Tío Conejo, Tío Tigre y el secreto del espanto muerto

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     El pasado jueves 16 de septiembre se cumplió un año más de la muerte del poeta, novelista, cuentista y ensayista venezolano, Antonio Arráiz, quien fuera el responsable de recopilar en su libro, Cuentos de Tío Tigre y Tío Conejo (1945), las historias picarescas de este personaje que se venezolanizó y pasó a ser parte de nuestro folclor, hecho que aprovechó Antonio Arráiz para escribir su libro más popular.

     Releyendo a este venezolano se me ha ocurrido escribir mi propia historia con Tío Tigre y Tío Conejo, como un homenaje a Antonio Arráiz y un ejercicio de lectura para el disfrute de todos.

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Antonio Arráiz Fuente dominio público

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TÍO CONEJO, TÍO TIGRE Y EL SECRETO DEL ESPANTO MUERTO

     Tío Conejo venía caminando por el bosque cuando de pronto vio a Tío Tigre cantando que te cantando y más cantando cerca de unos árboles y para llamar su atención, alzó fuertemente la voz y comenzó también a cantarrear. El tigre, que no dudó en que seguro el conejo le preparaba una broma, le preguntó por qué andaba tan contento, y el conejo, ágil para jugarle bromas al tigre, le dijo que no podía contarle el secreto, pero que sí podía cantarle la canción y cantó:


Soy Tío Conejo
no me pongo viejo
pues tengo el secreto
del espanto muerto

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     ─Y qué secreto es ese, Tío Conejo ─preguntó el tigre.
     ─No puedo decirle, querido Tío Tigre, si lo hago corro el riesgo de ponerme viejo de inmediato.
     ─Dígame, al menos, quién es ese espanto, a lo mejor y hasta lo conozco. ─Insistió Tío Tigre.
     ─Veo que es grande su curiosidad ─agregó el conejo─ acaso no ha escuchado decir que la curiosidad mató al gato.
     ─Al gato, pero no al tigre, ─refutó Tío Tigre─ qué le cuesta decirme dónde consigo al espanto muerto para que me dé el secreto de no ponerme viejo o es que todo es mentira.
     ─Qué desconfiado anda usted, Tío Tigre, como cree que mentiría con algo tan serio. Mire, no puedo decirle el secreto, el espanto me dijo que no lo contara, pero no me dijo que no dijera su dirección, así que se la diré, eso sí, para llegar hasta allá debe llevar tres requisitos.

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     ─Y cuáles son esos tres requisitos, dígamelos por favor, apreciado Tío Conejo.
     ─Bueno, le diré, pero no creo que usted sea capaz de cumplir con algo así y no es que no lo considere valiente, pero meterse en la cueva de las hormigas y aguantar las picadas durante una hora, creo que no será nada fácil.
     ─Delo por hecho, Tío Conejo, unas cuantas puyaditas de hormigas no me dañaran una sola pinta.
     ─Lo segundo que debe hacer es atravesar nadando el río Orinoco, justo donde Tío Caimán y sus amigos cazan sus presas ¿es usted buen nadador, Tío Tigre?
     ─No muy bueno, pero ayudado por Dios, confío en cruzar hacia el otro lado.
     ─Por último, tiene que conseguir la melena de Tío León.
     ─Está bien, ─contestó el tigre─ así tenga que dejar parte de mi pellejo en las garras del león, conseguiré su melena y se la llevaré al bendito espanto ese.
     Finalmente, Tío Conejo dijo:
     ─Si cumple con esos requisitos, el espanto muerto aparecerá y le dará el secreto de la juventud.
     Tío Tigre, respondió:
     ─Considerando que seré joven el resto de mi vida, unas mordiditas de hormigas, un sustico de caimanes y unas cuantas rajuñaditas de león, no serán nada después de todo.
     Y diciendo eso fue corriendo hasta la casa de las hormigas y convocó al caimán y al león a una reunión para que lo ayudaran a invertir la jugarreta que Tío Conejo le había montado. ¡Y así hicieron!
     Las hormigas lo dejaron entrar a su cueva y no lo puyaron, Tío Caimán habló con sus amigos para que ayudaran a pasar al tigre y Tío León le prestó una peluca vieja que había heredado de su abuelo. Cuando el tigre obtuvo esto, llegó muy contento y cantando a la cueva del conejo:

Soy Tío Tigre
amigo del conejo
no me pongo viejo
pues tengo el secreto
del espanto muerto

     Sorpresa para el conejo ver al tigre de lo más contento, cantando y con la peluca del león. Cuando estuvieron frente a frente, Tío Tigre, dijo:

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     ─¡Gracias! amigo Conejo, esta mañana el espanto muerto se me apareció y me concedió el secreto de la juventud.
     Tío Conejo, boquiabierto, no podía creer lo que estaba escuchando y Tío Tigre, insistió:
     ─Me dijo el espanto muerto, que alguien andaba diciendo por ahí, que sabía el secreto, pero que era falso porque hasta el momento, únicamente me lo había dicho a mí por ser valiente y aguantar a las hormigas, nadar frente a los caimanes y vencer al rey león. ¿Si usted quiere le confieso el secreto? Claro, si desea ser joven para siempre, como yo.
     Como todavía el conejo estaba dudoso el tigre volvió a la carga:
     ─La cosa es sencilla, Tío Conejo, usted me deja entrar a su cueva y un papel le escribo el secreto, así evita la puyada de las hormigas, el susto con los caimanes y la pelea con el león, anímese antes de que se ponga viejo.

     Tanta cháchara tigresa convenció al conejo quien lo metió en su cueva. Entraron los dos, pero únicamente salió el más pila.

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La portada fue editada en Canva / Imágenes tomadas de Pixabay:
Tigre, Conejo, Cueva, Bosque



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Y por fiiiin Tío tigre le gana una a tío conejo. Como que tantos años de llevar palo lo enseñaron a usar su astucia y picardía mas que su fuerza y ferocidad.
Sería fino que te pasaras por el mundo del corre caminos y el coyote,aunque no es venezolano, pero desde niña tengo ese reconcomio con ese piazo 'e pajarraco que le hace bullying al pobre coyote. Siempre quise ver una en que el coyote saliera ganando. Jejejeje.
Saludos querido amigo @jesuspsoto, me encantó tu cuento de Tío tigre y Tío conejo, seguro que Arraiz se sentirá honrado.
Te mando un abrazo virtual.

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El Coyote no podrá
ganarle al Correcamino
mientras no salga del guion
que alguien marcó en su destino.
Así nos pasa en el arte;
corremos por un camino
que ya otros han trazado
sin desviarse a alguna parte
y quedamos rezagados.

Recibí tu abrazo virtual
y tal cual te envío mis brazos.

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Ja, ja, ja, este si que está bueno!!!! Finalmente leo a un Tío Tigre vencedor...

!discovery 40

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Muy buena la historia. No conocía a Antonio Arráiz, voy a ver si puedo conseguir alguno de sus libros. ¡Saludos!

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