Esa estrella de 90 años llamada Elisa Lerner

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La impar narradora, dramaturga, ensayista y cronista venezolana de origen judío Elisa Lerner llega hoy a sus 90 años (nació el 6 de junio de 1932 en Valencia). Cumplió responsabilidades como representante diplomática del país en varias ocasiones. Perteneció a uno de los grupos literarios venezolanos más importantes, Sardio, junto a los escritores Adriano González León, Guillermo Sucre y Salvador Garmendia. Su obra, escrita con un singular estilo y un uso distinguido de la lengua, ha sido reconocida por estudiosos y críticos hispanos. En dramaturgia destaca Vida con mamá (1976); en el área de la narrativa su novela De muerte lenta (2006) y libros de relatos como Homenaje a la estrella (2002); en ensayo su conocido Yo amo a Columbo (1979); en crónicas, quizás el género que más ha sido difundido de su producción literaria, el infaltable libro Crónicas ginecológicas (1984).


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La escritora Elisa Lener en foto del 2013 - FuenteLicencia


Son diversos los aspectos que pudieran destacarse de su obra, pero hay dos insoslayables. En primer lugar, su voz como mujer, que reflexiona y devuelve a los lectores, desde una particular ironía y emoción, su visión de la condición femenina, no en abstracto, sino en contextos específicos. Y con esto se relaciona el segundo aspecto: la presencia de la memoria, esa fuente que baña toda su obra con un vívido sentido de pertenencia e identidad sentimental.

Hoy es celebrada, con un merecido homenaje nacional e hispanoamericano, por diferentes instituciones literarias y culturales, como puede verse en lo publicado en redes sociales:

https://instagram.com/stories/culturaurbanaoficial_/2854638151822176581?igshid=MDJmNzVkMjY=


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Me uno a ese tributo a nuestra querida escritora centrándome en la reproducción de fragmentos de dos de sus libros: Crónicas ginecológicas y Homenaje a la estrella.

De Crónicas ginecológicas, de su texto “Un dócil rumor de máquinas Singer” (que pueden leerlo completo aquí):

A las mujeres las arrulla un tenaz pero dócil rumor de máquinas Singer. Habrán de constituir el más masivo sueño femenino. En la clase media, las venezolanas, de no ser cónyuges, han de ser modistas. Las maquinas Singer –gordas, ampulosas– no solo ocupan gran parte de la vida de esas damas, sino muy vasto espacio en las habitaciones. Para una mujer soltera, ese sólido instrumento de costura es casi tan respetable como un marido.

Pero la temblorosa voz de Anita Mercedes Hernández Pesquera, recitando en los quietos crepúsculos dominicales de La Voz de la Patria de los años 40, algún melancólico poema de la Storni o la muy dulce voz de Lupita Ferrer en una telenovela de la Fiallo, señalan una ambigua condición por parte de la mujer de nuestros países.

Una ambigua condición –porque es sublime y al mismo tiempo de derrota– de la cual parece burlarse un tanto el macho del trópico. Aunque –muy en el fondo– le encanta, por la cual quiere ser seducido y con la que se identifica. Esa ambigua condición femenina, el macho de estos lares la anhela para su mujercita y, largamente, la ha añorado en la voz de la madre.

***

Con una fina ironía, en su crónica, Elisa Lerner nos entrega una visión de la mujer que, aunque habla de la que existe en los años 40 en Venezuela, puede extenderse hasta nuestros días, tanto en la concepción autoasumida de la mujer, como en la del “macho del trópico”. Hurga nuestra escritora, como lo hace en otras crónicas y relatos, en esa contextura o “geografía emocional” que ha ido conformando a la mujer (¿solo venezolana?) en relación con su mundo; y lo hace con una escritura que, aunque no ubicados en ese tiempo específico, nos propicia a la reflexión.



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El otro texto del que reproduzco unos fragmentos es “Homenaje a la estrella”, que si están interesados pueden leerlo completo en este enlace:

Estrella: de todos modos, gracias te doy. Para perseverar en los ímpetus que brindabas desde las pantallas de cine y carátulas de revistas, una dama desdeñosa de las pasiones ocultas se vio casi obligada a sobrellevar una suerte de doble vida. A la par que bibliotecaria médica, he sido como una poco agraciada espía inglesa de usos frugales.

Una mujer pacífica, insignificante, que espiaba por amor, por agradecimiento. Una mujercita, cuyos rasgos eran una borrosa copia secretarial, facsimilar, gustosa hubiera donado la única obstinación de su cara –la nariz de pico montañés– al primer cirujano plástico que estuvo consultando algún libraco en la biblioteca médica. Pero, naturalmente, no me atreví: suficiente obsequio a la vida fue ofrecer la inédita vagina de una señorita a los acatamientos conyugales. Cuentas con mi gratitud eterna, reina de las ilusiones. Sin tu inspiración modélica, es posible que yo, ahora, estuviese ahogada –Ofelia hidráulica– entre los charcos pantanosos de mi matrimonio con el ingeniero.

El futuro de jubilada solitaria no me parece aterrador. Me siguen esperando sorpresas, maravillas camino de los bosques rápidos de los quioscos, donde la desobediencia de tus gestos domina: ilumina.

***

Este maravilloso relato de nuestra autora, al modo de un texto epistolar, dirigido a la retribución emocional de una diva del teatro y el cine hollywoodense, se convierte en el espejo donde la hablante se mira en sus carencias y deseos, en sus intentos y fracasos, solo estimulada en esa rutina de leer revistas de amor ajeno (de estrellas mediáticas), con una expectativa completamente ilusoria, que advertimos como soledad.

Referencias:

https://es.wikipedia.org/wiki/Elisa_Lerner
https://www.eldiarioar.com/cultura/lecturas/cronicas-ginecologicas_1_8636204.html
https://historico.prodavinci.com/2016/03/08/artes/invitacion-asi-que-pasen-cien-anos-de-elisa-lerner-el-nuevo-libro-editado-por-madera-fina/
https://historico.prodavinci.com/2016/03/08/vivir/la-mujer-satelite-lunar-por-elisa-lerner/
https://eltallerblancoed.files.wordpress.com/2020/03/elisa-tripa-pagina-definitivo.pdf


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Gracias por su lectura.


Gif diseñado por @equipodelta



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4 comments
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Un buen acercamiento a la obra de Elisa Lerner, una de mis escritoras venezolanas más admiradas, pocos escritores mujeres o hombres han sentido tanta preocupación por el país, y lo han representado con la agudeza que ella lo ha hecho, y ciertamente también ha sido medular en su obra la condición femenina. Tengo el gusto de conocerla, además de haberla leídos por muchos años y haberle leído sus textos a mis alumnos. Le tengo un gran afecto.

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Es una aproximación modesta y un poco ligera, pero que quise hacer para celebrar con el país literario sus 90 años. Ayer la escuché y vi en línea en la presentación de su nuevo libro Sin orden no concierto. Gracias por tu lectura y comentario, @beaescribe.

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