¡Papá…llama al abuelo…! | Dad... call Grandpa...!
—¿ Y qué haces hoy abuelo…? Pregunta Daniela a través del celular de su padre. Dos veces a la semana, los lunes y los jueves, a las ocho de la noche, la niña está pendiente del momento en que repique el anuncio de la llamada. Son los días en que llama el abuelo, y ese pacto entre los dos ya es costumbre para ambos.
A sus diez años es impresionante el interés que muestra Daniela por las conversaciones con el abuelo, no se cansa de escuchar sus cuentos. A veces al hombre de setenta años se le olvida si está repitiendo la misma anécdota…
—¿Daniela, ya te hablé de esto…? Pregunta el abuelo con dudas en su voz, y aunque ya haya repetido esa historia la niña siempre le dice que no, para que el abuelo siga contando sus cosas.
Uno de los temas preferidos de la niña en esas conversaciones telefónicas, es el relacionado con la vida de la abuela. Daniela casi no la recuerda, la abuela murió cuando ella tenía apenas cuatro años, así que una y otra vez la niña le pide al abuelo que le cuente cosas de la abuela: cómo era, para dónde le gustaba salir, si cocinaba sabroso o maluco, si le gustaban los perros…. La curiosidad de la niña es inagotable, tanto como el entusiasmo del abuelo para hablar de su fallecida esposa. El hombre se ha empeñado en alimentar en la niña una gran imagen de la abuela que no conoció.
A veces las conversaciones se extienden por más de una hora, en esos casos Rafael, el padre de Daniela, le hace una señal a la niña para que termine la conversación y se disponga a acostarse. Casi nunca Rafael prolonga la conversación con su padre.
Muchas veces cuando Rafael está acostando a la niña esta le hace una pregunta que lo incomoda: ¿Papá, por qué no llamas al abuelo…? ¿Por qué no te gusta hablar con él, tan chévere qué es el abuelo…? —Cualquier día lo llamo Daniela, dice Rafael como para salir del paso, pero nunca llega ese día.
Rafael se queda pensando en la pregunta de Daniela, por su mente desfilan escenas de la infancia, donde ve a su padre maltratando a su madre, donde lo ve gritándolo a él y a su hermano, diciéndoles cosas pesadas y desagradables. Rafael sabe que aquellas cosas ya quedaron en el pasado, sin embargo, todavía el rencor le impide ser más atento con su padre…
Rafael no termina de entender cómo fue que el viejo cambió tanto. Pareciera que ese hombre cariñoso que habla con Daniela, y al que la niña realmente adora, es otro distinto al que lo crió a él…El rencor le pesa a Rafael…
En estos días conversaba con una amiga sobre esa situación de los hijos que no sienten deseos de visitar o de ni siquiera hacerle una llamada telefónica a los padres, aún siendo estos personas mayores.
Muchas pueden ser las razones por las que a un hijo no le “nazca” hablar con sus padres. Puede ser, como el caso de Rafael, que tengan recuerdos traumáticos de otro tiempo, que hayan pasado una infancia sufrida y por lo tanto no alimentaron un afecto que los impulse a ser condescendientes en la etapa de adultos.
Puede ocurrir también que los padres o los abuelos sean personas hipercríticas, y en cada conversación se las ingenian para incomodar a los hijos o a los nietos, al punto de “matarles” las ganas de hablar con ellos.
Este es un tema del que hablo con mi hija menor. A menudo le recuerdo que llame a mi madre, su abuela, independientemente de si la conversación es agradable o no. Sé que a veces esas conversaciones puede ser incomodas porque se trata de dos generaciones con visiones muy distintas de la vida. Pero a mi hija le recuerdo que es a los jóvenes a quienes les corresponde entender a los mayores, sobre todo si son de edad avanzada.
Para mi generación este tema no representaba casi ningún problema, había una clara distinción entre el vínculo y el afecto, en la que el vínculo era mucho más importante que el afecto. Y el vínculo generaba una responsabilidad eterna.
Cualquiera podía tener un padre maltratador o una madre irresponsable, pero eso no le restaba méritos a esa condición. Pudo ser que no nos hubiese tocado el mejor padre o la mejor madre, sin embargo, había para con ellos una responsabilidad y si se podía se atendían, aunque no fuese gustoso, hasta el fin de sus días.
Pienso que ahora las cosas han cambiado mucho en ese aspecto. El afecto es más fuerte que el vínculo. De allí que los hijos consciente o inconscientemente le dan más valor al afecto. Entonces, si tuvieron padres o madres, maltratadores o irresponsables, no sientan un gran compromiso con ellos. Total, le hicieron la vida de cuadritos cuando estaban pequeños.
Este es un tema que sigo viendo con los ojos del pasado. A mi hija y a mis nietas les digo que sus padres y abuelos merecen su atención y su respeto, independiente de cualquier otra consideración. A fin de cuentas, si no fuese por ellos no estaríamos en este mundo.
Habrá situaciones muy difíciles y casos extremos de maltratos de los padres a los hijos. Sin embargo, el rencor solo sirve para dañar el alma, mientras que el perdón es un gran alimento para el espíritu.
Gracias por tu tiempo.
-And what are you doing today, Grandpa...? Daniela asks on her father's cell phone. Twice a week, on Mondays and Thursdays, at eight o'clock in the evening, the girl is waiting for the call to ring. These are the days when her grandfather calls, and this pact between the two has become a habit for both of them.
At ten years old, Daniela's interest in conversations with grandpa is impressive; she never tires of listening to his stories. Sometimes the seventy year old man forgets if he is repeating the same anecdote.
-Daniela, have I already told you about this...? asks the grandfather with doubts in his voice, and although he has already repeated that story, the girl always says no, so that the grandfather can continue telling her things.
One of the favorite topics for the girl in these telephone conversations is related to her grandmother's life. Daniela hardly remembers her, her grandmother died when she was only four years old, so again and again the girl asks her grandfather to tell her things about her grandmother: what she was like, where she liked to go out, if she cooked tasty or bad, if she liked dogs ..... The girl's curiosity is inexhaustible, as much as the grandfather's enthusiasm to talk about his deceased wife. The man is determined to nurture in the little girl a great image of the grandmother she never knew.
Sometimes the conversations go on for more than an hour, in those cases Rafael, Daniela's father, signals the girl to finish the conversation and go to bed. Rafael almost never prolongs the conversation with her father.
Many times when Rafael is putting the girl to bed, she asks him a question that makes him uncomfortable: "Dad, why don't you call Grandpa...? Why don't you like to talk to him, how cool is Grandpa...? -Any day now I'll call him Daniela, Rafael says as if to get out of the way, but that day never comes.
Rafael keeps thinking about Daniela's question, scenes from his childhood go through his mind, where he sees his father mistreating his mother, where he sees him yelling at him and his brother, telling them heavy and unpleasant things. Rafael knows that those things are already in the past, however, the resentment still prevents him from being more attentive to his father...
Rafael does not quite understand how the old man changed, to the point that anyone would say that the man who talks to Daniela, and whom the girl really adores, is different from the one who raised him... The resentment weighs heavily on Rafael...
These days I was talking with a friend about the situation of children who do not feel like visiting or even making a phone call to their parents, even when they are older.
There can be many reasons why a child is not "born" to talk to his parents. It may be, as in Rafael's case, that they have traumatic memories of another time, that have had a difficult childhood and therefore did not nurture an affection that encourages them to be condescending in adulthood.
It can also happen that parents or grandparents are hypercritical people, and in every conversation they manage to make their children or grandchildren uncomfortable, to the point of "killing" their desire to talk to them.
This is a topic I talk about with my youngest daughter. I often remind her to call my mother, her grandmother, whether the conversation is pleasant or not. I know that sometimes those conversations can be awkward because we are dealing with two generations with very different views on life. But I remind my daughter that it is up to the young to understand the old, especially if they are older.
For my generation this issue was almost no problem, there was a clear distinction between attachment and affection, where attachment was much more important than affection. And the bond generated an eternal responsibility.
Anyone could have an abusive father or an irresponsible mother, but that did not detract from that status. We might not have had the best father or the best mother, but we had a responsibility towards them and if we could, we took care of them, even if it was not pleasant, until the end of their days.
I think that now things have changed a lot in that aspect. The affection is stronger than the bond. Hence, children consciously or unconsciously give more value to affection. So, if they had abusive or irresponsible fathers or mothers, do not feel a great commitment with them. After all, they made life miserable for them when they were young.
This is an issue that I continue to see with the eyes of the past. I tell my daughter and granddaughters that their parents and grandparents deserve their attention and respect, independent of any other consideration. At the end of the day, if it were not for them we would not be in this world.
There will be very difficult situations and extreme cases of abuse from parents to children. However, resentment only serves to damage the soul, while forgiveness is great nourishment for the spirit.
Thank you for your time.
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Me encanta esta historia tan real los abuelos tienen una actitud de complicidad con los nietos diferente a como fueron con sus hijos está es la razón por la que el vínculo abuelo nieto es puro amor y comprensión
Sí, en general los abuelos son más dulces con los nietos, será que hay otra perspectiva de la vida, aunque hay algunos abuelos que no se ablandan con el paso de los años, se mantienen tan rígidos cómo cuando eran jóvenes. Muchas gracias por pasar y comentar estimada @nill2021. Que estés bien. Un fuerte abrazo desde Maracay.
Me gusto mucho tu post @irvinc .
Excelente lecciónes para todos, como padres abuelos nietos sin importar el rol que desempeñamos en la familia debemos ser tolerantes unos con otros.
El rencor nunca nos deja nada bueno y después que se acaban las oportunidades de perdonar nos arrepentimos de no haberlo hecho. Para muestra el disfrute que está teniendo la niña en la relación con su abuelo, es una relación tan sana tan cariñosa, que a todos nos quedan ganas detener un abuelito a quien llamar todos los días.
Yo por mi parte no conocí a mis abuelos ni por parte de mamá ni por parte de papá, así que me siento feliz por Daniela😉👍🏻
Me alegra que te haya gustado. Es como dices, a veces se deja pasar el tiempo de perdonar y luego la persona se arrepiente de no haberlo hecho. Creo que perdonar sana mucho al espíritu.
Yo tuve más trato con la abuela paterna, mi madre fue huérfana de madre. Con el abuelo materno compartí muy poco, casi no tengo recuerdos de él. Y el abuelo paterno no existió. Tengo cuatro nietas con las que hablo por WhatsApp.
Muchas gracias por pasar y por enriquecer la publicación con tu comentario. Que estés bien estimada @simoney24. Un fuerte abrazo desde Maracay.
Sin dudas que guardar rencores debe ser una carga muy grande y sobre todo cuando eso viene desde la niñez, lo más sano es irlas dejando en el camino y como se dice, pasar la página sobre todo cuando son personas tan cercanas como vínculo familiar, pero como dicen de todo hay en la viña del señor, cariños.
Sí, los rencores enferman. Lo mejor es dejarlos ir, total ya las cosas pasaron. Muchas gracias por la visita y el comentario estimada @doriscova8. Que estés bien. Un fuerte abrazo.
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Este tema me toca directamente porque si bien no creo sienta rencor como tal hacia mi madre nuestra relación al igual que con el resto de mis hermanas ha sido terrible y aunque vivimos juntas en espacios separados a veces simplemente no quiero bajar a hablar con ella. Estoy muy cansada de la crítica constante.
La ayudo en todo cuanto puedo, eso sí, pero no siento deseos de salir con ella o pasar horas a su lado. Bajo a diario sólo unos minutos porque prolongarlo siempre termina en discusión. Es súper triste la situación porque como dices se le debo lo que soy hoy pero es muy difícil querer estar al lado de alguien que al parecer sólo ve lo malo en ti y que te ha ofendido a través de los años. Aún no logro manejar eso y realmente no se si pueda. Porque ella no cambiará y yo no estoy dispuesta a tolerar más malos tratos.
Con mis hijos estoy tratando de criarlos en medio del respeto y del amor porque sinceramente no quiero de adultos pase lo que pasa conmigo y mi madre.
No quiero que creas que no he hecho mis intentos. Me he hecho la loca y he tratado de entender, pero la falta de respeto y el maltrato verbal es algo que nunca fue negociable. Es de esas madres que como es tu madre está en el derecho de tratarte como le provoque y la verdad el daño ha sido mucho. He hecho el intento pero ella lo hace realmente complicado.
Un abrazo amigo y gracias por llevarme a la reflexión como siempre con tus temas.
Saludos desde el caloron que está haciendo ahorita en Margarita!
Caramba, sí que es una situación triste. Es verdad lo que dices, difícilmente tu madre cambiará, son muchos años viviendo de ese modo. En algún momento de su vida ella aprendió a relacionarse mediante la crítica y no sabe hacerlo de otra manera, y es probable que no se dé cuenta que con eso espanta a sus hijas. Estando todas compartiendo el mismo ambiente la situación se vuelve más difícil.
Mi madre también es un poco complicada, para ella es mucho más fácil poner el foco en los aspectos negativos, la crítica le fluye de modo espontáneo. Aunque pueda parecer un poco extraño ella no es consciente de eso y muchas veces piensan que son los demás los que no la entendemos.
Tengo la suerte de que siempre he tenido mi propio espacio y ella tiene su casa, pero mi hermano menor, que vive en el mismo espacio, si la pasa mal a veces. Yo lo que hago cuando hablamos por teléfono es tratar de llevar la conversación a temas donde podamos coincidir, y cuando la situación se vuelve intensa me separo un poco el cell de la oreja, jajaja. Luego escucho alguna música para refrescar la mente.
Ojalá encuentres la manera de poder lidiar con tu difícil situación familiar. Sí es posible desarrollar una coraza para que uno no se afecte cuando se expone a malas caras y palabras ofensivas. Es un aprendizaje que no es nada fácil pero se puede lograr. Que Dios te de la sabiduría para encontrar el camino más adecuado. Cuídate mi estimada @rlathulerie . Que estés bien. Un fuerte abrazo desde Maracay.
Amigo, gracias por tomarte el tiempo de responder. Valoro mucho tus palabras. Es así. Ella parece no darse cuenta y la equivocada soy yo.
Mis dos hermanas están fuera Del país y se mantienen al margen. Yo dentro de todo no la dejaría sola porque ella sufre de depresión y ansiedad. Trato de lidiar con esto de la mejor manera posible porque la verdad no es fácil.
Ella simplemente piensa que nos alejamos porque somos malas, no por su conducta y ya no es algo que vaya a cambiar sino que debo aprender a manejar.
Un abrazo amigo y muchas bendiciones