Recordando a mi madre en diciembre. /// Remembering my mother in December.

Papá Juan y mamá Cecilia.

Recordando a mi madre en diciembre.
A pesar de que Cecilia mi madre murió en el año 2002, es impresionante cómo ella se mantiene latente en los corazones de sus hijos, familiares y hasta amistades que llegaron a reír con su gracia y forma natural de ser.
Tantas historias dejó, pero voy a referirme a su vida en cuanto a lo que ella hacía desde el mismo primero de diciembre el cual era de mucha significación para ella porque decía que era el inicio de la celebración de un suceso maravilloso como fue el nacimiento de Jesús nuestro Redentor.
Mi madre no sabía leer ni escribir, por lo que nos ponía a sus hijos menores a que le hiciéramos llegar las noticias de los periódicos y también la Palabra de Dios.
Recuerdo que entre las actividades que desarrollaba estaba la elaboración de un arbolito que en esas experiencias era con base en un caruto, árbol que se daba mucho en Las Mercedes del Llano, de color gris y de un sabor sumamente diferente de cualquier fruto.
A ella le gustaba tal figura porque este presentaba muchas pequeñas ramas en las cuales colgaba los adornos navideños como bastones, bolitas, animalitos y otros adminículos más. El arbolito medía un poco más de metro y medio y servía de presentación al Nacimiento también hecho de manera rústica porque este tenía material de cartón, hojalata y plástico, todo de material reciclable.
En esa época de la década de los años sesenta las casas apenas si colocaban una estrella navideña y los emblemas decembrinos, pero muy pocas casa exhibían arbolito y Nacimiento al mismo tiempo. Con los años la tradición fue incorporando elementos que cada día van en aumento.
En cuanto a las comidas y bebidas propias de la época mi mamá Cecilia tenía por costumbre elaborar enormes ollas de un producto llamado carato en el llano. El carato ella lo hacía mezclando harina de maíz con papelón rallado y añadía clavitos dulces y canela, y el sabor era espectacular.
Recuerdo que un vecino nuestro de unos 70 años de edad y de nombre Tomás -uno de los pocos arpistas del pueblo- iba todos los días casi anocheciendo y mamá Cecilia le tenía una jarra de carato que él bebía con gana y placer.
Recuerdo cuando don Tomás, por cada vaso que se tomaba, decía:
-Este vaso es dedicado a Solporenzo.
O:
-Este vaso es dedicado a La Gayeya
O:
-Este vaso es dedicado para El Mapanarú.
Esos eran sobrenombres que él inventaba. Solporenzo era mi apodo, El Mapanarú era mi hermano mayor, y La Gayeya era una vecinita de nombre Belkys.
Como la jarra era grande don Tomás tenía para poner muchos motes más mientras nosotros todas las tardes esperábamos la hora de esa visita tan pintoresca.
Confieso que mamá Cecilia no era muy buena en las artes culinarias, pero al momento de hacer hallacas sí que era difícil quien la superara en diciembre.
Desde el primero de diciembre empezaba a hacer esas deliciosas hallacas y se le ocurría hacer una hallaca triple que llenaba por muy buen tiempo el estómago.
Mamá Cecilia se enojaba cuando veía que les echaban tomate a las hallacas. Lo cierto es que usaba una mesa rectangular sobre la que ubicaba los ingredientes como alcaparras, aceitunas, pasas, carne de res, carne de cochino, pollo y otros y nos ponía a ayudarla como a 8 personas más.
500 hallacas eran un número alcanzable en un día y recuerdo que ella llamaba bollos locos a unas hallacas que tenían menos ingredientes que las hallacas normales.
El Niño Jesús y San Nicolás eran personajes que mamá Cecilia mantenía permanentes en nuestros corazones y en nuestras mentes y nos acostaba temprano los 24 y los 31 ya que teníamos que estar bien dormidos pues si no, no íbamos a recibir regalos de Navidad.
Yo recuerdo el empeño que poníamos mis hermanos menores Juan, Yalis, Carmen y yo para "impresionar" al Niño Jesús o a San Nicolás. Nuestra inocencia se conservó incólume hasta ser adolescentes porque era costumbre que papá Juan nos llamara para explicarnos la situación. Y entonces hasta allí duraban esos regalos.
Hoy es primero de diciembre. ¡Cuántas nostalgias hay en mi alma unos 63 años después de aquellos años navideños!
Deseo un feliz mes de diciembre y Navidad a los usuarios de esta comunidad Motherhood.
Remembering my mother in December.
Although my mother Cecilia died in 2002, it is impressive how she remains latent in the hearts of her children, family and even friends who came to laugh with her grace and natural way of being.
She left so many stories, but I am going to refer to her life in terms of what she did from the very first of December, which was of great significance to her because she said it was the beginning of the celebration of a wonderful event such as the birth of Jesus our Redeemer.
My mother did not know how to read or write, so she had us, her youngest children, to bring her the news from the newspapers and also the Word of God.
I remember that among the activities she developed was the elaboration of a little tree, which in those experiences was based on a caruto, a tree that grew a lot in Las Mercedes del Llano, grey in colour and with a flavour very different from any other fruit.
She liked the shape of the tree because it had many small branches on which she hung Christmas decorations such as sticks, balls, animals and other things. The tree measured a little more than a metre and a half and served as a presentation for the nativity scene, which was also made in a rustic way because it was made of cardboard, tin and plastic, all recyclable materials.
At that time in the 1960s, houses barely had a Christmas star and the Christmas emblems, but very few houses had a tree and nativity scene at the same time. Over the years, the tradition has incorporated elements that are increasing every day.
As for the food and drinks of the time, my mother Cecilia used to make huge pots of a product called carato on the plain. She made carato by mixing corn flour with grated papelón and adding sweet cloves and cinnamon, and the taste was spectacular.
I remember that a 70-year-old neighbour of ours, Tomás - one of the few harpists in the village - used to go there every day almost at nightfall and mother Cecilia would have a jug of carato for him, which he would drink with pleasure and pleasure.
I remember when Don Tomás, for every glass he drank, would say:
-This glass is dedicated to Solporenzo.
O:
-This glass is dedicated to La Gayeya.
O:
-This glass is dedicated to El Mapanarú.
Those were nicknames he invented. Solporenzo was my nickname, El Mapanarú was my older brother, and La Gayeya was a little neighbour named Belkys.
As the jar was large, Don Tomás had plenty of time to add many more nicknames while we waited every afternoon for that picturesque visit.
I confess that Mama Cecilia was not very good at the culinary arts, but when it came to making hallacas it was hard to beat her in December.
From the first of December she would start making those delicious hallacas and she would come up with a triple hallaca that would fill the stomach for a long time.
Mama Cecilia would get angry when she saw tomatoes added to the hallacas. The truth is that she used a rectangular table on which she would place the ingredients such as capers, olives, sultanas, beef, pork, chicken and others and she would have us help her like 8 other people.
500 hallacas were an achievable number in one day and I remember she called some hallacas that had less ingredients than normal hallacas bollos locos.
The Baby Jesus and Saint Nicholas were characters that Mama Cecilia kept in our hearts and minds and she would put us to bed early on the 24th and 31st because we had to be well asleep otherwise we would not receive Christmas presents.
I remember how hard my younger siblings Juan, Yalis, Carmen and I tried to "impress" Baby Jesus or St. Nicholas. Our innocence remained intact until we were teenagers because it was customary for Papa Juan to call us to explain the situation. And then that's how long those presents lasted.
Today is the first of December. 63 years after those Christmas years, there is so much nostalgia in my soul!
I wish a happy December and Christmas to the users of this Motherhood community.

Mom Cecilia, 1943, morfe or less.
Images of Lecumberre.
Images of Lecumberre.
DeepL.Traslator.
Qué recuerdos tan bonitos tienes, que seguro has seguido repitiendo para que no se pierda la tradición. En casa, en Apure hacemos ese carato, es delicioso. Esos recuerdos no se olvidarán nunca.
Así mismo es, Charjaim, aun cuando la situación y las circunstancias hayan cambiado notablemente, la tradición tratamos de mantener en familia cada entrada de diciembre.
Lindo post lecumberre me hicieron reír tus anécdotas en estos meses es cuando suelo recordar a mis padres, sobre todo a mi mamá cuando se va una madre se una parte de nuestra alma un fuerte abrazo y bendiciones.
Esa vieja era una garantía de diversión porque tenía una chispa increíble. La gente la visitaba mucho aquí en San Juan de los Morros porque sacaba unas ocurrencias sorprendentes y sorpresivas.
Es increíble ver como en nuestros tiempos la inocencia era muy preservada por todos, pues nadie se atrevía decirle a un niño quien era el Niño Jesús y así uno llegaba a adolescente aun esperando su regalo de navidad por el Niño Jesús o su ayudante Santa, hoy día es un tema...que bellos tiempos aquellos. Su mamá disfruto de sus tradiciones en familia e incluso con los amigos como el señor Tomas que iba a tomar su carato. Me encanto leer sus recuerdos, saludos!
Sí, en esos tiempos era algo así como "pecado con delito" el hacer descubrir al Niño Jesús o a San Nicolás. Pasaba momentos amargos quien esto hacía.
Así es. Había respeto a la inocencia. Saludos amigo!
es primera vez que leo que alguien le ponía tomates a la hallaca, con razon tu mamá reaccionaba así, cuantos momentos hermosos nos cuentas en tu post, seguro estos recuerdos viven en tu corazon
Sí, porque ella aseguraba que se ponían piches a los 2 días y perdían el sabor o se dañaban. Doy gracias a Dios, a esta comunidad y a los usuarios que leyeron este post tan multisápido, je, je.
Los padres fallecidos como los abuelos, nunca fallecen de nuestros recuerdos, siempre estan, pero en diciembre pega mas los recuerdos porque era el momento en que la familia se reune para los preparativos de todo, pintar la casa, las hallacas, la cena y el feliz año.