¡Papá, me voy solo…! | Dad, I'm going alone...! [ESP/ENG]

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Todos hemos escuchado un dicho muy sabio: ¡Siempre hay una primera vez…! Y aplica para muchas circunstancias en la vida. Por supuesto que con los hijos no iba a ser una excepción.

En la crianza hay muchas primeras veces y una de las que más causa zozobra es cuando los hijos tienen que andar solos, de su cuenta, decidiendo cómo van a llegar a su sitio de destino, bien sea la escuela, el abasto, o la visita a un amigo o familiar. Nadie sabe cuándo es el momento oportuno de darles rienda suelta; como tantas otras cosas, tomamos esa decisión por tanteo, apostando a nuestra intuición y al temperamento de nuestros muchachos.

Hay padres a los que esto les cuesta mucho y acompañan a sus hijos hasta que son hombres o mujeres. Otros son más tranquilos. Y habrá circunstancias que precipitan esta decisión.

En mi vecindario, por ejemplo, hay una cantidad de familias que son tranquilas en este aspecto. Mandan a los niños solos al colegio desde muy pequeños, los he visto de cinco y seis años yendo para la escuela acompañados solamente por otros niños casi de su edad.

En ese trayecto deben atravesar varias calles con cierto tráfico, en las que circulan muchas motocicletas, afortunadamente en la avenida principal hay una pasarela. Me parece una locura mandarlos solos tan pequeños. Pero al mismo tiempo debo decir que en los casi cuarenta años que tengo viviendo aquí nunca he escuchado de algún niño que haya tenido un accidente mientras va para la escuela de la localidad.

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En mi caso, el momento de mandarlos solos fue cuando comenzaron el liceo, esto lo hice con los tres varones. Antes de ese momento les había dado un poco de entrenamiento mandándolos a la bodega, siempre bajo mi vigilancia y estando muy seguro de que entendían como atravesar la calle correctamente, con el mínimo riesgo.

También los fui entrenando yendo con ellos en el transporte público, e indicando las referencias importantes como paradas, nombre de las unidades, nombres de calles y plazas. Cuando estuve seguro de que lo habían aprendido, los mandé solos. Y claro que me quedé preso de angustia rogándoles a todos los santos que me los trajeran con bien.

De toda esa experiencia solo recuerdo un percance con el hijo mayor. Fue a comienzos de los noventa, tenía como doce años y estaba en el octavo grado (segundo año de bachillerato). Una tarde llegó muy triste porque unos zagaletones le habían quitado un pequeño reloj casi de juguete, le llevaron el pasaje y le pisotearon los libros. No lo golpearon ni lo agredieron más de la cuenta pero eso lo asustó mucho. Su vergüenza fue tan grande que no quiso pedir una cola en el transporte público y se fue caminando hasta la casa.

Con mi hija las cosas fueron distintas. En el tiempo de la escuela yo estaba jubilado y mi esposa trabajaba cerca de la escuela de la niña. Así que ella la llevaba y yo la buscaba a la salida. Esa rutina se mantuvo hasta el noveno grado. Me preocupaba que ya fuera grande y no quería soltarse para irse sola, pero en realidad ella lo hacía por comodidad.

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Al llegar al cuarto año tenía que obligarla a que tomara el transporte colectivo, aunque la mayoría de las veces ella se iba en la mañana y yo la buscaba a la salida. Cuando iba al centro le hacía un mapa con las rutas y siempre le costó aprenderse el nombre de las calles.

Su graduación de andar sola la hizo cuando tenía dieciséis años. Un día me pidió que la dejara ir a Maturín donde el hermano mayor. Al principio mi esposa y yo lo dudamos, pero los dos nos dijimos: siempre hay una primera vez. Para poder viajar sola tuvimos que sacarle un permiso en el organismo de los menores. Afortunadamente ya estábamos en tiempo de celular. Esa noche no dormí pegado al teléfono, y rezando rosarios hasta que recibí la llamada de que había llegado.

Como señalé más arriba sobre este tema no hay ninguna receta, cada quien debe valorar sus circunstancias para tomar la mejor decisión. Pero si debemos entender como padres que los hijos necesitan aprender a valerse solos. Hay una regla biológica que debemos tener pendiente: no le vamos a durar para siempre.

Gracias por tu tiempo.

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We have all heard a very wise saying: There's always a first time...! And it applies to many circumstances in life. Of course with children it was not going to be an exception.

Among those many first times in parenting, one of the most nerve-wracking is when children have to walk alone, on their own, deciding how they are going to get to their destination, whether it's school, the grocery store, or a visit to a friend or relative. No one knows when the time is right; like so many other things, we make this decision by trial and error, betting on our intuition and the temperament of our children.

There are parents who find this very difficult and accompany their children until they are men or women. Others are calmer. And there will be circumstances that precipitate this decision.

In my neighborhood, for example, there are a number of families who are quiet in this regard. They send their children alone to school from a very young age; I have seen five and six year olds going to school accompanied only by other children almost their age.

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On the way they have to cross several streets with some traffic, where many motorcycles circulate, fortunately on the main avenue there is a walkway. It seems crazy to me to send them alone so young. But at the same time I must say that in the almost forty years that I have lived here I have never heard of any child having an accident while going to the local school.

In my case, the time to send them alone was when they started high school, I did this with the three boys. Before that time I had given them some training by sending them to the bodega, always under my supervision and being very sure that they understood how to cross the street correctly, with the minimum risk.

I also trained them by going with them on public transportation, and indicating the important references such as stops, names of the units, names of streets and squares. When I was sure they had learned it, I sent them on their own. And of course, I was in anguish, praying to all the saints to bring them back to me safely.

Of all that experience I only remember one mishap with the eldest son. It was in the early nineties, he was about twelve years old and was in the eighth grade (second year of high school). One afternoon he came home very sad because some thugs had taken a small, almost toy watch from him, took his ticket and trampled on his books. They didn't hit him or assault him more than they should have, but it frightened him very much. His embarrassment was so great that he didn't want to ask for a queue on public transport and walked home.

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With my daughter things were different. At the time of school I was retired and my wife worked near the girl's school. So she would drive her and I would pick her up at the exit. That routine continued until ninth grade. I was worried that she was a big girl and didn't want to let go and go by herself, but in reality she did it for convenience.

When she reached the fourth grade I had to force her to take the bus, although most of the time she would leave in the morning and I would pick her up at the exit. When she went downtown I would make her a map with the routes and she always had trouble learning the names of the streets.

She graduated to walking alone when she was sixteen years old. One day she asked me to let her go to Maturin to her older brother. At first my wife and I hesitated, but we both said to each other: there's always a first time. To be able to travel alone we had to get a permit from the children's agency. Fortunately we were already in cell phone time. That night I did not sleep glued to the phone, and praying rosaries until I received the call that she had arrived.

As I mentioned above, there is no recipe on this subject, each person must evaluate his or her circumstances and make the best decision. But we must understand as parents that children need to learn to fend for themselves. There is a biological rule that we must keep in mind: we will not last forever.

Thank you for your time.

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Todos tus comentarios son bienvenidos en este sitio. Los leeré con gusto y dedicación.

Hasta una próxima entrega. Gracias.


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Las fotos, la edición digital y los Gifs son de mi autoría.


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Bendecido dia y feliz inicio de año. Excelente publicación, para los padres siempre es difícil soltar a los niños y para los abuelos es más fuerte jajaja, considerando que esos niños son ajenos y hay que cuidarlos mucho más. Gracias por compartir tus experiencias, sirven para enriquecer conocimientos.

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Eso que dices es verdad, con los nietos el asunto se complica más. Mi hijo acostumbra a mandar a la nieta a hacer algunos recados en bicicleta, a mí me da un poco de temor pero el me tranquiliza diciéndome que el trayecto es seguro. Nunca es fácil soltarles el guaral. Muchas gracias por pasar y comentar, mi estimada @mariaced. Que estés bien. Un fuerte abrazo desde Maracay.

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Es todo un tema éste! Mis hijos aún no van solos a ningún lado. Claro aún son pequeños y vivimos en un lugar donde todo queda lejos. Recuerdo que mi papá a los 16 fue conmigo toda una semana en bus hasta la universidad para enseñarme distintas rutas para ir y venir a casa.
Uno se guía por el conocimiento de sus hijos y por la intuición. A mí sí me da paz lo hago y si no pues no.
Abrazo grande!

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Sí, es una situación realmente difícil y todas las circunstancias son distintas. Hay que irlo practiando de a poco. Claro, tu tienes el problema de la distancia. Cuando llegue el tiempo seguro que encuentras alguna salida. Muchas gracias por pasar y comentar, estimada @rlathulerie. Que estés bien. Un fuerte abrazo desde Maracay.

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Saludos amigo,yo tengo mis hijo en edad escolar y me daría mucho miedo mandarlos a la escuela solos, llegará el momento que hay que dejarlos pero aplicando las técnicas que describes en tu publicación. Hay padres que son despreocupados cuando mandas a sus hijos a la escuela cuando son muy pequeños, no debe ser porque hoy en día debemos tener más cuidado con ellos.

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Sí,poco a poco los irás entrenando porque es importante que ellos sepan como ir a los sitios. No es un asunto que se deba apresurar, tú sabrás cuando es el momento adecuado. Muchas gracias por pasar y comentar, estimado @cetb2008. Que estés bien. Bendiciones para la familia.

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Excelente reflexión amigo... Siempre fui excesivamente cuidadosa con mis hijos, reconozco que hasta un poco paranoica. En la adolescencia tuve que relajarme, pero siempre tomando medidas de precaución, ya que salir de noche en caracas y llegar de madrugada implicaba un GRAN riesgo.
La única herramienta en ese momento fue: CONFIAR y tener FE de que TODO estaría en perfecto Orden Divino.
Feliz tarde, un gran abrazo!

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LLegó un momento en que la hija se volvió fiestera, todo el tiempo andaba en alguna reuníón. Yo prefería que se quedara en los sitios o donde alguna amiga que estuviera más cerca, antes que regresarse en la madrugada. Gracias a Dios todo estuvo bien. Muchas graciar por pasar y comentar, estimada @kristal24. Que estés bien. Un fuerte abrazo desde Maracay.

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Eso de dejarlos salir solos siempre fue estresante y como decía mi abuela hay que hacer de tripas corazones porque definitivamente hay que soltarlos, aunque para ser sincera pienso que ese soltar físico es menos es muchísimo menos complicado que el soltarlos emocionalmente. Saludos.😊

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