It was two in the morning. A newlywed couple slept peacefully in a five-star hotel. On their honeymoon that was the gift that the father promised to the groom who is now married. There, they would spend five days before returning to their new home. Arriving at the hotel they approached the receptionist who was wearing a very smart suit in his seventies. Upon reaching the counter, they asked about the room that had previously been reserved by their father. The clerk asked for the couple's details and sure enough they were listed with the assignment of room sixty-six on the sixth floor. Immediately one of the waiters led them carrying their luggage to that room. They take the elevator and head down a hallway to the left until they reach door sixty-six. His newly fallen wife suddenly began to feel a discomfort in her belly, demonstrating her emotional state with a gesture of pain. Perhaps it was the excitement or the fear of facing the act in bed. This could be the reason but the pain persisted. The newlywed husband went downstairs to look for some painkiller that could calm such a pathology. On his way back, he appeared with a doctor based in the same hotel to prevent situations that warrant it. This was a case. The doctor began to check his belly to locate the place where the pain was concentrated. Indeed, the doctor notifies the newlywed that he suffers from nephritic gases and must be treated with hot drinks of chamomile and anise. Immediately said concoction appeared in his room.

The man kept awake to take care of his wife's health after a while fell asleep from exhaustion. It was already midnight and the woman began to talk in her sleep expressing in a strange language that did not coincide with any of the commonly known languages. The man was sound asleep. At about two in the morning they were knocking on the door and neither of them was listening. Suddenly the woman returned to normal. Again after ten minutes they knock on the door again. She gets up and at that moment she bumps into a glass centerpiece and makes the husband wake up and amazed asks his wife why are you standing? She seemed not to listen and continued until she reached the door and the husband took her by the arm and she violently shook her arm and reached to open the door. The panorama after opening the door was dressed in a dark wooded landscape. The husband took her arm again and pulled her into his arms and then she began to cry. After so much relief. She looked at her husband and apologized. The astonished man did not understand anything he was saying.
After the stay at the hotel they returned to the house that awaited him. When he looked at his surroundings, it was similar to the landscape he had seen that morning in his “I would say” state of unfolding. Now, who knocked on the door?

Eran las dos de la madrugada. Dormían plácidamente una pareja de recién casados en un hotel cinco estrellas. En su luna de miel ese fue el regalo que le prometió el padre al novio hoy casado. Allí, pasarían cinco días antes de regresar a su nuevo hogar. Al llegar al hotel se acercaron al recepcionista que vestía un traje muy elegante de aproximadamente de setenta años. Al llegar al mostrador preguntaron sobre la habitación que con anterioridad ya estaba apartada por su señor padre. El recepcionista preguntó los datos de la pareja y efectivamente estaban en la lista con la asignación de la habitación sesenta y seis en el piso seis. Inmediatamente uno de los camareros los condujo llevando sus equipajes a dicha habitación. Toman el ascensor y un pasillo a la izquierda se dirigen hasta llegar a la puerta sesenta y seis. Su señora esposa recién cada de pronto comenzó a sentir un malestar en su vientre demostrando con un gesto de dolor su estado emocional. Quizás era la emoción o el miedo de afrontar el acto en el lecho. Esto pudiera ser la razón pero el dolor persistió. El esposo recién casado bajó a buscar algún analgésico que pudiera calmarle tal patología. De regreso se apareció con un médico radicado en el mismo hotel para prevenir situaciones que lo ameriten. Este era un caso. El médico comenzó a revisar su vientre para ubicar el lugar donde estaba concentrado el dolor. Efectivamente, el médico le notifica al recién casado que sufre de gases nefríticos y hay que tratarlo con bebidas caliente de manzanilla y anís. Inmediatamente apareció dicho brebaje en su habitación. El hombre desvelado de cuidar la salud de su esposa al rato se quedó dormido de cansancio. Era ya media noche y la mujer comenzó a hablar dormida expresando con un lenguaje extraño que no coincidía con ninguno de los idiomas comúnmente conocido. El hombre estaba profundamente dormido. A eso de las dos de la madrugada estaban tocando la puerta y ninguno de los dos escuchaba. De pronto la mujer volvió a la normalidad. Nuevamente luego de diez minutos vuelven a tocar la puerta. Ella se levanta y en ese momento se tropieza con un centro de mesa de cristal y hace que el esposo despierte y asombrado le pregunta a su esposa ¿Por qué está de pie?, ella parecía no escuchar y continuó hasta llegar a la puerta y el esposo la tomó de un brazo y ella violentamente sacudió su brazo y alcanzó abrir la puerta. El panorama luego de abrir la puerta vestía un paisaje boscoso y oscuro. El esposo la volvió a tomar del brazo y la atrajo sobre sus brazos y luego ella comenzó a llorar. Luego de tanto desahogo. Miró al esposo y le pidió perdón. El hombre asombrado no entendía nada de lo que decía. Luego de la estancia en el hotel regresaron a la casa que le esperaba. Cuando miró a su alrededores era parecido al paisaje que había visto aquella madrugada en su estado “diría yo” de desdoblamiento. Ahora, ¿Quién tocó la puerta?