🇪🇸ESPAÑOL🇪🇸

UN AGUACERO TORRENCIAL ⛈️ , UNA CANCIÓN 🎵 Y UN PERRO BLANCO 🐶

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Era una de las tardes más soleadas en la capital. Del pavimento de la calle emanaba un humo que traspasaba hasta las suelas de los zapatos de los transeúntes. Por eso, las personas parecían hormigas caminando una detrás de otra bajo los portales con techo, evitando la fuerte irradiación. El calor era infernal.

Flavia esperaba como cada día el autobús en la parada de enfrente de aquellos portales. Vista a lo lejos, parecía una de las muchachas de aquellas canciones de amor: su coleta y el reproductor de música que sostenían sus manos la hacían lucir como protagonista de algún videoclip o cuento. La paraada estaba desierta, solo ella y un perro blanco echado en una esquina tomando sombra.

Del cielo despejado no se podía esperar ni una gota de agua, tampoco los partes del tiempo lo pronosticaron y, sin embargo, como por arte de magia de la nada salieron unas nubes que venían cargadas. Cúmulos negros se alzaron sobre la ciudad amenazantes, previsores de una tormenta.

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Flavia al ver las repentinas nubes sufrió un ligero ataque de desesperación, miró su reloj y pensó que la lluvia la cogería en la calle. Su pie comenzó a moverse ansioso, y ella a mirar hacia los lados pensando cuándo llegaría la dichosa guagua.

Cayó la primera gota como una lágrima del cielo e ipsofacto se disecó contra el pavimento. Cayó otra, y luego otra... y otras aumentando su frecuencia poco a poco hasta que se convirtió en un aguacero con todas las de la ley.

Flavia, bajo el techo de la parada del bús, veía la lluvia caer. Aún tenía los audífonos puestos y de su reproductor de música comenzó a sonar Eleanor Rigby, de los Beatles:

"Ah, mira a toda esa gente solitaria"

La lluvia caía con la violencia de las cuerdas de los violenes de la canción. Y entonces Flavia se detuvo a mirar lo que antes no se había detenido a observar:

Las gentes que andaban como locas por los portales tuvieron que detenerse a esperar que pasara el aguacero. Muchas se refugiaron junto a Flavia bajo la parada del bus. Los rostros de las personas-hormigas reflejaban una tristeza que bien pudiera haber sido videoclip de la canción. Les habían privado del automatismo de su movimiento y estaban disgustados por eso.

Pero, contrario al mundo, Flavia sintió una profunda alegría interior. Esbozó una sonrisa cuando escuchó la letra decir:

Toda la gente solitaria
De dónde vienen?

Miró a su izquierda y el perro blanco ahora estaba sentado en el banco junto a ella. Flavia le extendió su mano y recibió un lenguetazo como respuesta. Luego se puso a acariciar al perro y a jugar con él, sonriendo. Se preguntó si aquel perro había estado siempre en la parada junto a ella. Ya mañana se fijaría en la presencia de su nuevo amigo.

Flavia devolvió su mirada al cielo y pensó en la coincidencia de la lluvia y la canción perfecta. Ya no le molestaba que el bus no hubiera llegado. Se soltó el pelo, tomó su sombrilla y decidió irse caminando a la casa.

Llegó a la conclusión de que la vida se basa en instantes como estos, en los que parece que una tormenta puede echar a perder un plan y en realidad lo que viene a hacer es a limpiar la mente y la vida del hollín de lo cotidiano.

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Me gustaría concluir con la invitación a participar a @blackbird22, quien fue la protagonista de este cuento de ficción 😉. También me gustaría leer a @alicia2022 y a todo el que se sume de la comunidad #HivePizza y de #Hive.

Gracias por leer 🙌

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🇬🇧ENGLISH🇺🇸

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It was one of the sunniest afternoons in the capital. From the pavement of the street smoke emanated that penetrated even the soles of the passers-by's shoes. Because of that, the people looked like ants walking one after another under the roofed portals, preventing the strong irradiation. The heat was hellish.

Flavia waited like every day for the bus at the stop in front of those portals. Seen from afar, she looked like one of the girls from those love songs: her ponytail and the music player in her hands made her look like the protagonist of some video clip or story. The stop was deserted, just her and a white dog lying in a corner taking shade.

Not a single drop of water could be expected from the clear sky, nor did the weather forecasts predict it, and yet, as if by magic, clouds came out of nowhere and were loaded. Black cumulus clouds rose threateningly over the city, anticipating a storm.

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Flavia, seeing the sudden clouds, suffered a slight attack of despair, looked at her watch and thought that the rain would catch her in the street. Her foot began to move anxiously, and she began to look sideways, thinking when the damn bus would arrive.

The first drop fell like a tear from the sky and ipso facto dried against the pavement. Another fell, and then another... and others increasing in frequency little by little until it became a full-fledged downpour.

Flavia, under the roof of the bus stop, watched the rain fall. She still had his headphones on and his music player started playing Eleanor Rigby of the Beatles:

"Ah, look at all the lonely people"

The rain fell with the violence of the strings of the violins in the song. And then Flavia stopped to look at what she hadn't stopped to look at before:

The people who were walking like crazy through the portals had to stop to wait for the downpour to pass. Many took refuge with Flavia under the bus stop. The faces of the people-ants reflected a sadness that could well have been a video clip of the song. They had been deprived of the automatism of their movement and were disgusted by it.

But, contrary to the world, Flavia felt a deep inner joy. She cracked a smile when she heard the lyrics say:

All the lonely people
Where do they all come from?

She looked to her left and the white dog was now sitting on the bench next to her. Flavia extended her hand and received a lick in response. Then she began to pet the dog and play with it, smiling. She wondered if that dog had always been at the stop next to her. Tomorrow she would notice the presence of her new friend.

Flavia returned her gaze to the sky and thought about the coincidence of the rain and the perfect song. It no longer bothered her that the bus hadn't arrived. She let her hair down, took her umbrella and decided to walk her way home.

She concluded that life is based on moments like these, in which it seems that a storm can spoil a plan and in reality what it comes to do is cleanse the mind and life of the soot of everyday life.

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Thanks for reading 🙌

• Originally written in Spanish. English translation with Google Translator

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