Volando de flor en flor en busca del preciado polen, estaba un día Belén, la abejita más joven de la colmena, en el jardín del palacio real, donde había las más hermosas flores, las más frondosas, de brillantes colores y dulces fragancias. Allí se consiguió a un par de hormigas que dormían plácidamente en los pistilos de una flor, ni los zumbidos de su vuelo alertaron a las bellas durmientes.

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Belén se posó en la flor, se movió de un lugar a otro procurando despertarlas, pero nada perturbaba el descanso de los pequeños insectos, así que decidió estremecerlas.

-- Holaaaa hormiguita, despierta. - tocó a la primera.

-- Hey, despierta, me llamo Belén. - le dijo a la segunda, mientras la movía con sus antenitas.

Ambas hormiguitas despertaron de sobresalto, con evidente temor ante aquella criatura de que no paraba de zumbar con su aleteo.

-- Soy Belén, repitió la abejita con tono afable y carismático, ¿ustedes quiénes son?

-- Soy Tara, y ella mi hermana Tere, respondió una de las hormiguitas con un tono que denotaba cierto temor.

-- Hola Tara, hola Tere, es un placer. Disculpen que las haya despertado pero he venido por el néctar de esta flor.

-- ¿El néctar, qué es eso? - preguntó Tere.

-- Es un jugo super dulce y delicioso que nos da la flor para elaborar nuestra propia miel.

-- Uhmm miel - se saboreó Tere. Nos encanta la miel - replicó Tara.

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-- ¿Entonces ustedes también han venido por el néctar?

-- No, no, nosotras solo vinimos por un poco de hojas, pero nos hemos quedado dormidas de cansancio.

-- ¿Hojas? ¿y qué hacen ustedes con las hojas?

-- _Las llevamos al nido para alimentar a nuestras familias. _

-- ¡Ah, vaya! es lo mismo que hacemos las abejas, recolectamos polen y néctar para producir miel, la diferencia es que de nuestra miel también se alimentan los humanos, e incluso ustedes por lo que veo. Todos se nutren de la miel que producimos.

-- ¿Y por qué darles a los humanos? ellos no les colaboran en nada, solo se comen su miel y ya - dijo disgustada Tere.

-- Te equivocas, respondió Belén, este hermoso jardín del que ustedes también se sirven, es cuidado a diario por los jardineros del palacio, ellos abonan, podan y riegan las plantas para que se mantengan siempre floreadas, de manera que siempre tenemos de donde obtener el néctar y el polen; en retribución, las abejas polinizamos el jardín para se reproduzcan las flores, y le proveemos de una rica miel a los jardineros y los miembros del palacio. Todos somos felices.

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-- Me parece injusto compartir la miel - dijo Tara.

Entonces Belén le preguntó a Tara: ¿cómo has probado tú nuestra miel?

-- Ah, fácil, nosotras comemos de los restos de miel que quedan en las vasijas donde las almacenan, cada mañana varios miembros de la colonia vamos a la cocina del palacio, comemos miel y hasta llevamos un poco al nido.

-- Entonces, ¿de qué te quejas?, si los humanos no envasaran nuestra miel, tú no tendrías acceso a ella, pues no las imagino a ustedes dos así de dormilonas drenando nuestros panales. - dijo tajantamente Belén.

-- No deja de parecerme un desperdicio compartir la miel con ellos - insistía Tere.

Belén, decepcionada de la actitud de las hormiguitas, se atrevió a preguntar:

--- Tere, ¿Tú crees que ustedes merecen más la miel que ellos?
He llegado a esta flor y las he conseguido a ambas dormidas, me dicen que solo vinieron a picotear las hojas, a debilitar la planta que nos da las flores que tanto necesitamos, plantas que luego los jardineros deberán curar para mantenerlas sanas, así que sinceramente no veo en qué ayudan ustedes en este proceso, y aun así disfrutan de la miel que desean no compartir con quienes si aportan, ¿lo ven?

Ambas hormiguitas se miraron entre sí con evidente vergüenza, y agacharon sus caras, la joven abeja les acababa de dar una lección de tolerancia y respeto que no olvidarían jamás.

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Es fácil juzgar deliberadamente a los demás, sentirse merecedor de tener privilegios por encima de los demás, objetar las acciones de quienes nos rodean; lo verdaderamente difícil, es la autocrítica o criticar con criterio y sensatez, difícil es reconocer nuestras debilidades o diferenciarnos del montón con acciones que aporten verdadero valor. Lamentablemente terminamos siendo aquello que tanto decimos aborrecer, nos convertimos en eso que juramos combatir…en esta vida todos tenemos un lugar, una razón de ser, que comienza por respetar las actuaciones de otros y hacer respetar las nuestras, con tolerancia y empatía.

Nos comportamos muy a menudo como Tara y Tere, hablamos de injusticia cuando somos nosotros los que emitimos juicio a placer y conveniencia, nos sentimos dueños de la verdad cuando somos incapaces de escuchar las verdades de los demás. Afortunadamente, recurrentemente nos topamos con muchas Belén en nuestras vidas para hacernos reaccionar y reflexionar acerca de nuestras acciones, nunca es tarde para enmendar los errores.

_{Las imágenes utilizadas en esta publicación son de Pixabay, libres de derecho de autor.}

🐝🐜ENGLISH VERSION🐜🐝

Flying from flower to flower in search of precious pollen, Belen, the youngest bee of the hive, was one day in the garden of the royal palace, where there were the most beautiful flowers, the most lush, brightly colored and sweetly fragrant. There she came upon a pair of ants sleeping peacefully on the pistils of a flower, nor did the buzzing of their flight alert the sleeping beauties.

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Belen perched on the flower, moved from one place to another trying to wake them up, but nothing disturbed the rest of the little insects, so she decided to shake them.

-- Hello, little ant, wake up. - she touched the first one.

-- Hey, wake up, my name is Belen. - she said to the second ant, while she moved it with her little antennae.

Both little ants woke up with a start, clearly afraid of that creature that kept buzzing with its flapping.

-- I am Belen, repeated the little bee with an affable and charismatic voice, who are you?_

-- I am Tara, and she is my sister Tere, answered one of the little ants with a tone that showed a certain fear.

-- Hello Tara, hello Tere, it's a pleasure. Sorry to wake you up but I have come for the nectar of this flower.

-- Nectar, what is that? - asked Tere.

-- It is a super sweet and delicious juice that gives us the flower to make our own honey.

-- Uhmm honey - Tere tasted it. We love honey - replied Tara.

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-- So you have also come for the nectar?

-- No, no, we just came for some leaves, but we fell asleep from exhaustion.

-- Leaves? And what do you do with leaves?

-- We bring them to the nest to feed our families.

-- Ah, wow, it's the same thing we bees do, we collect pollen and nectar to produce honey, the difference is that our honey also feeds humans, and even you as far as I can see. Everyone feeds on the honey we produce.

-- And why give them to humans? They don't help them in any way, they just eat their honey and that's it - said Tere in disgust.

-- You are wrong, replied Belen, this beautiful garden of which you also avail yourselves, is tended daily by the palace gardeners, they fertilize, prune and water the plants to keep them always in bloom, so that we always have nectar and pollen to draw from; in return, we bees pollinate the garden to reproduce the flowers, and we provide the gardeners and the members of the palace with rich honey. We are all happy.

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-- I think it is unfair to share honey - said Tara.

Then Belen asked Tara: How have you tasted our honey?

-- Ah, easy, we eat the leftover honey that remains in the pots where they are stored, every morning several members of the colony go to the palace kitchen, eat honey, and even take some to the nest.

-- So, what are you complaining about, if humans didn't bottle our honey, you wouldn't have access to it, because I can't imagine you two sleepyheads draining our honeycombs like that. - said Belen sharply.

-- I still think it's a waste to share honey with them - Tere insisted.

Belen, disappointed with the attitude of the little ants, dared to ask:

--- Tere, do you think you are more deserving of honey than they are?
Look, I have come to this flower and I have found them both asleep, you say that you only came to peck the leaves, to weaken the plant that gives us the flowers we need so much, plants that later the gardeners will have to cure to keep them healthy, so I honestly do not see how you help in this process, and yet you enjoy the honey you want not to share with those who do contribute, do you see?

Both little ants looked at each other with obvious embarrassment and ducked their faces, the young bee had just given them a lesson in tolerance and respect that they would never forget.

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It is easy to deliberately judge others, to feel worthy of having privileges above others, to object to the actions of those around us; what is really difficult is to be self-critical or to criticize with criteria and reasonableness, it is difficult to recognize our weaknesses or to differentiate ourselves from the crowd with actions that contribute true value. Unfortunately, we end up being what we say we hate so much, we become what we swore we would fight against... in this life we all have a place, a reason to be, which begins by respecting the actions of others and making them respect ours, with tolerance and empathy.

We often behave like Tara and Tere, we speak of injustice when we are the ones who pass judgment at our pleasure and convenience, we feel we are masters of the truth when we are incapable of listening to the truths of others. Fortunately, we recurrently come across many Belen in our lives to make us react and reflect on our actions, it is never too late to make amends for our mistakes.

_{The images used in this publication are from Pixabay, copyright free.}