English Version

In a small area such as Old Havana, one of the oldest in the Cuban capital and where the first village was founded, it is quite notable the number of churches and convents that are found in it. That is why it is not surprising that when walking through its surroundings we quite frequently come across some of these religious temples.

In the first centuries after the founding of the city, the Church played an important role regarding the power it exercised in the colony, in addition to the deep religiosity that always characterized the Cuban population, one of the reasons why they were built. Although currently some of these buildings serve different social and cultural functions, most still preserve their religious character and are recognized and visited even by people coming from other countries.

In this publication today I want to show one of those churches that, like many others, has survived the passage of time and is part of the heritage and the historical and cultural legacy of the city. I am referring to the Church of San Francisco de Paula.

I am sure that most of those who have walked along the Alameda de Paula, a seaside promenade much visited and known by all Habaneros since it offers one of the most beautiful views of the sea facing the city, have reached the place where the church is located, which is situated right at the end of this promenade, as the culminating point of the walk.

Although this temple no longer fulfills religious functions and nowadays is a space used as a concert hall for ancient music, it still maintains its original structure and is a reference of colonial architecture from another era. This is a building that does not go unnoticed, so I took some time to walk around it and stop to enjoy its grand construction.

The first thing that stands out in the distance when we glimpse this great stone structure is its imposing dome, and as we get closer we begin to discover details that leave no doubt that we are before a unique temple. An old bronze bell, a large wooden door plated with metal, and beautiful stained glass windows that even from the outside reveal their beauty.

We also find in the large square that surrounds the church a small sculpture that draws attention because of its bearing and because it might seem out of place in this site. It is the sculpture of Enriqueta Favez, the first woman who practiced medicine in Cuba, and who defied the norms imposed by the society of the time in which she lived.

As we delve into the history of the Church of Paula, as it is known, we understand that this statue is also a tribute to courage and dignity. Next to the church, for a time, there existed a hospital that welcomed poor women of scarce resources and was also the place where for the first time women carried out the dedicated work of nursing.

Today, this church, like many others, is testimony of an era that still endures for the delight of all those who stop to admire this jewel of the past.

I hope you have enjoyed the tour. Cheers, and until next time!

En una pequeña zona como La Habana Vieja, una de las más antiguas de la capital cubana y donde se fundó la primera villa, resulta bastante notable la cantidad de iglesias y conventos que se encuentran en ella. Por eso no es de extrañar que al pasear por sus alrededores nos crucemos con bastante frecuencia con alguno de estos templos religiosos.

En los primeros siglos tras la fundación de la ciudad, la Iglesia desempeñó un papel importante en cuanto al poder que ejercía en la colonia, además de la profunda religiosidad que siempre caracterizó a la población cubana, una de las razones por lo que se construyeron. Aunque actualmente algunas de estas edificaciones cumplen funciones sociales y culturales distintas, la mayoría conserva aún su carácter religioso y son reconocidas y visitadas incluso por personas provenientes de otros países.

En esta publicación de hoy quiero mostrar una de esas iglesias que como muchas otras ha sobrevivido al paso del tiempo y forma parte del patrimonio y del legado histórico y cultural de la ciudad. Me refiero a la Iglesia de San Francisco de Paula.

Estoy segura de que la mayoría de quienes han recorrido la Alameda de Paula, paseo marítimo muy visitado y conocido por todos los habaneros ya que ofrece una de las vistas más bellas del mar de cara a la ciudad, han llegado hasta el lugar donde se encuentra la iglesia, la que está ubicada justo al final de esta alameda, como punto culminante del paseo.

Aunque este templo ya no cumple funciones religiosas y hoy en día es un espacio que se usa como sala de conciertos de música antigua, aún mantiene su estructura original, y es un referente de la arquitectura colonial de otra época. Esta es una edificación que no pasa desapercibida, por lo que dediqué un tiempo a rodearla y detenerme en disfrutar de su grandiosa construcción.

Lo primero que sobresale en la distancia cuando divisamos esta gran estructura de piedra, es su imponente cúpula y a medida que nos acercamos vamos descubriendo detalles que no dejan lugar a dudas de que estamos ante un templo único. Una antigua campana de bronce, una gran puerta de madera enchapada en metal y hermosos vitrales que incluso desde el exterior revelan su belleza.

También encontramos en la gran plaza que rodea la iglesia una pequeña escultura que llama la atención por su porte y porque pudiera parecer fuera de lugar en este sitio. Se trata de la escultura de Enriqueta Favez, la primera mujer que ejerció la medicina en Cuba, y que desafió las normas impuestas por la sociedad de la época en que vivió.

Al adentrarnos en la historia de la Iglesia de Paula, como se le conoce, comprendemos que esta estatua es además, un homenaje a la valentía y la dignidad. Junto a la iglesia, durante un tiempo, existió un hospital que acogía a mujeres pobres y de escasos recursos y fue también el lugar donde por primera vez las mujeres ejercieron la dedicada labor de la enfermería.

Hoy, esta iglesia como muchas, es testimonio de una época que aún perdura para deleite de todos los que se detengan a admirar esta joya del pasado.

Espero hayan disfrutado del recorrido. Un Saludo, ¡y hasta la próxima!