Julio Cortázar, el poeta

El gran escritor argentino Julio Cortázar falleció hace ya 40 años, el 12 de febrero de 1984 en París. Como se sabe, fue una figura capital del llamado boom de la literatura latinoamericana, ese fenómeno que catapultó a nuestra literatura fuera de las fronteras nacionales y regionales, en el que aparece junto con Gabriel García Márquez, Carlos Fuentes y Mario Vargas Llosa, entre sus principales representantes. Se le conoce como cuentista y novelista, pero fue un excelente ensayista, cronista y también poeta.

Sobre Julio Cortázar he publicado en #Hive tres posts en años anteriores; de estar interesados pueden visitarlos en los siguientes enlaces: 1, 2 y 3. De su biografía, pueden leer ampliamente en la referencia dada. Así, pues, en este post solo me dedicaré a abordarlo como escritor de poesía.

El escritor Julio Cortázar - Fuente

La poesía no es un atributo exclusivo del poema, ya que puede estar contenida implícita o explícitamente en textos narrativos, dramáticos y ensayísticos. En Cortázar esto es absolutamente verdadero; ahí están sus novelas como Rayuela para constatarlo, especialmente el capítulo 7 (el del beso) y muchos de sus cuentos. Sin embargo, aun no siendo el género llamado poesía aquel por el cual destacara, le dedicó mucha de su atención, tanto como lector (de eso es prueba las continuas referencias a poetas y a poemas de diferentes ubicaciones) que como escritor.

Había publicado dos libros de poemas (en 1938 y 1971), y es, precisamente, de poesía su último libro, publicado pocos meses después de su muerte. Su título Salvo el crepúsculo, frase tomada de un haiku del maestro japonés Matsuo Bashō: "Este camino / ya nadie lo recorre / salvo el crepúsculo" nos conecta, desde este paratexto, con el sentido que permeará todo el libro.

Se trata de un libro híbrido, que recoge textos acumulados a lo largo de los años e incluye poemas en prosa, poemas en versos libres o rimados (sonetos), reflexiones breves de tipo autobiográfico, citas y epígrafes de autores de su predilección, manuscritos, etc. Vuelve sobre sus caros temas: la ciudad (Buenos Aires, París), el tango, la creación artística, y, sobre todo, el amor, o los amores. Una pequeñísima selección de poemas de esta última temática reproduzco a continuación.

Fuente

After such pleasures

Esta noche, buscando tu boca en otra boca,
casi creyéndolo, porque así de ciego es este río
que me tira en mujer y me sumerge entre sus párpados,
qué tristeza nadar al fin hacia la orilla del sopor
sabiendo que el placer es ese esclavo innoble
que acepta las monedas falsas, las circula sonriendo.

Olvidada pureza, cómo quisiera rescatar
ese dolor de Buenos Aires, esa espera sin pausas
ni esperanza.
Solo en mi casa abierta sobre el puerto
otra vez empezar a quererte,
otra vez encontrarte en el café de la mañana
sin que tanta cosa irrenunciable
hubiera sucedido.
Y no tener que acordarme de este olvido que sube
para nada, para borrar del pizarrón tus muñequitos
y no dejarme más que una ventana sin estrellas.

El breve amor

Con qué tersa dulzura
me levanta del lecho en que soñaba
profundas plantaciones perfumadas,

me pasea los dedos por la piel y me dibuja
en el espacio, en vilo, hasta que el beso
se posa curvo y recurrente

para que a fuego lento empiece
la danza cadenciosa de la hoguera
tejiéndonos en ráfagas, en hélices,
ir y venir de un huracán de humo

(¿Por qué, después,
lo que queda de mí
es sólo un anegarse entre cenizas
sin un adiós, sin nada más que el gesto
de liberar las manos?).

Cinco últimos poemas para Cris

Ahora escribo pájaros.
No los veo venir, no los elijo,
de golpe están ahí, son esto,
una bandada de palabras
posándose
       una
              a
                     una
en los alambres de la página,
chirriando, picoteando, lluvia de alas
y yo sin pan que darles, solamente
dejándolos venir. Tal vez
sea eso un árbol

o tal vez
el amor.

Fuente

Una carta de amor

Todo lo que de vos quisiera
es tan poco en el fondo
porque en el fondo es todo

como un perro que pasa, una colina,
esas cosas de nada, cotidianas,
espiga y cabellera y dos terrones,
el olor de tu cuerpo,
lo que decís de cualquier cosa,
conmigo o contra mí,

todo eso que es tan poco
yo lo quiero de vos porque te quiero,

Que mires más allá de mí,
que me ames con violenta prescindencia
del mañana, que el grito
de tu entrega se estrelle
en la cara de un jefe de oficina,

y que el placer que juntos inventamos
sea otro signo de la libertad.

Los amigos

En el tabaco, en el café, en el vino,
al borde de la noche se levantan
como esas voces que a lo lejos cantan
sin que se sepa qué, por el camino.

Livianamente hermanos del destino,
dióscuros, sombras pálidas, me espantan
las moscas de los hábitos, me aguantan
que siga a flote entre tanto remolino.

Los muertos hablan más pero al oído,
y los vivos son mano tibia y techo,
suma de lo ganado y lo perdido.

Así un día en la barca de la sombra,
de tanta ausencia abrigará mi pecho
esta antigua ternura que los nombra.

Resumen de otoño

En la bóveda de la tarde
cada pájaro es un punto del recuerdo.
Asombra a veces que el fervor del tiempo
vuelva, sin cuerpo vuelva, ya sin motivo vuelva;
que la belleza, tan breve en su violento amor
nos guarde un eco en el descenso de la noche.

Y así, qué más que estarse con los brazos caídos,
el corazón amontonado y un sabor de polvo
que fue rosa o camino
El vuelo excede el ala.
Sin humildad, saber que esto que resta
fue ganado a la sombra por obra de silencio;
que la rama en la mano, que la lágrima oscura
son heredad, el hombre con su historia,
la lámpara que alumbra.

Entre muchos poemas de amor de este libro escogí estos porque condensan, en mi interpretación, los caracteres principales de esa concepción vital del amor que deja colar Cortázar en su escritura. Es el amor a la mujer (amante o esposa), pero también –de algún modo– a la ciudad, a la naturaleza (pájaro, árbol, río), a los amigos, incluso a la poesía misma. Muestran ese talante emotivo que se expresa como gratitud y nostalgia (lo fugaz, lo perdido, lo ausente), con un vívido tono erótico en algunos de ellos. Pareciera que solo la fuerza insoslayable del recuerdo le da presencia real en una palabra que se deja habitar por el deseo y el silencio.

Referencias
https://es.wikipedia.org/wiki/Julio_Cort%C3%A1zar
https://cortazarygenette.files.wordpress.com/2010/06/salvo-el-crepusculo.pdf
https://ciudadseva.com/autor/julio-cortazar/poemas/

Gracias por su lectura.

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