[ENG-SPN] An architectural reference of Holy Week / Un referente arquitectónico de la Semana Santa

Next to the institute where Antonio Machado taught, in that secluded and provincial Soria that never forgave him, after all, for his wild affairs with a teenager, whom he married, but in the end, it was death that truly changed the ringing of the bells, ringing loudly and leaving the frustrated poet dejected, rises one of the most outstanding Romanesque architectures in Spain, as far as this unique style is concerned and of course, a reference for this tourism, which, after all, over the years, begins to be seen in a city, in which anyone would say that time, its circumstance and its singular paradox decided to stop one day.

The church of Santo Domingo - formerly known as Santo Tomé or Thomas, the apostle to whose Voltairean objectivity we owe the sentence of seeing is believing - is one of the most unique, harmonious and perfect temples, which, seen from any angle and despite the modern buildings that surround it leave no one indifferent. Made, back in the 12th century, by masters and stonemasons from Aquitaine, that region of Provençal France that was the cradle of the most flowery and cultured of courtly minstrelsque, its monumental sculptures collect, as references consigned to the eternity of stone , numerous episodes, which, like a notable history book, collect the main facts and events related to the life of Christ, a very opportune detail to comment on, now that we are at the zenith of a Holy Week that everyone, whether older or younger, to a lesser extent, it overwhelms us and makes us meditate.

Junto al instituto donde Antonio Machado impartía clase, en aquella Soria recogida y provinciana que nunca le perdonó, después de todo, sus desenfrenados amoríos con una adolescente, a la que desposó, pero que, al final, fue la muerte la que verdaderamente cambió el tañido de las campanas, tocando a rebato y dejando abatido al frustrado poeta, se alza una de las arquitecturas románicas más sobresalientes de España, en cuanto a este singular estilo se refiere y desde luego, todo un referente para ese turismo, que, al cabo de los años, comienza a dejarse ver por una ciudad, en la que cualquiera diría que el tiempo, su circunstancia y su singular paradoja decidieron detenerse un día.

Es la iglesia de Santo Domingo -antiguamente conocida como de Santo Tomé o Tomás, el apóstol a cuya volteriana objetividad debemos la sentencia de ver para creer- uno de los templos más singulares, armónicos y perfectos, que, visto desde cualquier ángulo y a pesar de los modernos edificios que lo cercan, no deja a nadie indiferente. Realizado, allá por el siglo XII, por maestros y canteros procedentes de Aquitania, esa región de la Francia provenzal que fue cuna de lo más florido y culto de la juglaresca cortesana, sus monumentales esculturas recogen, como referentes consignados en la eternidad de la piedra, numerosos episodios, que, como un notable libro de historia, recogen los principales hechos y sucesos relacionados con la vida de Cristo, detalle muy oportuno de comentar, ahora que estamos en el cénit de una Semana Santa que a todos, en mayor o en menor medida, nos sobrecoge y nos hace meditar.

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