Recuerdos…

La capacidad del cerebro de almacenar sucesos para crear una base de datos que nos permita alcanzar la experiencia.

No sé quién soy, ni donde estoy.

Recuerdo cosas, pero no logro concentrarme en ninguna de ellas.

Cierro los ojos y pienso en la nada, me dejo arrastrar por el vacío.

¡No quiero dormir!

En los sueños revivo una y otra vez el mismo suceso.

Veo el reloj marcar las 12 de la noche, sonrío a mis compañeros de trabajo que se encuentran limpiando el salón, fue una noche agitada en el restaurante, el cocinero se despide de mí, es el primero en salir siempre. Sigo en mi trabajo, pulir los cubiertos y las copas.

La hora de salida entre risas, tomo mi campera y me subo el cierre mientras me despido de mis compañeros que caminaron juntos a mí la mitad del trayecto:
─ ¿De verdad no irás con nosotros esta noche Su? No seas una perra rompe grupos─ oigo a uno de ellos.
─ Hoy no, estoy agotada y tengo deudas que pagar ─ digo entre risas mientras camino en sentido contrario a ellos, veo a una de las chicas correr hacia mí.
─Vamos, yo pago, Susy. No me gusta que te vayas sin nosotras ─ dice con su vocecita cantarina.
─ Hoy no Sofi, realmente estoy agotada. Llevo noches sin dormir, y siempre llego tarde al estudio de tatuajes. Me van a echar si vuelvo a llegar tarde.
─ Eres una perra rompe grupos. No será lo mismo sin ti ─ mientras se aleja de mí.

Apuro el paso y me adentro en las históricas calles de mi barrio, saco mis audífonos de la cartera y al ponerlos puedo oír la voz de mi amado Ed Sheeran con su "Make it Rain" aparecer entre toda la noche y mi único pensamiento es, "puedes tener todos los tatuajes horribles que quieras mientras me cantes así, haz que tu voz me lleve contigo".

Me distraigo en la música y camino un poco más lento, la calle que me ha visto caminar toda mi vida se vuelve un poco más oscura de lo normal, pero la música me ha apartado del mundo real, estoy inmersa en los tonos de la voz de Ed, casi puedo sentir el dolor de sus palabras.

No pude oír el auto, no pude sentir sus pasos, no supe que ocurría hasta que sentí la mano que se cerraba sobre mi boca. Trate de gritar, estoy segura que si, patalee, recuerdo que en un momento mordí su mano lo más fuerte que pude, recuerdo el sabor metálico de la sangre en mis labios, pero solo sentí el dolor, un rayo de luz que atravesó mi cerebro, los audífonos fueron a caer al suelo, llevaban con ellos mi celular.

Sentí como mi cuerpo se aligeró cuando me levanto del piso y me lanzo al auto, su primer movimiento fue lanzar mi cartera por la ventana al tiempo que otro golpe que brillo en mi cerebro. Medio aturdida, trate de resistirme, pero esta vez no fue su mano desnuda, me golpeó con algo más duro. Sentí que caía como desmayada, ¡oh, cómo luchaba por no hacerlo!

Silencio, dolor violeta que me atravesaba, la sangre pegada a mi cabello, ese olor desagradable, trate de abrir los ojos, pero estaban empapados de sangre.
Sentí su mano abrirse paso entre mi cuerpo, pero ya no era yo.

Me dejé ir a la inconsciencia buscando escapar del destino al que yo misma me permití llegar. Debí irme con mis amigos…

Oigo voces y un poco de esperanza llega a mi cerebro…
Oigo el llanto de un niño, una voz de mujer, trato de gritar, pero me duele mucho el pecho, la garganta, una arcada me sorprende obligándome a abrir la boca mientras todo el contenido de mi estómago se derrama calentito sobre mi desnudo cuerpo… trato de hablar y no lo logro, la voz femenina se aleja con el llanto del bebé…

Grito, pero no logro hablar, otra gran cantidad de vómito mal oliente sale de mi boca, y para cuando logro oír mi voz ya es tarde, solo está la voz de mi captor que inmediatamente me patea fuertemente en el estómago. Trato de protegerme mientras una serie de patadas y golpes llegan a mí como si fueran una ráfaga de una ak47.

Vuelvo a caer en un sueño del que únicamente el dolor de mi cuerpo me libera.

El frío se ensaña conmigo, la piel pegajosa no resiste más, es un ardor constante, dolor bajo la piel que te hace desear que pare, pero no lo hace.

El dolor me despierta, mi cabello está siendo templado, siento que lo van a arrancar, las piedras del suelo se clavan en mi piel mientras soy arrastrada, duele, grito, pero esto nada más hace que vuelvan a golpearme.

¿Por qué no he muerto?

Trato de concentrarme en algo, pero no puedo.

¡Me arrastran por la tierra!

Una parte de mí cree que morirá, la otra parte solamente puede pensar que sería lo mejor que podría pasarme.

Inspiro fuertemente tratando de conseguir oxígeno, para únicamente sentir el sabor del agua sucia llenar mis fosas nasales, mi boca, recorre lentamente hasta llegar a mis pulmones. Trato de luchar y no lo logro, mi mano se aferra a su muñeca, clavo las uñas en un último clic que hace mi cerebro por sobrevivir. Sus manos me mantienen bajo el agua, ya no puedo más. Veo la inconsciencia nadar hacia mí, mi lucha está por finalizar, en esos últimos segundos pienso en mi gato, ¿Habré dejado suficiente comida? ¿Sabrá el que no lo abandoné?

De pronto no más dolor, de pronto no más agua sucia.

Oigo la voz de una enfermera:
─¿Susana? ¿Puedes oírme Susana?
Las máquinas emiten ese pitido aterrador, siento la vía en mi vena arder.
Ya no quiero más.
"Entró en paro"
"Código azul"
Palabras que mi cerebro capta justo antes de ver la luz brillante… un calor reconfortante antes del final, es como el abrazo de una madre… y ya no hay nada más, justo mi último pensamiento es: ¿Quien cuidara mi gato?

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Callejón