Era la noche de fin de año y el olor a pólvora estaba el aire. En la plaza, un grupo de hombres preparaba los morteros para la quema de fuegos artificiales. La multitud, vestida para la celebración del fin de año, se aglomeraba alrededor del escenario, ansiosa por ver el espectáculo de luces.

En medio de la muchedumbre, una pareja se abrazaba, admirando las explosiones de colores en el cielo. De repente, uno de los cohetes se desvió, cayendo justo sobre la pareja y rodeándolos de una densa nube gris.

Cuando el humo se desvaneció, ambos estaban en el suelo, inmóviles. La multitud se acercó a ellos, horrorizada.

Los servicios de emergencia llegaron, pero ya no había nada que hacer. Levantaron los cuerpos y los ingresaron a una ambulancia de gran tamaño. Pero de repente, algo extraño ocurrió. Antes de que cerraran las puertas de la ambulancia, la mujer se levantó, con una sonrisa en el rostro. Todos quedaron con la boca abierta, sin saber qué pasaba.

La mujer se acercó a la camilla donde se encontraba su esposo y tomándolo de la mano le dijo:

-No te preocupes. Solo fue un poco de pólvora para despertar nuestro verdadero amor.

De nuevo sonaron los cohetes y apareció una densa nube de humo. Al desvanecerse, la pareja ya no estaba, dejando a todos atónitos.

La pareja nunca volvió a ser vista, pero la leyenda de la mujer pólvora se convirtió en una historia de amor eterno y mágico que se contaría durante generaciones.