La filosofía fue el objeto de conocimiento inicial para mi formación universitaria. Había optado por Filosofía para mis estudios en la UCV (Venezuela), pero las circunstancias económicas no favorecían mi traslado a Caracas. Así que comencé a estudiar Sociología en la Universidad de Oriente, en Cumaná, y luego me cambié a Castellano y Literatura. Aunque nunca abandoné mi interés en la filosofía, me dediqué a la literatura, mi otra prioridad.

La reflexión filosófica —sistémica, ensayística o fragmentaria— ha constituido parte permanente de mis lecturas y estudios informales. Uno de los filósofos que he apreciado grandemente es el alemán Karl Jaspers, a quien abordaré sucintamente en este post.

Nacido en Alemania el 23 de febrero de 1883, Karl Jaspers, tomaría la nacionalidad suiza mucho más tarde, ya cercano a su muerte, como una forma de eludir algunos acosos. Psiquiatra de profesión, la que ejerció clínicamente pocos años, se dedicó luego enteramente a la filosofía como docente universitario en la Universidad de Heilderberg y posteriormente en la Universidad de Basilea (Suiza). De la primera fue sacado en 1937, cuando el poder lo ejercía el nazismo, régimen al cual se opuso. También sus obras fueron retiradas del mercado y condenadas. Fue contemporáneo del filósofo Martin Heidegger, a quien lo unió cierta amistad.

Es considerado uno de los filósofos más influyentes del siglo XX, incidencia que se extiende a la psiquiatría y la teología, incluso. Entre los que recibieron su influencia se cuentan los filósofos Hannah Arendt, Albert Camus, Paul Ricœur y Hans Georg Gadamer, autores claves del pensamiento contemporáneo. Se le adscribe a la corriente existencialista, aunque él no lo aprobaba. La filósofa Hannah Arendt lo estimaba como uno de los "maestros de todos los tiempos" y máximo representante de la humanitas, "el factor personal que con Jaspers entra en el ámbito público", como señala.

Fue autor de una amplia obra filosófica que incluye varios libros, entre ellos: Psicología de las concepciones del mundo (1919), Genio artístico y locura. Strindberg y van Gogh (1922), El problema de la culpa: sobre la responsabilidad política de Alemania (1948), La filosofía desde el punto de vista de la existencia (1949), Origen y meta de la historia (1950), Nietzsche y el cristianismo (1955), Los grandes maestros espirituales de oriente y occidente (1957).

Si bien fue un brillante profesor de filosofía, esta le interesaba no como una mera cuestión académica, sino como punto de vista que permitiera interpretar el presente desde la historia política y del pensamiento humano; una reflexión que hiciera posible repensar la vida desde la libertad y la comunicación, desde la existencia. De allí que en su producción incluya la evaluación de la responsabilidad alemana en la historia contemporánea, su reelaboración de la independencia y la necesidad de la comunidad, así como el papel de la técnica en el desarrollo humano, como lo expresa, por ejemplo, uno de sus últimos libros, La bomba atómica y el futuro del hombre(1966).

En su rica y compleja concepción son esenciales los conceptos de existencia y trascendencia, tal como lo tratara en sus libros, en particular en La filosofía desde el punto de vista de la existencia, del que haré unas citas a continuación.

Si nuestra vida no ha de perderse en la disipación, tiene que entrar en algún orden. Tiene que estar sustentada a diario por algo circunvalante (...) Entonces resulta la vida, incluso en medio de los trabajos de una actividad siempre igual, empapada de un temple que se sabe referido a un sentido. Entonces estamos albergados como en una conciencia del mundo y de nosotros mismos, tenemos nuestros cimientos en la historia a que pertenecemos y en la propia vida mediante el recuerdo y la lealtad.

A ese sentido le llama en otro momento "dirección", y dirá:

Tal es la gran cuestión del ser hombre: en dónde encontrar éste una dirección para él.

(...)

La tesis de la fe filosófica es ésta: el hombre puede vivir bajo la dirección de Dios.

(...)

Nos hacemos crecientemente nosotros mismos con la hondura de nuestra conciencia de Dios, mediante la cual nos volvemos a la vez transparentes para nosotros mismos en nuestro ser nada.

(...)

Dios existe para mí en la medida en que yo "existo" propiamente.

(...)

(...) sólo en altos instantes es perceptible la voz de Dios. Viniendo de ellos y volviendo a ellos, así vivimos.

Por eso sostiene:

Ser hombre es llegar a ser hombre.

(...)

En realidad nunca puede el hombre estar del todo y definitivamente satisfecho de sí, en el juicio que haga de sí no puede apoyarse sobre sí solo.

(...)

La independencia absoluta es imposible (...) No hay libertad aislada. (...) De aquí que sólo seamos independientes en tanto en cuanto estamos entretejidos en el mundo.

Hay un pensamiento sobre la seguridad de gran interés:

(...) la altanería de la verdad absoluta es el peligro verdaderamente aniquilador para la verdad en el mundo. En la certeza del instante es indispensable la humildad de la duda subsistente.

(...)

Por eso tengo que ponerme constantemente en duda a mí mismo, no debo estar seguro, ni aferrarme a un presunto punto fijo en mí que me parece con toda seguridad evidente y juzgo verdadero.

Y cierro con esta hermosa y conmovedora reflexión:

Si filosofar es aprender a morir, este saber morir es justamente la condición de la vida recta. Aprender a vivir y saber morir es uno y lo mismo.

Referencias:
Jaspers, Karl (1990). La Filosofía desde el punto de vista de la existencia Argentina: Fondo de Cutura Económica.
Arendt, Hannah (2001). Hombres en tiempos de oscuridad. España: Edit. Gedisa.
https://es.wikipedia.org/wiki/Karl_Jaspers
https://elvuelodelalechuza.com/2017/01/22/karl-jaspers-vivimos-en-la-imposibilidad-de-encontrar-una-forma-adecuada-de-vida/

_{Gif diseñado por @equipodelta}

Vote la-colmena for witness by @ylich