Elina por fin se había quedado tranquila y había accedido a ir conmigo un fin de semana a San Lorenzo. Allí tendría una reunión de dos horas con los nuevos jefes de la compañía y luego Elina y yo tendríamos todas las horas para recorrer el lugar y hacer las pases. Desde hacía una semana Elina estaba inaguantable solo porque mi secretaria, Veruska, una chica de unos 25 años, había enviado, equivocadamente, un mensaje a mi teléfono.

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Las dos horas que duró la reunión, Elina las pasó en la habitación del hotel. La idea era que yo la llamara en cuanto terminara mi encuentro con los socios y luego encontrarnos en un restaurant que quedaba cerca de las oficinas de la compañía. Y así lo hice: la llamé y luego me dirigí al restaurant para esperarla. La muchacha que me atendió fue muy amable conmigo y resultó ser la hija de una antigua compañera de estudios. Cuando Elina llegó tuve que explicarle por qué la familiaridad con la joven y evidentemente lo tomó con disgusto.

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Ese detalle hizo que Elina pasara la velada callada e indiferente a todo y las veces que me dirigió la palabra, lo hizo con cierto tono de sarcasmo. Yo preferí mantenerme calmado, ya que sabía que cualquier reclamo, haría estallar a Elina. Cuando llegamos a la habitación, yo destapé una botella de vino y le ofrecí una copa; extrañamente la aceptó y yo respiré aliviado. Tomé mi celular y lo encendí e inmediatamente entró un mensaje de Veruska: eran unas fotografías de su cuerpo desnudo.

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Sin saber qué hacer y nervioso porque Elina estaba cerca, le metí una clave nueva al celular para que se bloqueara todo. Elina olió mi nerviosismo y me preguntó qué tenía: "No sé. Mi celular se bloqueó y ahora no puedo entrar", dije en tono de preocupación. "Déjame ver, de repente yo puedo desbloquearlo", expresó Elina y me quitó el teléfono de las manos. Con rapidez y pericia, Elina marcó diferentes números y nada. Mi corazón volvió a latir cuando Elina, rendida, me devolvió mi celular. Yo tampoco sabía cómo desbloquearlo, pero no importaba. Cuando volviera al trabajo, le diría a la gente de informática que lo hiciera, también le diría a Veruska que me mandara más fotos.

HASTA UNA PRÓXIMA HISTORIA, AMIGOS