Se detuvo porque le faltaban fuerzas para seguir andando. Buscó un árbol de donde sostenerse y cuando lo encontró, en vez de recostarse en su tronco, lo que hizo fue sentarse debajo de sus ramas. Se miró la herida y estaba abierta: gran cantidad de sangre salía sin detenerse. Cerró los ojos imaginando que penosamente aquel sería su final: estaba solo, sin fuerza y perdido.

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Cuando volvió a abrir los ojos, miró cerca de su rostro el rostro de una mujer que le sonreía. Quiso sonreírse con ella, pero le faltaban fuerzas. Seguramente estaba alucinando, pensó. Tal vez la muerte había venido por él y era aquella mujer desconocida. Luego cayó en un profundo sueño, pero en sus sueños sintió el olor fuerte de las flores. Sí, era la muerte la que venía a buscarlo, afirmó el hombre dentro de su cabeza

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Así, dormido, con los ojos cerrados, vio que una mujer lo tomaba de la mano y lo levantaba del suelo. Ella y él caminaban por un camino largo y florido, despacio y en silencio. El olor de las flores atraían a los pájaros y a muchos insectos que volaban alrededor dejando en el aire la suave sonoridad del viento. Entonces la mujer se detuvo y señaló a lo lejos. Él hombre miró el horizonte y como si fuera una fotografía: la imagen era de él ya muerto.

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Entonces como un niño pequeño, el hombre comenzó a llorar tirado en el suelo: "No quiero morir así", decía el hombre desecho; "Quiero otra oportunidad. La vida no puede ser solo esto." En ese instante el hombre abrió los ojos y miró alrededor: todo había sido un gran sueño. Como pudo se levantó, se cubrió la herida y empezó a caminar de nuevo. Después contó que mientras caminaba para salvarse, siempre sintió que el olor a flores lo estaba siguiendo.

_{Image created in Midjourney with I. A.}

The woman who smelled of flowers

He stopped because he lacked the strength to continue walking. He looked for a tree to hold on to and when he found it, instead of leaning against its trunk, he sat down under its branches. He looked at his wound and it was open: a large amount of blood was gushing out without stopping. He closed his eyes, imagining that this would be the end of him: he was alone, without strength and lost.

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When he opened his eyes again, he saw near his face the face of a woman smiling at him. He wanted to smile with her, but he lacked the strength. Surely he was hallucinating, he thought. Perhaps death had come for him and it was that unknown woman. Then he fell into a deep sleep, but in his dreams he felt the strong smell of flowers. Yes, it was death that had come for him, the man inside his head affirmed.

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Thus, asleep, with his eyes closed, he saw a woman take him by the hand and lift him from the ground. She and he walked down a long, flowery path, slowly and silently. The smell of the flowers attracted birds and many insects that flew around, leaving the soft sound of the wind in the air. Then the woman stopped and pointed in the distance. The man looked at the horizon and as if it were a photograph: the image was of him already dead.

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Then like a little child, the man began to cry lying on the ground: "I don't want to die like this," the broken man said; "I want another chance. Life can't be just this." At that instant the man opened his eyes and looked around: it had all been a big dream. As best he could he got up, covered his wound and started walking again. Then he told that while he was walking to save himself, he always felt that the smell of flowers was chasing him.

HASTA UNA PRÓXIMA HISTORIA, AMIGOS