Relato: Carnaval de las almas vendidas - Parte III (Final) [Esp-Eng]

El crimen no cometido - Acto final

Desperté desorientada en mi habitación del hotel. No estaba llena de sangre salpicada de los que habían muerto. Mis muñecas habían sido vendadas y mi ropa estaba limpia. ¿Acaso pudo haber sido un sueño? ¿Pero entonces por qué mis muñecas estaban vendadas como si las hubiera cortado el cable metálico en el que creí estar atada? Las ventanas estaban abiertas y estaba amaneciendo. Con un sonido leve escuché cómo abrían la puerta del cuarto. Verlo me desconcertó un poco, así que solo tragué grueso. Al verme despierta, sonrió con cierto gesto sádico, uno que jamás había visto.


— Felicidades, preciosa. ¿Así que eres la nueva pactante y la ganadora de una fortuna que viene en camino? Estoy impresionado de cómo sucedió todo. Ese último giro fue, de película. Rafael tenía todo para ganar, pero había algo que no calculó. Gilipollas, a fin de cuentas. Qué irónico que todo se haya ido a la mierda por no usar condón. Es hilarante, es súper gracioso. ¿No te parece?


— Así que no fue un sueño


— Eh… No.


— ¿Y tú lo sabías todo?


— ¡Preciosa! ¡Así fue cómo me hice rico en primer lugar! Había dado clases en una universidad antes de estar en el instituto donde les di clases a ustedes. Ellos fueron mi pago, para el deseo. Y un año después. ¡BOOM! Me hice rico. Sí, el cargo de consciencia te fastidia un poco, pero la moralidad es flexible cuando hay demasiado dinero de por medio. Rafael necesitaba ayudar a su hermana con desesperación. ¿Para qué prestarle dinero si podía conseguirlo él solo? Solo debía, dejarlos morir. Organicé todo y ¡Voila! ¿Pero tú? Ja Ja Ja Ja Ja Tú no estabas en los planes, Lorena.


—Eres un bastardo…


— Corrección. Soy un bastardo bastante rico.


— ¿Y por eso le vendiste tu alma al diablo?


— ¡Ay, por favor! No es el diablo… Díganos que es uno de sus colegas.


— ¿Cómo justificarán a todos los que mataron? ¿Crees que sus familias no investigarán?


— Preciosa, eso está más que resuelto. ¿No te enteraste? ¡Eres sobreviviente de un terrible accidente! Hasta salió en el periódico. ¡Mira! Reencuentro maravilloso acaba en tragedia: Teatro colapsa en medio de función privada. Solo una sobreviviente fue rescatada. Las familias lamentan la perdida de sus seres queridos… ¿Qué triste, no?


— Yo iba a ser una de esas supuestas víctimas…


— Si… ¡Pero aquí estas! Vivita y coleando. Las vueltas que da la vida. ¡Qué cosas! Volverás a España y seguirás viviendo tu vida normal. El día que te llegue de sorpresa una exuberante suma de dinero, no importa en la manera en la que sea, no lo pelees. Es tu premio por sobrevivir. Y si te la das de santa, solo piensa que el pecado fue de Rafael, no tuyo. Tú de broma estás viva. Y no podrás hablar de esto con nadie. Ni siquiera con tu gato. Porque el día en que lo hagas, te meteré en un manicomio. Y antes de que empieces a armar tu argumento. Tengo tu firma en algunos papeles que dice que debido al trauma de la situación que viviste, confías en mi para mantener en control tu salud mental. ¡Es increíble a las personas a las que se puede sobornar con dinero! Jueces, fiscales, psicólogos, médicos, forenses, policías. Está divertido. Solo, no hagas ninguna estupidez, recuerda que solo tienes una madre.


Era como estar todavía en una pesadilla. Incluso había olvidado parte de lo que sucedió en el tablero. Supongo que era mi cerebro intentando protegerme del trauma. Todo era muy irreal. Volví a España luego de firmar un acuerdo de confidencialidad con el profesor. Cuando volví a ver a mi madre lloré por tres horas en sus brazos. La preocupé mucho. Incluso mi gata, Lali, se acercaba rozándome como intentando reconfortarme. No sabía cómo volver a mi trabajo de nuevo. Casi siempre estaba ida, como en piloto automático. Supe de casualidad que la hermana de Rafael había muerto debido a su cáncer, realmente había estado muy grave y saber la muerte de su hermano la puso peor. Me había hecho varias pruebas de embarazo y era correcto, esperaba un hijo. Lloraba todas las noches. Hasta que un día, intenté terminar con el peso de mi vida. Pero sentí de nuevo ese control invisible que se apoderaba de mi cuerpo, implacable y aterrador. Ni siquiera podía gritar. Me tomaron de la garganta, mientras estaba de pie sobre la azotea de mi edificio en plena noche y me alzaron en el aire. Eso me catapultó de nuevo a la noche del juego de ajedrez más escalofriante del mundo. En mi oído susurraron algo, haciendo que mi cuerpo se helara por completo.


— Existen peores destinos que la muerte, pactante. Puedes conocerlos todos mientras tu alma es destrozada. Intenta quitarte la vida de nuevo sin haber conseguido dejar descendencia en este mundo y conocerás el verdadero terror y sufrimiento, más allá de lo humanamente posible. Recuérdalo.


Desde entonces acepté vivir una vida relativamente normal. Pero sabiendo que de alguna manera era vigilada, que de alguna manera vendrían por mi si abría la boca o si me quitaba la vida. Había aceptado lo inimaginable, vivir con ello. Y un día, mientras amamantaba a mi hijo de hermosos ojos grises, llegó. Un ticket de lotería que estaba bajo mi nombre me hacía ganadora de millones. Mi mamá saltaba y gritaba de la emoción, pero yo solo sentía culpa, por un crimen que no había cometido.

Fin

-Inglés/English-

Carnival of sold souls
Part III