Deblacle

No es una novedad que mi país atraviesa una crisis económica como tantas otras en el pasado, lo que si aparece como nuevo es el descalabro en áreas otrora esenciales y de interés nacional como la educación y la seguridad, solo por poner los ejemplos más representativos de los deberes de un estado nacional. Políticas públicas imprescindibles e irrenunciables.

Ayer por la tarde, al regresar a mi hogar luego de una de las escasas jornadas laborales presenciales en la oficina de la empresa para la que trabajo, me ocurrió un pequeño infortunio que terminó bien aunque extrañamente me entristeció un poco más de lo que ya estoy por la situación y las perspectivas futuras para el país donde nací y que quiero pese a todo.

A Dos cuadras de la salida del subterráneo o metro como le llaman en otros lugares, hay una heladería que fabrica productos de muy buena calidad y se me ocurrió llevar algunas paletas heladas para compartir con mi esposa y nuestra ocasional visita, una amiga que vive en España y hacía 12 años que no veíamos.

Luego de abonar con una aplicación de billetera bancaria tomé la bolsa que me dio la empleada, mi mochila y me retiré del local, detrás mío había dos o tres clientes esperando.

Cuando estaba a un par de cientos de metros de mi hogar caí en la cuenta que había olvidado sobre el mostrador del local el libro que estaba leyendo y que por otra parte es de un autor que me gusta mucho. La disyuntiva era volver a buscarlo inmediatamente corriendo el riesgo de que se derritieran las paletas heladas, decidí continuar hasta casa, entregar el regalo a mi esposa para que lo pusiera en el freezer y volver a la heladería esperando que nadie se hubiera llevado el libro.

Luego de desandar el camino finalmente llegué al local y el libro se encontraba en el exacto lugar donde lo había dejado.

Inmediatamente me alegré por haberlo recuperado pero en mi fuero íntimo estaba seguro que allí estaría, en mi país la gran mayoría de las personas, principalmente los jóvenes no tienen interés por la lectura, ni por el estudio, ni siquiera por trabajar y prosperar, el estado se ha encargado de darles planes sociales, pases de año aun cuando deban una gran cantidad de materias y otros políticas desquiciadas que no los incentivan a prosperar y satisfacer sus necesidades y gustos en base al fruto de su trabajo.

El descalabro económico también es enorme y ayer escuché que en noviembre viene Taylor Swift a dar unos recitales en el estadio más grande de la Capital Federal, la cancha de River Plate que con sus recientes remodelaciones tiene capacidad para más de 80K personas.

Según mencionaban los periodistas de espectáculos, un recital de ella en Estados Unidos suele costar más de 1.000 dólares y la reventa duplica y hasta triplica el valor original del ticket. Especulaban con que un residente de Norteamérica, fanático de esta bella cantante podría tomar un avión, venir a la Argentina, comprar el ticket más caro y preferencial, pasar un par de días recorriendo y comiendo en los mejores restaurantes y aun así el costo sería menor al que debería pagar en su país solo por la entrada.

Eso es no tener moneda, eso es otro descalabro, eso es una debacle, en este caso financiera.