Leopoldo Lugones: la poesía prevanguardista del escritor argentino modernista

Cuando me adentré más amplia y profundamente en la poesía hispanoamericana fundadora de la modernidad —por interés como escritor, pero también por mis exigencias como docente universitario de literatura hispanoamericana—, me sorprendí grandemente con la obra poética del escritor argentino Leopoldo Lugones, quien muriera el 18 de febrero de 1938.

Leopoldo Lugones, un individuo multifacético, erudito en varias áreas del saber, además de poeta —su principal dedicación—, también escribió cuentos y ensayos; fue periodista, traductor y diplomático. Igualmente, tuvo un ejercicio pedagógico importante; no por casualidad fue nombrado director de la Biblioteca Nacional de Maestros, función ocupada hasta su muerte. Tuvo posiciones ideológicas y políticas muy cambiantes, algunas que recibieron duras críticas en su época, y seguramente no compartidas por nosotros.


Caricatura de Leopodo Lugones.jpg
Caricatura de Leopoldo Lugones - Fuente


Iniciador del Modernismo hispanoamericano, quizás el principal luego de Rubén Darío, a quien conoció cuando este estuvo en Argentina (el segundo libro de Darío, Prosas profanas y otros poemas fue publicado en Argentina en 1896). En la mayoría de su obra poética siguió rasgos muy propios del modernismo, como el uso de los recursos cromáticos y sonoros, el refinamiento verbal (como lo postulara Darío), una visión de lo raro, etc. Pero, en consonancia con ese aire modernista, introduce aspectos que conectarían con los que caracterizarían a la vanguardia: la incorporación (aún tímida) del verso libre, la presencia de metáforas atrevidas, el ejercicio de la ironía –expresada a veces como humor negro–, la asunción de lo cotidiano, y en ello el habla (lo prosaico).

De sus libros fue Lunario sentimental (1909) el que siempre me atrajo. Particularmente, uno de sus poemas "Luna de los amores". En él podemos percibir los rasgos que apunté arriba, y que lo convierten, para mí, en uno de los poemas más representativos, no solo de su modernismo (hispanoamericano, rubendariano), sino también de su adelanto poemático a lo que habría de ser la vanguardia latinoamericana.

Es un poema largo. Traté de copiarlo en dos columnas, pero no supe hacerlo. Me disculpan.


Lunario sentimental.jpg
Fuente


Luna de los amores

Desde que el horizonte suburbano,
El plenilunio crepuscular destella,
En el desierto comedor, un lejano
Reflejo, que apenas insinúa su huella.
Hay una mesa grande y un anaquel mediano.
Un viejo reloj de espíritu luterano.
Una gota de luna en una botella.
Y sobre el ébano sonoro del piano,
Resalta una clara doncella.

Arrojando al hastío de las cosas iguales
Su palabra bisílaba y abstrusa,
En lento brillo el péndulo, como una larga fusa,
Anota el silencio con tiempos inmemoriales.

El piano está mudo, con una tecla hundida
Bajo un dedo inerte. El encerado nuevo
Huele a droga desvanecida.
La joven está pensando en la vida.
Por allá dentro, la criada bate un huevo.

Llena ahora de luna y de discreta
Poesía, dijérase que esa joven brilla
En su corola de Cambray, fina y sencilla,
Como la flor del peral. ¡Pobre Énriqueta!

La familia, en el otro aposento,
Manifiéstame, en tanto, una alarma furtiva.
Por el tenaz aislamiento
De esa primogénita delgada y pensativa.
«No Prueba bocado. Antes le gustaba el jamón.»
«Reza mucho y se cree un cero a la izquierda. »
«A veces siente una puntada en el pulmón.»
-Algún amor, quizá, murmura mi cuerda
Opinión…

En la obscuridad, a tientas halla
Mi caricia habitual la cabeza del nene…
Hay una pausa.
Pero si aquí nadie viene
Fuera de usted», dice la madre. El padre calla.
El aire huele a fresia; de no sé qué espesuras
Viene, ya anacrónico, el gorjeo de un mirlo
Clarificado por silvestres ternuras.
La niña sigue inmóvil, y ¿por qué no decirlo?
Mi corazón se preña de lágrimas obscuras.

No; es inútil que alimente un dulce engaño;
Pues cuando la regaño
Por su lección de inglés, o cuando llévola
Al piano con mano benévola,
Su dócil sonrisa nada tiene de extraño.

«Mamá, ¿qué toco?», dice con su voz más llana;
«Forget me not?…». y lejos de toda idea injusta:
Buenamente añade: «Al señor Lugones le gusta.»
Y me mira de frente delante de su hermana.

Sin idea alguna
De lo que pueda causar aquella congoja
-En cuya languidez parece que se deshoja-
Decidimos que tenga mal de luna.
La hermana, una limpia, joven de batista,
Nos refiere una cosa que le ha dicho.
A veces querría ser, por capricho,
La larga damisela de un cartel modernista
Eso es todo lo que ella sabe; pero eso
Es poca cosa
Para un diagnóstico sentimental. ¡Escabrosa
Cuestión la de estas almas en trance de beso!
Pues el «mal de luna», como dije más arriba,
No es sino el dolor de amar, sin ser amada.
Lo indefinible: una Inmaculada
Concepción, de la pena más cruel que se conciba.

La luna, abollada
Como el fondo de una cacerola
Enlozada.
Visiblemente turba a la joven sola.
Al hechizo pálido que le insufla,
Lentamente gira el giratorio banco;
y mientras el virginal ruedo blanco
Se crispa sobre el moño rosa de la pantufla.
Rodeando la rodilla con sus manos, unidas
Como dos palomas en un beso embebecidas,
Con actitud que consagra
Un ideal quizá algo fotográfico,
La joven tiende su cuello seráfico
En un noble arcaísmo de Tanagra.

Conozco esa mirada que ahora
Remonta al ensueño mis humanas miserias.
Es la de algunas veladas dulces y serias
En que un grato silencio de amistad nos mejora.
Una pura mirada,
Suspensa de hito en hito.
Entre su costura inacabada
y el infinito…


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Este poema de Lugones era uno de los que formaban parte de la breve selección poética para mis alumnos. Es un poema, en mi apreciación, tan grato como "Sonatina" de Rubén Darío, o la "Prima Angélica" de Ramón López Velarde. Un poema colmado del amor hacia alguien que no está o solo añoramos, con un tono de gran ironía, humor y picardía, conformado por imágenes extrañas (en algunos casos, dadas por palabras poco usadas en el lenguaje común o venidas de una jerga científica), y una visión donde el amor y el deseo se confunden con la inocencia y el desengaño.

En el poema apreciamos el deseo e ilusión de la juventud (una joven pianista enamorada de su maestro), junto con una incertidumbre del adulto. Todo ello en una verbalidad muy atrevida para su tiempo, en la que, por ejemplo, la luna es metaforizada así: "La luna, abollada / Como el fondo de una cacerola / Enlozada".


***


Me gustaría cerrar este post con una cita de su prólogo a Lunario sentimental, muy reveladora de su concepción del lenguaje y de la poesía:

El lenguaje es un conjunto de imágenes, comportando, si bien se mira, una metáfora cada vocablo; de manera que hallar imágenes nuevas y hermosas, expresándolas con claridad y concisión, es enriquecer el idioma, renovándolo a la vez. Los encargados de esta obra, tan honorable, por lo menos, como la de refinar los ganados o administrar la renta pública, puesto que se trata de una función social, son los poetas. El idioma es un bien social, y hasta el elemento más sólido de las nacionalidades.


Referencias

Antología de la poesía hispanoamericana moderna I (Coord: Guillermo Sucre). (1993). Monte Ávila Editores Latinoamericana / USB - Equinoccio
https://es.wikipedia.org/wiki/Leopoldo_Lugones
https://es.wikipedia.org/wiki/Lunario_sentimental
https://www.poemasde.net/poemas-de-leopoldo-lugones/


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Gracias por su lectura.




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Estimado @josemalavem como siempre es un placer leerte, yo lo llamo, clases de literatura gratis que me gustan, muy importante la última parte 😅, fue muy gentil su apreciación al final de la publicación que me hizo comprender mucho mejor el poema.

En cuanto al formato las dos columnas solo son visibles desde el ordenador, en el teléfono se apreciaría en una sola, aunque pusieras las dos, me resultó muy grato leerlo así tal como está, precisamente por su tamaño. Cordiales Saludos.

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Gracias, estimado @tierra-errante. Es un poema simpático y lleno de picardía, muy modernista y adelantado en cierta medida a su época. Qué bueno que le haya gustado. Saludos.

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Qué genial, tenerlo nuevamente por aquí, estimado amigo.
Nos encanta, tener la posibilidad de aprender con usted, porque en lo particular, lo que realmente sé de Leopoldo Lugones, es que es una avenida muy importante de la ciudad capital de Buenos Aires, Argentina y más nada. Es lamentable, porque debería conocerlo, pero la sinceridad ante todo.

Gracias por traernos, parte de historia a la comunidad y desmenuzar, tan elegantemente, el post, para que podamos comprender mejor aún.

Un abrazo y sigamos adelante.

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Agradecido por su atención. Si no me equivoco, el día del natalicio de Leopoldo Lugones es el Día del Escritor en Argentina. Saludos, @palabras1.

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Yo conocí a Rubén Darío de la mano de mi padre, quien era un asiduo lector de casi todo lo que le caía en sus manos.
A este autor no lo conocía, pero ya empezaré a indagar un poco más para conocerlo mejor.
Gracias por compartir tus conocimientos literarios en nuestra comunidad.

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Hola, @mamaemigrante. Yo diría que después de Darío, Lugones es el poeta modernista más importante. Trata de leerlo. Dejé un enlace que recoge muchos de sus poemas, y en Wikipedia, al final, hay varios enlaces para encontrar más referencias de o sobre él. Saludos.

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Hermosa poesía, no conocía su autor, qué hermoso es el arte, Saludos

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