Todos tenemos alguien por quien llorar.

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Cuando amamos a una persona pensamos que siempre estará a nuestro lado, la consideramos hasta cierto punto como de nuestra propiedad, el hecho de cultivar por ella sentimientos puros de amor y protección, nos hacen sentir ese derecho.

Sin embargo, la realidad siempre termina demostrándonos lo contrario, en el caso de los hijos que son los seres que más valoramos y amamos sin límite, le dedicamos parte importante de nuestro tiempo y energía, porque en su inocencia sin ellos ni siquiera proponérselo, nos roban de inmediato nuestro corazón y se adueñan de todo lo que nos rodea.

Todos nuestros proyectos pasan a un segundo plano y nuestra agenda es absorbida por ellos, lo mejor de todo es que lo hacemos sin importar que nos lleguemos a descuidar y desgastar, eso no nos detiene para darle lo mejor de nosotros.

Una vez que nacen ellos se convierten en nuestra principal prioridad, nos regalan la oportunidad de atesorar el sentimiento más grande que es capaz de ocupar casi todo nuestro corazón. El tiempo pasa y nuestros hijos crecen con el y así es como poco a poco perdemos ese derecho que creíamos tener de mantenerlos a nuestro lado.

La ley de la vida nos separa, se enamoran, se casan, algunos van al encuentro de ver realizadas sus metas y otros simplemente nos dejan por diversas razones, sin detenerse a ver el dolor que nos causan porque la naturaleza de la vida les da esa orientación.

También existen los seres que se van de nuestro lado sin querer porque un suceso imprevisto lo arranco de nuestro lado o una enfermedad mortal, sea cual sea la razón es algo que no podemos evitar, quienes hemos pasado por un momento tan difícil como este, no tenemos palabras para expresar el inmenso dolor que nos causa.

En la lucha por poder lidiar con estas ausencias, nos esforzamos a diario en buscar la forma de sobreponernos y continuar con nuestra vida. También están las personas que le entregamos nuestros sentimientos y emociones, algunas de ellas se detienen a nuestro lado y nos hacen experimentar sensaciones inexplicables, las cuales disfrutamos a plenitud, en estas categorías están los amigos especiales que llegan a tu vida dejando huellas imborrables, esos que se convierten en un hermano incondicional, que ríen y lloran a tu lado como si fueran parte inseparable de ti.

Están los extraños que se convierten por un sentimiento conocido como el amor en personas muy cercanas a ti, se meten en tus pensamientos más profundos, te roban suspiros, sonrisas y lágrimas como si fueran dueños de ti. Esos que te hacen feliz pero también te hacen sufrir porque conocen la sensibilidad de tu ser y escogen quedarse contigo o alejarse de ti.

Todo esto nos permite comprender que estas vivencias nadie podrá evadir ni contener, el hecho de que siempre existirán personas que unas lágrimas nos hagan brotar desde el corazón, pero al mismo tiempo nos hacen especiales por hacernos saber que hemos sido dichosos por el amor en muchas facetas hemos podido llegar a conocer.


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