¡Papá, déjame reír…! | Dad, let me laugh...!
—Rafael…, Francisco quiere que le haga un disfraz para la fiesta del colegio. Yo misma se lo puedo hacer en la máquina, pero necesito que me des algo de dinero para completar algunos adornos…
—Pero bueno…Leticia…Ese muchacho ya tiene nueve años…No te parece que está lo suficientemente grande como para seguir alimentándole esas tonterías de disfraces y esas cosas…No te parece que ya está un poco grandecito como para ir agarrando un poco de seriedad…En la vida no todo son payaserías…Leticia…
— Pero, Rafa… ¿Qué son nueve años…? Todavía sigue siendo un niño… Además, ¿Qué tiene de malo que se le haga un disfraz, si con eso el muchacho va a pasar un buen rato…?
“Pero Rafael ya no escucha a Leticia…Su mente se ha trasladado a los tiempos de su infancia…Desde el fondo del inconsciente se reactiva una lluvia de recuerdos y mandatos: Rafael, hijo, tienes que ser un hombre serio…le decía con insistencia su padre, el viejo Rafael…En su infancia su padre nunca le dio el gusto de disfrazarlo: hijo.., eso de los disfraces son cosas de tontos, la gente seria como nosotros no se ocupa de esas cosas…A los payasos nadie los toma en cuenta…todos prefieren la gente seria… Aquellos mensajes paternos sembrados desde la infancia más temprana retumban una y otra vez en la mente de Rafael…”
—Rafa, no me has respondido, insiste Leticia. Necesito el dinero para terminar de comprar los materiales…
—Pero bueno…Leticia…comienza a responder Rafael con los ecos del inconsciente aún dirigiendo sus pensamientos… Creo que eso ya estaba claro…Creo que habíamos llegado a un acuerdo, que cuando el niño llegara a los siete años ya era el momento de abandonar todas esas tonterías…Eso ya lo hemos hablado Leticia…Creí que habías entendido la importancia de que Francisco comenzará a tener un poco de seriedad. Con payaserías no se llega a ningún lado, Leticia… Los payasos son para los circos…La vida real es para la gente seria…Ese muchacho tiene que aprender a ser un hombre serio… Como su abuelo…como yo…
—Caramba, Rafael…No me explico por qué eres tan intransigente…No sé qué mal le puede hacer al niño pasar un rato chévere con sus amigos…No sé por qué a veces eres tan amargado…Rafa…Yo veré cómo resuelvo lo del disfraz de Francisco…
—Ya yo hable…Leticia…
—Y yo también…Rafael…
Sí Rafael no tuviera tan arraigado los prejuicios de su infancia, quizá entendería que su esposa, Leticia, tiene toda la razón…¿Qué puede tener de malo que Francisco pase un rato bien chévere en la escuela…? Nada. Por el contrario, es una excelente oportunidad para que el muchacho aprenda a disfrutar de la alegría…Una emoción que quizá su padre poco conoce…
Hay verdades que por su contundencia pueden sonar odiosas, una es: “nadie puede dar lo que no tiene…”
Aunque la alegría es una emoción humana, nuestra crianza puede hacer que la desvaloricemos. Es lo que pasa con Rafael. En su infancia aprendió que el estar alegre tenía poca importancia, que lo relevante era la seriedad, como si ambas cosas fuesen excluyentes y no complementarias. Es verdad que la seriedad es necesaria y que puede ser muy útil en muchas oportunidades. Pero sin la alegría nos estamos perdiendo lo mejor de la vida.
A veces en la crianza no le damos suficiente importancia a cultivar las emociones positivas en nuestros hijos. Aunque parezca mentira sucede lo contrario, se refuerzan más las negativas. Un niño cuando llega al preescolar ha escuchado hablar mucho más de miedos y de vergüenzas, que de risas.
La mayoría de los mensajes cotidianos en esos primeros años están destinados a prevenirlo de peligros. No toques esto…no hagas aquello…cuidado con lo otro…te puedes hacer daño…te vas a caer… Pocos a exaltar la alegría… No le decimos con la misma frecuencia: ¡Sí te ríes lindo…! ¡A ver, otra carcajada más grande…! ¡Cómo se ríe papi, cómo se ríe mami, jajajaja. Todos, jajajaj…!
Si tienen niños pequeños tómense un tiempo y chequeen cuantos mensajes de miedo y cuántos de alegría les transmiten todos los días a sus hijos pequeños…
Parte de nuestra misión como padres es contribuir a que nuestros hijos puedan tener un mundo emocional equilibrado que los prepare para valorar todo tipo de emociones. Que sean capaces de sentirlas, expresarlas y poder manejarse adecuadamente con ellas.
Esta tarea puede ser que esté muy por encima de nuestras habilidades, porque a lo mejor nosotros mismos hemos tenido una crianza como la de Rafael, en la que no tuvimos ese aprendizaje, en la que no conocimos esas experiencias. Por eso es importante aprender a revisarnos y, sobre todo, aprender a escuchar a los otros, para darnos cuenta cómo estamos llevando nuestro mundo emocional.
Francisco no es responsable de la crianza que recibió su padre. Pero Rafael sí lo es de la que está recibiendo Francisco. Lo importante es que el niño pueda ser una persona mejor, más equilibrada, que nos supere. Rafael haría mucho bien si escuchara con atención a Leticia…
Gracias por tu tiempo.
-Rafael..., Francisco wants me to make him a costume for the school party. I can make it myself on the machine, but I need you to give me some money to complete some of the decorations...
-But well... Leticia... That boy is already nine years old... Don't you think he's old enough to keep feeding him all that nonsense about costumes and stuff... Don't you think he's a bit old enough to start taking things a bit more seriously... In life not everything is clowning around... Leticia...
-But, Rafa... What are nine years...? He's still a child... Besides, what's wrong with a disguise, if the boy is going to have a good time...?
"But Rafael no longer listens to Leticia...His mind has moved back to the times of his childhood...From the depths of his unconscious a rain of memories and mandates is reactivated: Rafael, son, you have to be a serious man...his father, the old Rafael, used to tell him insistently...In his childhood his father never gave him the pleasure of dressing him up: son..., those disguises are things for fools, serious people like us do not care about those things...Nobody takes clowns into account...everybody prefers serious people...Those paternal messages sown from the earliest childhood resound again and again in Rafael's mind..."
-Rafael, you haven't answered me, Leticia insists. I need the money to finish buying the materials...
-But well...Leticia...Rafael begins to answer with the echoes of the unconscious still directing his thoughts...I think that was already clear...I think we had reached an agreement, that when the child reached the age of seven it was time to abandon all that nonsense...We have already talked about it Leticia...I thought you had understood the importance of Francisco starting to have some seriousness. Clowning around gets you nowhere, Leticia...Clowns are for circuses...Real life is for serious people...That boy has to learn to be a serious man...Like his grandfather...like me...
-I don't know why you are so intransigent...I don't know what harm it can do to the boy to spend a cool time with his friends...I don't know why sometimes you are so bitter...Rafa...I'll see how I solve the Francisco's disguise...
-I've already spoken...Leticia...
-And me too...Rafael...
If Rafael didn't have his childhood prejudices so deeply rooted, maybe he would understand that his wife, Leticia, is absolutely right... What could be wrong with Francisco having a good time at school...? Nothing. On the contrary, it is an excellent opportunity for the boy to learn to enjoy joy... An emotion that perhaps his father knows very little about...
There are truths that because of their forcefulness can sound hateful, one is: "no one can give what he does not have..."
Although joy is a human emotion, our upbringing can make us devalue it. That's what happens with Rafael. In his childhood he learned that being cheerful was of little importance, that what was relevant was seriousness, as if the two were mutually exclusive and not complementary. It is true that seriousness is necessary and can be very useful in many opportunities. But without joy we are missing out on the best of life.
Sometimes in parenting we do not give enough importance to cultivate positive emotions in our children. Believe it or not, the opposite happens, the negative ones are reinforced more. By the time a child reaches preschool, he or she has heard much more about fears and embarrassment than about laughter.
Most of the daily messages in those early years are intended to warn him or her of dangers. Don't touch this...don't do that...be careful with that...you can hurt yourself...you'll fall... Few of us exalt joy... We don't say as often: Yes, you're laughing so much...! Let's see, another big laugh...! How daddy laughs, how mommy laughs, hahahahahaha. Everybody, hahahahahaha...!
If you have small children take some time and check how many messages of fear and how many of joy you transmit every day to your small children...
Part of our mission as parents is to contribute so that our children can have a balanced emotional world that prepares them to value all kinds of emotions. That they are able to feel them, express them and be able to handle them properly.
This task may be far beyond our abilities, because maybe we ourselves have had an upbringing like Rafael's, in which we did not have that learning, in which we did not know those experiences. That is why it is important to learn to review ourselves and, above all, to learn to listen to others, to realize how we are handling our emotional world.
Francisco is not responsible for the upbringing his father received. But Rafael is responsible for the one Francisco is receiving. The important thing is that the child can be a better, more balanced person, that he can surpass us. Rafael would do a lot of good if he listened carefully to Leticia...
Thank you for your time.
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Hola querido @irvinc ! Me encantó tu publicación!
Quizá la sentí muy de cerca, por decirlo de cierta manera porque mi hija tiene 9 años (en noviembre cumple los 10). Ella aún cree en Papá Noel y el Ratón Perez y me encanta que así sea.
Si hay algo de lo que estoy totalmente convencido es que los padres como adultos debemos estimular la imaginación de nuestros hijos, debemos tratar de mantener vivo ese hermoso mundo de fantasías en el que ellos viven para estimular su creatividad, y sobre todo para que disfruten de esta hermosa etapa que tan rápido pasa.
Este es un tema que recurrentemente hablamos con mi esposa y por esta razón nuestras pequeñas tienen acceso muy limitado a los medios tecnológicos y jugamos con ellos armando rompecabezas, moldeamos mazas y jugamos juegos de mesa.
Los niños crecerán y tendrán toda una vida para asumir responsabilidades, mientras que está etapa se irá más rápido de lo que ellos imaginan.
Mi hija mayor siempre me dice que le gustaría ser más grande para hacer tal o cual cosa y siempre le digo que disfrute de esta etapa que es realmente maravillosa.
Te envio un gran abrazo
Me alegra que tengas esa perspectiva mi estimado @pablo1601. Es lindo que su nena a los nueve años pueda disfrutar de esas ideas. Los adultos a veces no entendemos que la niñez es una etapa muy particular, que los niños tienen todo el derecho de alimentar sus fantasías y echar a volar su imaginación.
Es muy sano lo que hacen tu esposa y tú compartiendo ese tipo de juego con las niñas. Ellas te lo van a agradecer. Muchas gracias por pasar y comentar. Que estés bien. Un fuerte abrazo desde Maracay.
Muchas gracias por tus palabras @irvinc !
Lo que daríamos cualquiera de nosotros por volver a ser niños verdad?
Abrazos
Hola, @irvinc
Tiempo sin leer su contenido. Que bueno coincidir con este, reflexivo y un llamado de atención a quienes limitan la felicidad por la herencia de crianza. Si a tu hijo le hace feliz una actividad o acción y no le perjudica pensando en espacio, tiempo, por qué no permitir desarrollar este sentimiento. Recordé conceptos de mi madre que cuestioné. Gracias por la publicación.
Me alegra que haya sido de tu agrado. Hay enseñanzas que se transmiten en las familias pero que pueden ser dañinas, algunas son portadoras de prejuicios. A los niños hay que respetarle su mundo y dejar que puedan tener una infancia feliz, eso les ayudará cuando sean adultos. Muchas gracias por pasar y comentar estimada @amandaj. Que estés bien. Un fuerte abrazo desde Maracay.