[ENG-SPN] Mysterious places in Alcarria / Lugares misteriosos de la Alcarria

Like many other areas of that ancient Spain and generally ignored for inclusion in standardized tourist packages, Alcarria continues to be a territory rich in surprises, not only for the extraordinary quality of its honey or for the immeasurable beauty of the lavender fields whose production ends up being manufactured and converted into a fragrant French perfume, but also because it still continues to preserve countless enigmatic corners, which delight both official historians and romantics passionate about that other history that has never figured, nor will ever figure. , in some school texts, which systematically ignore the true ethnographic wealth of our country.

So much so, that even great writers, such as Camilo José Cela, who began their career as backpacker chroniclers some years after great press magnates, such as Randolph Hearst, stole a good part of their historical-artistic heritage, such as the fabulous monastery Romanesque architecture of Obila, transferred stone by stone to the United States, they failed to mention in their travel chronicles, places as enigmatic and at the same time, exciting, such as this promontory riddled with caves and named Cívica, whose history, at least, has been preserved. alive since those distant early medieval times, in which, on a smaller scale, of course, another hermitage phenomenon occurred, comparable to those of Bierzo and Valderredible, with the difference that they remained, as homes for humble people, until modern times.

Como otras muchas zonas de esa España ancestral y generalmente de ignorada inclusión en los estandarizados paquetes turísticos, la Alcarria continúa siendo un territorio pródigo en sorpresas, no sólo por la extraordinaria calidad de su miel o por la inconmensurable belleza de unos campos de lavanda cuya producción termina siendo manufacturada y reconvertida en fragante perfume francés, sino, también, porque todavía continúa conservando innumerables rincones enigmáticos, que hacen las delicias, tanto de los historiadores oficiales, como de los románticos apasionados por esa otra historia que nunca ha figurado, ni figurará jamás, en unos textos escolares, que obvian, sistemáticamente, la verdadera riqueza etnográfica de nuestro país.

Tanto es así, que hasta grandes literatos, como Camilo José Cela, que comenzaron su carrera de cronistas mochileros algunos años después de que grandes magnates de la Prensa, como Randolph Hearst, sustrayeran buena parte de su patrimonio histórico-artístico, como el fabuloso monasterio románico de Obila, trasladado piedra a piedra a los Estados Unidos, obviaron mencionar en sus crónicas de viaje, lugares tan enigmáticos y a la vez, apasionantes, como este promontorio horadado de cuevas y de nombre Cívica, cuya historia, cuando menos, se ha conservado viva desde aquellos lejanos tiempos altomedievales, en los que, en menor escala, desde luego, se produjo otro fenómeno eremítico, comparable a los del Bierzo y Valderredible, con la diferencia de que se mantuvieron, como hogares para gente humilde, hasta tiempos modernos.

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