Domingo por la mañana.

Tiempo de adorar a Dios
con muy expresivas ganas
porque ha llegado la hora:
domingo por la mañana.

Los pájaros diminutos
y las aves pronunciadas
emiten su alegre canto
desde propia madrugada.

El sol recibe el testigo
de la luna mañanera
para alumbrar con calor
como potente lumbrera.

Domingo por la mañana
en mi llanera región,
y no debo tardar mucho
con mi cuatro y mi canción.

En todas partes del mundo
podemos loar a Dios
que es verdadera esperanza
para recibir amor.

Por supuesto, que los gallos
se suman a una coral
que regirá todo el día
con ánimo sin igual.

Yo me levanto optimista
con la más firme esperanza
que me llega al corazón
impregnada de confianza.

Un abrazo con cariño
desde mi tierra lozana
les mando lleno de paz
domingo por la mañana.