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Hola amigos, bienvenidos a mi blog, unos días atrás decidí ver esta película, tarde en hacerlo porque las secuelas últimamente dejan mucho que desear y pocas son las que valen la pena ver, en el caso de “Prey”, mi reacción después de verla es de sentimientos encontrados, considero que tiene sus pros y sus contras, pero en definitiva es mejor de lo que esperaba. Dirigida por Dan Trachtenberg, esta cinta nos muestra una historia más íntima y bien cuidada de los personajes, en una época que podríamos decir que es el comienzo de la historia de las visitas de estos seres intergalácticos a la tierra, con el único propósito de mostrar y probar ante su clan sus dotes de cazador.

Desde los comienzos de esta saga del Depredador, su única misión era probar que buen cazador era para su clan y le daba status dentro del mismo, antropológicamente estos seres no eran diferente a los primeros asentamientos del hombre, cuando debían probar ante sus tribus ser dignos para ser cazadores. Me gusto que esta secuela se saliera de lo común y se situara en una época en donde solo dependías de tu inteligencia, astucia y el conocer muy bien el terreno para obtener los alimentos que necesitaras a través de la cacería. Este detalle le dio una dimensión a la cinta diferente a lo que estábamos acostumbrados a ver en sus predecesoras películas; con armas poderosas, explosiones y efectos especiales a lo largo de toda la trama.

Acá vemos a una joven Naru (Amber Midthunder), de la tribu de comanche, que se sale de su rol natural, porque quiere convertirse una cazadora. Su personaje se va desarrollando de manera inteligente, sin grandes poderes más que sus habilidades, respeto por la naturaleza y su entorno para enfrentarse a algo nunca visto que pone en peligro su subsistencia y a la de su tribu, su única opción será luchar con lo que tiene a mano para salvar a su tribu y a ella misma. Deberá desobedecer las reglas de su tribu para salir adelante y convencer a su hermano (Dakota Beavers), que hay algo en el bosque peligroso que pone en peligro a todos. Este ser intergaláctico tiene una manera de actuar y códigos, que se basan en la lucha por demostrar quien es el mejor cazador.

Debo decir que lo mejor de la cinta, son sus planos en las fotografías, las actuaciones y la profundidad e historias de sus personajes más íntima, al mostrarnos la cultura comanche, conocer un poco de su idioma, su estructura social, su entorno con la naturaleza, sus dioses y la manera de interactuar. Creo que pocas veces lo vemos en una cinta, esa riqueza que no percibimos muchas veces, pero que lo damos por sentado en las películas. Eso fue una de las muchas cosas que me encantaron ver de Prey. La historia detrás del personaje que lo hace ser quién es. De lo negativo, los efectos especiales que vemos en la cinta hecha por computadora no son de la calidad, entendemos que está a diferencia de otras secuelas, no fueron hechas para el cine sino para la plataforma streaming, sin grandes presupuestos, pero al menos deberían cuidar los detalles, así que la pobre musicalización en las escenas.

A pesar de las cosas negativas visualmente, lo compensa las actuaciones y la trama que devuelven a lo básico la lucha por la supervivencia del hombre contra un ser en teoría superior y mejor equipado, pero no así imposible de vencer, la lucha del David contra Goliat. Acá esa premisa está con la lucha de Naru, usando sus capacidades para tratar de ganar la batalla por sobrevivir. Creo esto es uno de los grandes aciertos de la película, porque te mantienen en pegado al TV para ver como una pequeña joven, se enfrentan con un ser que por mucho le gana en fuerza y tamaño. La película está llena de momentos de acción, suspenso, pero también de introspección por parte del personaje, de humanidad, de amor por la familia y por nuestra gente. Así que si no la has visto hazlo.