Rosa and her great dream - Never stop fighting [Esp-Eng]

Rosa creció en un barrio pobre, en donde todos tenían un mismo estatus económico y nadie se creía superior a otro, a pesar de lo poco que poseían ella era feliz, pasaba sus días bailando, inventando coreografías e imaginando que bailaba frente un gran público que con admiración la miraban. Sin embargo, buscando una mejor vida, papá y mamá decidieron mudarse con su pequeña Rosa a otra ciudad, con la meta de conseguir mejores empleos y así dar a su única hija una buena educación, para darle aquello que ellos nunca tuvieron.

Al llegar a esta nueva ciudad, Rosa estaba tan emocionada, deseando ir a clases por primera vez, brincaba y bailaba con alegría gritando "finalmente iré a la escuela" aunque en su mente solo existía la idea de que podría recibir clases de baile. Por supuesto sus padres también estaban contentos, habían logrado aquello que tanto deseaban, y todos esos sacrificios para pagar la escuela de Rosa, finalmente habían traído frutos.

El primer día de clases, Rosa deseaba hacer amigos, pero en su clase nadie quiso acercarsele, con la mejor actitud saludaba a todos. Pero sólo recibía miradas de desprecio de parte de todos, era tan inocente y frágil, que sin rendirse se acercó a todos los niños que pudo.

Hola soy Rosa –les decía emocionada– soy nueva por aquí.

No recibió respuesta de ninguno, hasta que una de los niños echó sobre su cabello algo de basura, y todos los demás niños rieron, haciéndola sentir triste, sola y además humillada. No sólo era nueva en la escuela, la más grande de su clase y además su ropa había sido remendada con amor, todos estos niños habían sido criados en un lugar muy diferente al de ella, y esta diferencia no permitió que la aceptarán en la escuela

Su sueño había sido quebrado de la manera más cruel posible, y fue en ese momento que de la peor manera comprendió, que a veces no bastaba con soñar, y que lamentablemente por no tener dinero, no sería aceptada en cualquier lugar. Así que creció sin amigos, llena de complejos y sueños rotos, pero también con un corazón noble, que por más daño que le hicieron nunca fue corrompido.

Los comentarios y acciones crueles poco a poco rompen la confianza en uno mismo, llenandonos de miedo y haciéndonos sentir incapaces de alcanzar aquellos sueños que nacieron con nosotros, y esto fue lo que le ocurrió a Rosa, constantemente recibía insultos y desprecio y en ocasiones de parte de personas que debían apoyarla. Su mayor deseo era llegar a ser una gran bailarina, pero siempre fue mayor y más grande que las otras chicas, así que intentarlo solo la llevaría a recibir más burlas y críticas de parte de todos.

Con el tiempo rosa dejó de bailar incluso en casa, llena de inseguridades abandonó aquello que tanto soñaba, un día su madre llegó de sorpresa a visitarla. Llena de orgullo por todo lo que había alcanzado su hija, un buen empleo tras terminar sus estudios en una de las mejores universidades, e incluso tenía su propia casa. Tras hablar un buen rato con Rosa su madre se dió cuenta de la tristeza que oprimía su corazón, notó que ya no era aquella chica llena de brillo, alegre y segura de sí. Con amor, su madre le contó una breve historia.

"Mamá gata, consiguió un pequeño cachorro a quien adoptó como hijo suyo, este era más grande que todos los gatitos, era más gordo también, debido a esto fue rechazado por todos, recibió críticas y también desprecio de parte de todos lo demás gatos, su sueño era correr libre en un gran campo verde, pero vivía condenado a atrapar ratones en la calle.

Estaba tan triste y sólo, y se sentía fuera de lugar, su tamaño había superado por mucho al de los gatos adultos, pero seguía intentando esconderse debajo de los autos, un día corrió rápido fuera de ese lugar en el que no era aceptado, fue a buscar aquel campo con el que tanto había soñado, por el camino comprendió que ese no era su lugar, no era como los demás gatos, era un gran tigre y su lugar era aquel con el que soñó toda su vida y cuando llegó a él, se sintió pleno y libre."

Entonces hija ve –dijo su madre– consigue cuál es ese lugar al que perteneces.

Rosa abrazó a su mamá con fuerzas, era lo que tanto había necesitado escuchar, y comprendió que ese nunca había sido su lugar aún que todos hicieran lo mismo, y no importaban las críticas, debía seguir luchando por alcanzar su sueño, su sueño de ser libre bailando. Así que entró a una prestigiosa academia de baile, en la que fue valorada por su talento y finalmente hizo realidad aquel deseo que tenía de niña, de bailar en un gran escenario lleno de gente.

Todos tenemos sueños y metas, pero el mundo está hecho para que los abandonemos, para que los pongamos a un lado si estos sueños no van de la mano con lo que el mundo considera que debe ser una vida exitosa. A veces está forma de pensar, hace que la gente haga comentarios crueles que llevan a otros a abandonar dichos sueños. Pero no, no importa lo que digan no porque todo el mundo haga una cosa, significa que nosotros también debamos hacerlo. Así que, sigamos luchando por alcanzar aquellos sueños que nacieron con nosotros.