamos quedado en fingir que salíamos.

—¿Por qué fingir?, escúchame Charlotte, te he de confesar algo. No sé cómo lo tomes, pero me da igual la verdad. Me gustaría que saliéramos, pero no en plan venganza porque eso sería darle demasiada importancia a ella. Quiero salir contigo, que nos conozcamos, tal vez no seamos novios, tal vez sea solo un mal rato para ti y una experiencia para mí, pero…

—Antoine, tú eres un hombre divino. Complicado, pero divino, también me gustaría salir contigo, aunque supongo que en este momento no sea precisamente el mejor para conocerte.

—¡Tonterías!, dame la oportunidad y no te arrepentirás. Quizás hasta pueda ser un próximo artículo en Excelsa, algo como, ¿Cómo olvidar a tu ex en 1 día?, o ¿cómo ligar con un tío en choque?

Ambos reímos con ganas de nuevo y la magia surge, esa que se pierde cuando comenzamos a hacer cotidiano lo sagrado. Atracción, quizás un poco. Charlotte se lo piensa como si tuviera toda la noche por delante y me concede su voz como un cuentagotas.

—Está bien, salgamos. Eso sí, me vas a prometer de que vas a visitar a un decorador y colocar un papel tapiz que te guste, comprar un cuadro de Picasso o ir a por platos de cerámica.

—Esas son condiciones que podría cumplir, solamente espero que te gusten mis elecciones. Es más, mañana mismo pondré manos a la obra y luego tu misma vienes a darle una inspección, ¿vale?

—Sí, me parece buena idea. Por cierto, le he dicho a tu ex que es una tonta por haberte dejado ir.

—¿Qué?

El silencio detrás del móvil me avisaba que Charlotte me había dejado hablando solo, lo que me hace reflexionar en que quizás Amanda si había sido una tonta, pero que yo por mi parte era afortunado. No hay mal que por bien no venga, en mi caso, mi bien, quizás iba a tener nombre y apellido: Charlotte Dubois.