Crónicas de un Médico Rural - Un paciente agradecido

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UN PACIENTE MUY AGRADECIDO

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En las profesiones ligadas al campo de la salud, más aun la del médico, uno nunca sabe el impacto que causa tu trato y tú trabajo en la vida de una persona. Hace unas semanas les publique un post donde hablaba de la satisfacción que siento cuando veo que mis pacientes evolucionan bien, que responden a los tratamientos y después de días refieren sentirse mucho mejor después de cumplir las indicaciones que se les dieron. En esta ocasión vengo a contarles el caso de un paciente que me sorprendió con este regalito que ven en las fotos dos grandes langostas.


Hace unas semanas me llegó a consulta un paciente masculino de 34 años de edad, sin antecedentes patológicos conocidos, quién posterior a herida cortante comienza a presentar fiebre 39 C°, edema grado I (hinchazón) con salida de secreción purulenta de coloración verdosa de abundante cantidad, fétida en el pie izquierdo. Al ver esto, se le indicaron curas interdiarias y antibiótico terapia endovenosa durante 7 días consecutivos.


Durante esa semana que le tocó recibir tratamiento estuve muy al pendiente del paciente y su evolución, porque al inicio me preocupaba mucho que no veía mejoría, y luego de 2 días de administrar el antibiótico comenzó a darle reacción, justo al terminar de pasarlo le causaba mareos, vomitos y le daba fiebre. Rotamos el antibiótico y esa reacción adversa ya no pasaba. Al final después de los 7 días de tratamiento el pie se dejo de tener secreción, el edema bajo muchísimo, ya no tenía dolor y la herida comenzó a sanar.


Durante la administración de su tratamiento como tenía que durar un rato mientras le pasaba el Antibiótico y se le hacían las curas me sentaba a conversar con el muchacho, descubrí que era buzo, escuché miles de anécdotas de sus aventuras bajo el mar. Un día me preguntó que pescado me gustaba, que cuando su pie se sanará por completo y pudiese volver al mar me traería algo. Yo le dije en broma que me gustaban mucho las langostas, pero que veía que eso no era muy común que lo sacarán. A lo que el me explico que eso no se pesca con redes, si no que los buzos bajan al fondo a las piedras donde ellas viven y las sacan de allí.


Semanas después, tocó la puerta de la casita y me dijo "doctora, hoy fue mi primer día de trabajo después de culminar el reposo que me indicó, me acordé que le gustan las langostas y le traje estás, espero que las disfrute". No saben lo que eso me lleno el alma, es decir, no por el regalo en si, si no por el gesto de recordar eso. Cómo les digo es muy bonito y reconfortante saber que tuviste un impacto positivo en la vida de alguien. El quedó muy agradecido y yo feliz y complacida de la evolución tan satisfactoria que tuvo.


En fin, que cada día me enamoro más y más de mi profesión, me doy cuenta que me gusta esto, y cada veo a mis pacientes tan bien, me llena el alma. Espero que disfrutarán de esta pequeña anécdota, nos vemos en la siguiente publicación.

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2 comments
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Que lindo, es muy gratificante cuando los pacientes tienen ese gesto de agradecimiento y es porque te das cuenta que hiciste lo correcto, saludos :)

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