Imre Kertész: una visión herida por el horror del totalitarismo

avatar
(Edited)

(Versión en inglés aquí| English version here)

El Premio Nobel de Literatura nos ha sorprendido en varias ocasiones en las últimas dos décadas, sobre todo a los lectores venezolanos, que hemos tenido muchas limitaciones para acceder a ciertos autores de otras latitudes en ese tiempo. Así ocurrió cuando en 2002 le fuera otorgado a un autor un tanto desconocido en estos lares. Me refiero al escritor húngaro Imre Kertész.


Imre Kertész.jpg
El escritor Imre Kertész (Foto: REUTERS_LIVE) - Fuente / Source


Imre Kertész nació el 9 de noviembre de 1929 en Budapest. Aunque ha pasado la fecha, quise aprovecharla para compartir con ustedes, apreciados lectores, algo de su obra a la que he podido tener acceso, la cual es, verdaderamente, de sumo interés. Kertész falleció en 2016.

Su producción literaria, entre la narrativa (novela y cuento), el ensayo y el diario, está caracterizada por una gran intensidad vital y una profunda y problematizada reflexión. Entre sus libros destacan Sin destino (1975), El fracaso (1988), Kaddish por el hijo no nacido (1990), Diario de galera (1992), Un instante de silencio en el paredón (1998) y Yo, otro. Crónica del cambio (1997). Sobre este último hablaré más adelante. Toda su obra ha sido publicada al español.

Siendo de estirpe judía, sufrió las terribles situaciones provocadas por el hitlerismo (o nazismo). En 1944 fue confinado en Auschwitz y luego en Buchenwald, campos de concentración y exterminio nazi en Polonia y Alemania, respectivamente. Aunque logró sobrevivir y ser liberado, luego le tocó ser víctima de las penurias propias del régimen comunista estalinista que se impuso en Hungría, como estado controlado por la Unión Soviética.


image.png
Campo de concentración y exterminio de Auschwitz - Fuente / Source - Licencia


Luego de ser galardonado con el Premio Nobel pude adquirir su libro Yo, otro, que me removió emocional y espiritualmente, hasta no olvidar su incidencia. En este Kertész nos ofrece reflexiones acerca de los cambios vividos por el individuo, entre padecimientos y asensos, a lo largo de la historia occidental desde la Segunda Guerra Mundial. Son textos ensayísticos tocados por lo narrativo, en los que se permean su acercamiento y gratitud a grandes escritores de su afecto, como Franz Kafka, Karl Kraus, Ludwig Wittgenstein, Elías Canetti, Paul Celan, Primo Levi. En su visión, con frecuencia escéptica y desengañada, no puede dejar de advertirse las heridas impresas en su alma, como estigmas, por el horror de las experiencias totalitarias.

Seguidamente, transcribiré algunas frases o fragmentos del libro indicado.


Yo, otro.jpg
Fuente / Source


El hecho de estar marcado es mi enfermedad, pero al mismo tiempo el acicate, el dopaje de mi vitalidad; de ahí extraigo mi inspiración cuando, de repente, con un grito frenético como quien sufre un ataque, paso de la existencia a la expresión.

(…) el mundo se destruye desde muy adentro, desde mucho más adentro de lo que es capaz de concebir la historia, sea con la razón, sea con la ciencia…

¿Habéis observado que en este siglo XX cada cosa se ha vuelto más verdadera (…)? El soldado se ha convertido en asesino profesional; la política, en crimen; el capital, en gran industria exterminadora de hombres y equipada con crematorios; la ley, en regla para el juego sucio; la libertad universal, en cárcel para los pueblos; el antisemitismo, en Auschwitz; el sentimiento nacional, en genocidio. Nuestra era es la era de la verdad, no cabe la menor duda.

Las situaciones modernas siempre riman de alguna manera con Auschwitz; de algún modo Auschwitz siempre surge de las situaciones modernas.


image.png
Fuente / Source


¿Sabéis que Lenin ahuyentaba a pedradas a los ruiseñores? Así es, lo vi por televisión, en una película de un joven director ruso. Fotografías documentales de Lenin, con su rostro petrificado tras la apoplejía. Se lo llevaron a Crimea, a la primavera, al agua, a la luz del sol, para ver si allí se sentía a gusto. Pero los ruiseñores lo despertaban de madrugada. Una de esas madrugadas salió precipitadamente al jardín, dispuesto a ahuyentarlos. Recogía piedras y se las arrojaba. De pronto se dio cuenta que ya no podía levantar las piedras ni el brazo: había quedado paralítico. Era la venganza elegante, exquisita, pero también granítica, de los ruiseñores en el gran revolucionario que no soportaba su canto. La venganza del artista.

El hombre se purifica de vez en vez, como la naturaleza cuando el viento fresco arrastra las pesadas nubes y barre el aire sofocante, las brumas asfixiantes: esa bonanza interior, esa luz del sol dentro de nosotros, es tan difícil de explicar como estos fenómenos naturales…

La ligera irrealidad de la vida, esa tierra esponjosa en la que luego florecen los recuerdos como fúlgidas amapolas.

(…) somos mediadores que ligamos la vida con el sentido, y aunque en la práctica fracasemos en ambos campos, en el de la vida y en el del sentido, esto no significa nada en comparación con la extraordinaria dimensión que genera cada vida humana.

Soy el protagonista ligeramente escéptico, pero aun así sensible, de la novela de formación que es mi vida.

***

Espero que puedan percibir la agudeza del pensamiento de Kertész, que puede ser expresada como dura reflexión acerca de lo sufrido en la vida, como en asentida vislumbre de su belleza y potencialidad. Así, reconoce su herida, pero también la posibilidad que despierta a la escritura. Revela el “corazón de las tinieblas” (parafraseo a J. Conrad) de lo humano que da lugar a los horrores, entre ellos ese que se ha convertido en terrible icono histórico de estos: Auschwitz, pivote del Holocausto.

Con base en esa experiencia, se preguntaría el filósofo alemán Theodor Adorno si después de Auschwitz es posible la poesía. Pero, Kertész hurga en cómo ese emblema ideológico-emocional que puede representar Auschwitz como horror puede regenerarse (¿no lo han sido todas las masivas muertes en los estados comunistas –Unión Soviética, China, Camboya, Corea, etc.– y en acciones interventoras de estados liberales –USA, v.g.?).

Sin embargo, entre ese dolor, sentimiento de derrota y escepticismo de Kertész, hallamos una concepción de hermoso aliento, de esperanza, de validación de la vida y sus posibilidades.

Referencias:

Kertész, Imre (2002). Yo, otro. Crónica del Cambio. España: Edit. Acantilado.
https://es.wikipedia.org/wiki/Imre_Kert%C3%A9sz
https://en.wikipedia.org/wiki/Imre_Kert%C3%A9sz
https://elpais.com/diario/2002/12/07/babelia/1039221551_850215.html


Vector abstracto 1.jpg


Gracias por su lectura | Thank you for reading.

Translated with www.DeepL.com/Translator (free version)



Gif diseñado por @equipodelta

colmena (3).gif

Vote la-colmena for witness By @ylich



0
0
0.000
3 comments