With great eagerness, Toñito opened the family album: in it there were many old photographs of people he didn't remember seeing. But around the third page, Toñito noticed a photograph of a young couple holding hands: they were his parents. Excited, Toñito began to cry and kiss the photo: it was the first time, after the car accident, that Toñito saw his mom and dad again. Then he kept looking and there were many pictures of his parents. Toñito was crying and smiling, when his aunt came quietly into the room.

─Aunt, why did my parents leave me alone, why didn't they take me with them? ─ asked the boy letting a stream of tears run down his cheeks. The aunt hugged him and comforted him with tender words, knowing that she had no answer to Toñito's questions. They were hugging each other, looking at every picture, especially the pictures of Toñito's parents.

─Can I keep the album, Aunt, please? -the aunt sensed that a change had taken place in the child and tenderly answered him:

─Of course, it's yours!

From that moment on, Toñito went back to being the cheerful, obedient and good boy he had been before. And every time he felt sad and homesick, he and his aunt would open the album and start looking at the old pictures. That album had not only made Toñito change, it had also become the refuge where he could see his parents again.

The images are free and the text was translated with Deepl.

UNTIL A FUTURE STORY, FRIENDS

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El album mágico de la familia
Cuando Toñito quedó huérfano, dejó de ser el niño amable, cariñoso y obediente que había sido. Su tía materna, quien había decidido adoptarlo, aunque no estaba de acuerdo con el cambio radical que había tenido Toñito, entendía su comportamiento rebelde, retraído y hasta huraño.

─Es apenas un niño y seguro la muerte de sus padres lo ha afectado mucho -decía la tía cuando los otros le señalaban el mal comportamiento del niño.

En la escuela no era diferente: Toñito no participaba y no le gustaba ir al recreo. Tampoco tenía amigos y aunque las maestras estaban informadas de su caso y de todo lo que había vivido, algunas veces perdían la paciencia:

_Todas sabemos la difícil situación que ha tenido que vivir el niño, pero creemos que es necesario que usted lo lleve a un especialista, antes que sea demasiado tarde, le recomendaban a la tía en cada reunión que hacían para padres y representantes.

La tía de Toñito que adoraba a su sobrino, hacía lo imposible para que el niño fuera como antes. Pero por más esfuerzo que hacía, sentía que cada día, entre ella y el niño, había más distancia, más silencio y hasta rabia.

─Tú no eres mi mamá y no voy hacerte caso, le decía Toñito a la tía cada vez que ésta le sugería que hiciera algo. Luego se encerraba en su cuarto y a veces ni quería hasta comer.

─Yo sé que no soy tu madre, pero soy tu tía que te quiere, que ahora te cuida y por eso te digo que debes comer. -le decía la tía con cariño- Entonces Toñito comía despacio, de bocaditos pequeños, como si fuera un pajarito enfermo.

Cierto día, la tía estaba limpiado el closet y encontró un álbum lleno de fotografías. Ya lo iba a guardar nuevamente, cuando Toñito, que pasaba por allí, lo vio y preguntó con interés:
─¿Qué es eso?
─Es un álbum familiar, donde hay fotos viejas.
─¿Puedo verlo, tía? ¿Me lo prestas? La tía abrió los ojos con mucha sorpresa porque era la primera vez, después del accidente, que Toñito mostraba interés por algo.
─¡Claro, Toñito. Puedes tomarlo y verlo si quieres! -respondió la Tía y Toñito tomó el álbum fotográfico y se lo llevó al cuarto.
Con mucho afán, Toñito abrió el álbum familiar: en él había muchas fotografías viejas, de personas que él no recordaba haber visto. Pero como a la tercera página, Toñito reparó en una fotografía de una joven pareja que estaba tomada de las manos: eran sus padres. Emocionado, Toñito empezó a llorar y a besar la foto: era la primera vez, después del accidente automovilístico, que Toñito volvía a ver a su papá y a su mamá. Entonces siguió viendo y habían muchas fotografías de sus padres. Toñito lloraba y sonreía, cuando su tía entró callada a la habitación.

─¿Tía, por qué mis padres me dejaron solo, por qué no me llevaron con ellos? -preguntó el niño dejando que un raudal de lágrimas corrieran por sus mejillas. La tía lo abrazó y lo consoló con palabras tiernas, sabiendo que que no tenía ni una respuesta para las preguntas de Toñito. Así estuvieron abrazados, viendo los dos cada imagen, deteniéndose especialmente en las fotografías de los padres de Toñito.

_¿Puedo quedarme con el álbum, tía, por favor? -la tía sintió que se había producido un cambio en el niño y tiernamente le contestó:

─¡Claro, es tuyo!
A partir de aquel momento, Toñito volvió a ser el niño alegre, obediente y bueno que había sido antes. Y cada vez que se sentía triste y con nostalgia, él y la tía abrían el album y empezaban a ver las imágenes viejas. Aquel álbum no solo había hecho que Toñito cambiara, también se había convertido en el refugio donde el niño podía ver nuevamente a sus padres.