[ENG-SPN] Speculating with Homer / Especulando con Homero

Some researchers, such as Gilbert Pillot, may be right when he sensed, in the background of the Odyssey, a secret code that established trade itineraries that the ancient Greeks wanted to keep secret at all costs, in order not to see their lucky fortunes diminished. expectations of profit and wealth and that Homer, deep down, was nothing more than an inopportune but poetic chronicler, who was condemned to blindness, like the soothsayer Tiresias, for having stuck the retina of his eye in places and subjects that shouldn't.

Something similar, affirm others, must have happened to Ulysses -hero, who, in my point of view, also represents indecision- first in the palace of the magician Circe, refusing to consummate a prodigious adventure, which perhaps would have led to the most of transcendence and later, when, in another act of unusual cowardice, he had himself tied to the mast of his ship so as not to succumb to the seductive charm and, of course, the wonderful song of the sirens.

Because that song and those adventures on the edge of the ordinary, it can be assumed that they come from the call of the torn throat of that twin soul, who dwells alone in the infinite oceans of the unconscious and to whom we usually turn our backs, perhaps, because, deep down, we are terrified to think that it could lead us down paths fortunately not yet plowed by the metaphorical and crude plow of rationality: that same Damocles sword that hangs over our conscience and condemns us to a gray life devoid of fantasy .

Puede que tengan razón algunos investigadores, como Gilbert Pillot, al presentir, en el trasfondo de la Odisea, un código secreto que establecía unos itinerarios comerciales que los antiguos griegos deseaban mantener en secreto a toda costa, con el fin de no ver mermadas sus afortunados expectativas de lucro y riqueza y que Homero, en el fondo, no fuera nada más que un cronista inoportuno, pero poético, al que se condenó a la ceguera, como al adivino Tiresias, por haber metido la retina del ojo en lugares y temas que no debía.

Algo similar, afirman otros, debió de sucederle a Ulises -héroe, que, bajo mi punto de vista, representa también la indecisión- primero en el palacio de la maga Circe, negándose a consumar una aventura prodigiosa, que quizás hubiera desembocado en la más real de las trascendencias y después, cuando, en otro acto de inusitada cobardía, se hizo atar al mástil de su navío para no sucumbir al seductor encanto y por supuesto, al maravilloso canto de las sirenas.

Porque ese canto y esas aventuras en el límite de lo ordinario, se puede suponer que proceden de la llamada de la desgarrada garganta de esa alma gemela, que mora en soledad en los océanos infinitos del inconsciente y a la que solemos dar la espalda, quizás, porque, en el fondo, nos aterra pensar que pueda conducirnos por caminos afortunadamente no roturados todavía por el metafórico y tosco arado de la racionalidad: esa misma espada de Damocles que se cierne sobre nuestra conciencia y nos condena a una vida gris y carente de fantasía.

NOTICE: Both the text and the accompanying photographs are my exclusive intellectual property and therefore are subject to my Copyright.
AVISO: Tanto el texto, como las fotografías que lo acompañan, son de mi exclusiva propiedad intelectual y por lo tanto, están sujetos a mis Derechos de Autor.