Mirarle la cara al monstruo | Looking the monster in the face

Saludos. La amiga @rosahidalgo, en esta excelente publicación nos invita a reflexionar sobre esos monstruos que nos habitan y que a veces vuelven difícil la vida. Les comento…

Me crié en un ambiente de muchas supersticiones, toda mi familia era dada a creencias extrañas donde lo sobrenatural estaba presente. Cuestiones cotidianas como la caída de un cubierto, el canto de un ave particular, la aparición de una brisa súbita, eran interpretadas como portadoras de mensajes ocultos, donde algún designio del más allá estaba anunciándose.

A mí todo aquello me inquietaba, me perturbaba sobremanera y me fue dejando una serie de temores en los que el miedo a la oscuridad ocupaba el primer lugar.

Hasta el tiempo de la adolescencia fue un suplicio lidiar con ese miedo, recuerdo que de niño casi llegaba a paralizarme. Pero al llegar a los dieciséis años sentí la profunda necesidad de ser un poco más libre, me volví irreverente, cuestioné algunas costumbres y hábitos familiares, y comencé a incorporar nuevas prácticas entre las que estaba quedarme hablando hasta altas horas de la noche con mis amigos, lo que suponía tener que pasar por calles y escalinatas oscuras para llegar a mi casa.

Esa necesidad de enfrentarme a la oscuridad fue matizando el terror infantil. Y no es que desapareciera del todo porque aún a esta edad a veces siento cierta aprehensión ante la oscuridad total. Pero sí fui contrastando la sensación de temor con mi racionalidad, fui capaz de preguntarme por qué sentía temor y al poder hacer esa pregunta comenzaron a aparecer algunas defensas que me permitieron controlar, en gran medida, el temor a lo oscuro.

Pero los temores siempre han estado allí, en diferentes épocas de mi vida han sido distintos. Cuando tuve mis hijos, y principalmente la menor, pensaba si la vida me daría la oportunidad de poderlos criar y acompañarlos hasta que pudieran valerse por sí mismos. Un temor que seguramente tenía algo que ver con el hecho de que tanto mi madre como mi esposa fueron huérfanas, mi madre perdió a su madre siendo muy niña y mi esposa a su padre, también a una corta edad. Esas historias de ellas resonaban en mí de algún modo…Pero la vida fue generosa y me ha permitido hasta conocer a mis nietas.

Ahora que estoy entrado en años suelo pensar en los cambios que puede producir la vejez en la mente de las personas. Mi familia ha sido muy longeva, mi abuela paterna y mis tías superaron por largo los ochenta años. Mi padre murió de ochenta y nueve, mi tía materna acaba de cumplir noventa y mi madre ochenta y ocho. Poder tenerlos hasta esa edad es una bendición.

Sin embargo, todos ellos acusaron grandes cambios en el carácter, algunos se volvieron más dulces y otros más agrios, una tía llegó a desorientarse de tal modo que hacía muy difícil la convivencia. Pero casi todos se volvieron inflexibles en sus posiciones, lo que creaba severas dificultades en las relaciones familiares, sobre todo con los miembros más jóvenes, hijos menores y nietos.

Sé que ninguno de ellos es responsable de los giros que fue dando su mente, hay mecanismos en la química del organismo que con la edad van cambiando la manera en que pensamos, es algo que puede ser inevitable.

La experiencia que he tenido con ellos siempre me da para pensar. Me pregunto si algunos años más adelante yo también llegaré a ese estado donde pareciera que se pierde la perspectiva de la realidad, donde parece muy difícil entender el pensamiento de los otros, lo que trae como consecuencia caer en situaciones de obstinación y tozudez que afectan a la familia cercana. Pienso que es posible que en algún momento tenga que vivir con alguno de mis hijos y quizá les ponga las cosas más difíciles de lo necesario, por estar atado a un pensamiento que a ellos les puede parecer extraño.

Como todo temor este también es irracional, nadie sabe a qué edad llegaré ni en cuáles condiciones… Sin embargo pienso que lo importante no es tanto que siga llegando a mi mente ese pensamiento, sino el tiempo que me ocupo de él, y la verdad es que trato de hacer el mayor esfuerzo por prestarle la menor atención posible.

Como siempre he disfrutado escribiendo la publicación. Agradezco a la amiga @rosahidalgo por estas invitaciones a revisar nuestro mundo interior.
Gracias por tu tiempo.

Fuente de imágenes. I II III

Greetings. Our friend @rosahidalgo, in this excellent publication invites to reflect on those monsters that inhabit us and that sometimes make life difficult. Let me tell you...

I grew up in an environment of many superstitions, my whole family was given to strange beliefs where the supernatural was present. Everyday matters such as the fall of a piece of silverware, the song of a particular bird, the appearance of a sudden breeze, were interpreted as carriers of hidden messages, where some design from beyond was announcing itself.

All this disturbed me, disturbed me greatly and left me with a series of fears in which the fear of the dark occupied the first place.

Until I was a teenager it was an ordeal to deal with that fear, I remember that as a child it almost paralyzed me. But when I reached the age of sixteen I felt the deep need to be a little freer, I became irreverent, I questioned some family customs and habits, and began to incorporate new practices among which was to stay up late at night talking with my friends, which meant having to go through dark streets and stairs to get home.

That need to face the dark was tinging my childhood terror. And it is not that it disappeared completely because even at this age I sometimes feel a certain apprehension in the face of total darkness. But I was able to contrast the feeling of fear with my rationality, I was able to ask myself why I was afraid and when I was able to ask that question, some defenses began to appear that allowed me to control, to a large extent, the fear of the dark.

But the fears have always been there, at different times in my life they have been different. When I had my children, and mainly the youngest, I thought if life would give me the opportunity to raise them and accompany them until they could fend for themselves. A fear that surely had something to do with the fact that both my mother and my wife were orphans, my mother lost her mother at a very young age and my wife lost her father, also at a young age. Those stories about them resonated with me somehow...But life was generous and has even allowed me to meet my granddaughters.

Now that I am getting on in years I often think about the changes that old age can produce in people's minds. My family has been very long-lived, my paternal grandmother and my aunts were well into their eighties. My father died at eighty-nine, my maternal aunt just turned ninety and my mother eighty-eight. To be able to have them until that age is a blessing.

However, all of them showed great changes in character, some became sweeter and others more sour, one aunt became so disoriented that it made living together very difficult. But almost all of them became inflexible in their positions, which created severe difficulties in family relations, especially with the younger members, younger children and grandchildren.

I know that none of them is responsible for the turns their minds took, there are mechanisms in the chemistry of the organism that with age change the way we think, it is something that may be inevitable.

The experience I have had with them always gives me food for thought. I wonder if some years later I will also reach that state where it seems that the perspective of reality is lost, where it seems very difficult to understand the thinking of others, which brings as a consequence to fall into situations of obstinacy and stubbornness that affect the immediate family. I think it is possible that at some point I will have to live with some of my children and maybe I will make things more difficult for them than necessary, for being tied to a thought that may seem strange to them.

However, I think that the important thing is not so much that this thought keeps coming to my mind, but the time that I deal with it, and the truth is that I try to make the greatest effort to pay as little attention to it as possible.

As always I enjoyed writing the post. I thank friend @rosahidalgo for these invitations to review our inner world.

Thank you for your time.

Image source. I II III

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Todos tus comentarios son bienvenidos en este sitio. Los leeré con gusto y dedicación.
Hasta una próxima entrega. Gracias.



Las fotos, la edición digital y los Gifs son de mi autoría.

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