Preguntas existenciales: El tamiz de tu vida (SPA-ENG)

Me remonto a mi adolescencia cuando me hice las siguientes interrogantes: ¿quién soy?, ¿de dónde vengo? Y ¿a dónde voy? Tendría unos quince años: un largurucho que usaba los suéteres, cuello tortuga y unos zapatos de suela muy ancha, muy de moda en aquella época; con un destino incierto, y quien se sentía un extraño entre los suyos, ensimismado entre los libros que tenía a su alcance. Tales cavilaciones, tal vez influenciada por el tipo de literatura que consumía con voracidad, orientada en los enigmas del pasado. Aún conservo algunos de esos ejemplares (comprados con el ahorro de la mesada escolar) en mi renovada biblioteca personal, tales como: “En la noche de los tiempos” y “Cuando las piedras hablan, los hombres tiemblan” de Rodolfo Benavides, los primeros cuatro ejemplares de la saga Caballo de Troya de J.J. Benítez, así como también, la serie de Erik Von Däniken, uno de los pioneros de la teoría de los alienígenas ancestrales, encabezado por su bestseller “Recuerdos de Futuro”.

Si bien, aún sigo sin responderlas con convicción, tengo un poco de claridad al acercarme al final del camino, al menos en la etapa que vislumbramos, más allá, solo nos queda la especulación y la esperanza.

La primera te lleva a la inmersión intrapersonal, a las regiones en donde Freud y Jung se adentraron buscando luces. Y en la que ahora, los neurocientíficos tratan de sacar réditos. Por ejemplo, las propuestas de la empresa Neurolink de Elon Musk para mejorar al ser humano. La segunda, yendo más allá de lo congénito, abordando lo cultural en las dimensiones de la sociología y que está conectada a la primera interrogante. Y la tercera, a lo concerniente al destino individual con un propósito transcendente.

Algo que pasé por alto, fue el poder del aquí y el ahora: el eterno presente en donde estamos condenados a desarrollar, y que es como un nudo gordiano que nos entrelaza a todos. Claro, también escucharás elucubraciones con base en matemáticas avanzadas que te harán dudar de la realidad en donde estás. Pero al final, sucumbirás a la idea de estar atrapado en los ciclos del universo conocido.

Así que, ¿por qué romperse la cabeza en dilucidar los enigmas existenciales? ¿Por qué angustiarse por el sentimiento de estar atrapado en las circunstancias?

Cuando leí el post de @miriannalis hice clic con la filosofía detrás de lo que se practica en la Biodanza y en la formulación de las preguntas que nos deja con base en el pensamiento de Rolando Toro. En tal sentido, creo que por allí van los tiros.

Al desandar sobre mis pasos, tomó consciencia del afán con que nos empeñamos por el ayer (afligirnos por los supuestos errores) y por el mañana (en evitar o dilatar los sucesos nefastos). Intentar tomar control de algo intangible, que subyace en el pensamiento mismo, es un total despropósito. Piénsalo bien: somos el resultado de nuestras acciones en el aquí y ahora. No existe el ayer, ni mañana, solo los hilos que anudamos en nuestro instante eterno.

Reconocer esta verdad, también nos conduce al amor. Por supuesto, hay quienes se mantienen en el camino a través del amor. Quizás, nacieron iluminados o la adquirieron por efectos de circunstancias que escapan a nuestra comprensión.

Creo que me repito en las ideas, con seguridad las habré replicado en más de una publicación, pero eso no le quita la pertinencia en este momento en que escribo, y tu me lees.

Los ciclos te hacen comprender los fallos en el camino. Algunos los llaman Karma, otros, la relación entre causa y efecto. Ahora yo los llamo falta de amor, tamizado por el egoísmo y la ignorancia.

Quizás las mayores preguntas existenciales y más evidentes se arremolinen entorno al amor. Si las respondes, habrás vivido de verdad más allá de los ciclos. ¿Cuándo termina, cuándo comenzó? No lo sé, solo puedo especular mientras esté aquí y ahora, y vivir a plenitud sin dañar a los demás.