Una marca ha quedado incrustada en mis ojos, es que ya no puedo ni siquiera ir más allá de lo que realmente siento el día de hoy. Existen dos emociones, una que me hacen ver que no estoy en mis propios cabales y la otra que me hace sentir inseguridad. Es que visualizo las cosas de una manera insospechada, es que a secas me queda levantar la mano frente a la luna que ilumina la noche junto a la ventana de mi habitación. Soy alguien que no logra entender que las palabras también duelen.

–¿Qué emana mi ser en mi interior?

–¿Puedo encontrar una respuesta antes de que la noche logre acabar?

Es imposible que alguien me pueda ver acá, es que el frío se está agudizando, mis manos comienzan a temblar y la luna sigue iluminando como también derivando una posibilidad de que todo pueda dar una vuelta. No obstante, veme aquí rondando en una pesadilla mientras de mi boca solo sale un sonido que aqueja mis pulmones, ¡busquen el termómetro! Los grados van variando, mientras las pastillas están por todos lados.

¡La noche en su composición natural acaba de comenzar!

Una cobija tipo colcha, es la que me ha tocado colocarme alrededor de todo mi cuerpo, ¿qué cuerpo? El de un ser humano más. El teléfono en esta ocasión está apagado, es que las personas piensan que no puedo enfermar, me duele, me duele, que no puedan entender que soy un humano más.

¿Sinergia o falta de expresión sensata? Exclusivamente me veo como alguien que se está abrumando en un auspicio. Han comenzado a tocar la puerta de la habitación y es que hasta se hace difícil pararse para ir y girar el manojo para abrirla. Aun así, la voluntad se ha hecho un precedente cónsono e intocable de alguien que no se deja adolecer por un ajetreo de descompensación interna de su ser.

Dar dos pasos en la noche, en medio del frío, como también la noticia de un cambio climatológico, acortan y hacen difícil respirar, aun así la puerta se abrió, ¿quién la abrió? Alguien que tocía sin parar en aquella representación alguna adolorida.

La compresa para la fiebre llegó, ¿quién será mi doctora en esta ocasión?

–¿Alucinógeno? No sé qué es lo que debo hacer.

En esta inquisición debería acostarme en la cama y correspondería descansar e irme a dormir, pero soy un charco de turbas que por una extraña razón desea expiarse a sí mismo.

–¿Debería prender el teléfono?

En este punto lo que queda es afrontar la verdad.

Cerré por un período mis ojos abonados en la melodía de la escarchada noche, donde el aire parecía un aturdimiento donde las rimas escaseaban y el infortunio preponderaba, ese predominio era el sudor en mi cuerpo. ¿Cuál cuerpo? Reboso en la misma oratoria o expresión: –La de un hombre normal.

Ahora me pregunto: –¿Me podrás mirar? Parece que las condiciones para que esto ocurra es que un analgésico pueda hacer efecto a pesar de que las lágrimas no puedan cesar. Que débil resulta todo, que débil resulté ser después de todo.

Mientras que mis ojos están cerrados, únicamente me queda recordar los momentos de verdadera felicidad.

_{Cheng Feng || Unsplash}

–¿Mamá que significa ser adulto? Eso fue un recuerdo que surgió.

–“Debemos terminar, nunca fui ni soy tu prioridad”, la agonía del pasado surgía en mi entorno cerebral.

–Esta es la última vez que nos veremos, ¿no tienes nada que decir antes de verme marchar? Este fue otro recuerdo, irrealidad.

–¿Dónde estás? Evita convulsionar, eso fue lo que explanó de manera simple ese pequeño ser que mi imaginación aborda en este espacio universal, ¿debería abrir los ojos?

¿Alucinación? Para nada, esto solo es un edicto que se ha establecido de manera jurisprudencial. Toxicidad, y un abismo en concurrencia en la misma dopamina que carece en un espíritu que tiembla al sentir que el frío se agrava.

La moratoria avasalla, pero en la propia expresión de todo lo que se está recreando es hora de despertar, y afrontar, ¡no sé qué afrontar! Mientras mis párpados intentaban moverse y causar la apertura anhelada, alguien me volvió a llamar: – Aún no es momento de marchar.

–¿Por qué no debo marchar?

–¡Aún no es momento de despertar!

Inesperadamente, todo lo que en mi mente era universal empezó a transformar, ¿en qué transformó? En un jardín con una gran cantidad de rosas, ¿el sol brillará? No al parecer esto es un síntoma de enfermedad.

–Sensatez–, esa era la palabra que en el entorno se escuchaba.

– ¿Quién la pronunciaba?

No logro entender, parece que esto es un reflejo de los pálpitos de mi corazón o más bien de la fiebre que me evoca a estar en la nada. Las rosas y el aroma se sienten tan cálidos, es que ya estoy comenzando a entender la razón por la que aún no era momento de volver.

Debo reflexionar, ya no puedo seguir siendo la misma persona de ayer, y menos la que siempre siente los desmanes de los demás. Es cierto, soy el único culpable, el único irracional y el que ha perdido lo verdaderamente importante: – La posibilidad de amar de verdad.

Natalia, quizás ella pueda volver a darme una posibilidad. Aunque alucino, me gustaría poderle decir que no quería verle marchar, que no quería terminar y que aún la amo de verdad.

–¿Qué significa amar? –Se escuchó entre el soplido del viento a mi alrededor–. Entre aquello, mi conjetura y mi angustia, lo que pude contestar fue: –Amar significa también decir la verdad, eso fue lo único que pude pronunciar.

–Es hora de despertar.

Los párpados de mis ojos se abrían como una ventana y la compresa estaba en mi frente junto a un termómetro que apuntaba 40 grados junto a los analgésicos en una habitación vacía en donde ella no está.

No está, porque no le dije que la amaba
de verdad.
| Abel |

_{Cheng Feng || Unsplash}

English

_{Made in Canva // Cheng Feng || Unsplash}

_{Written listening to the song: Can you see my heart? by Heize. The day reminds me that I'm just another man, one who is also capable of feeling pain like anyone else despite the resistance of not wanting to face the truth.}

A mark has been embedded in my eyes, is that I can no longer even go beyond what I really feel today. There are two emotions, one that makes me see that I am not in my right mind and the other that makes me feel insecure. It is that I visualize things in an unsuspected way, it is that I just raise my hand in front of the moon that illuminates the night by the window of my room. I am someone who cannot understand that words also hurt.

"What emanates from my being inside me?"

"Can I find an answer before the night manages to end?"

It's impossible for anyone to see me here, it's getting colder, my hands start to tremble and the moon keeps illuminating as well as deriving a possibility that everything could turn around. Nevertheless, see me here hovering in a nightmare while from my mouth comes out only a sound that afflicts my lungs, look for the thermometer! The degrees are varying, while the pills are all over the place.

The night in its natural composition has just begun!

A quilt-like blanket, is the one I've had to put around my whole body, what body? That of another human being. The phone is turned off this time, people think I can't get sick, it hurts me, it hurts me, that they can't understand that I'm just another human being.

Synergy or lack of sensible expression? I exclusively see myself as someone who is getting overwhelmed in an auspiciousness. They have started knocking on the door of the room and it is that it even becomes difficult to stand up to go and turn the hand to open it. Even so, the will has become a consonant and untouchable precedent of someone who does not let himself suffer from a hustle and bustle of internal decompensation of his being.

To take two steps in the night, in the middle of the cold, as well as the news of a climatological change, shorten and make it difficult to breathe, even so the door opened, who opened it? Someone who played without stopping in that representation some sore.

The fever compress arrived, who will be my doctor this time?

"Hallucinogen? I don't know what I should do."

In this inquisition I should lie in bed and it would correspond to rest and go to sleep, but I am a puddle of mobs that for a strange reason wishes to atone for itself.

"Should I turn on the phone?"

At this point what remains is to face the truth.

I closed my eyes for a period of time, fertilized in the melody of the frosty night, where the air seemed a daze where rhymes were scarce and misfortune preponderated, that predominance was the sweat in my body. Which body? I overflowed in the same oratory or expression: "That of a normal man."

Now I ask myself: "Will you be able to look at me?" It seems that the conditions for this to happen are that an analgesic can take effect even though the tears cannot stop. How weak it all turns out to be, how weak I turned out to be after all.

While my eyes are closed, I can only remember the moments of true happiness.

_{Cheng Feng || Unsplash}

"Mom, what does it mean to be an adult? That was a memory that came up."

"We must end, I was never and am never your priority," the agony of the past surged in my brain environment.

"This is the last time we will see each other, don't you have anything to say before you see me go?" This was another memory, unreality.

"Where are you? Avoid convulsing," that was what was explained in a simple way by that little being that my imagination addresses in this universal space, should I open my eyes?

Hallucination? Not at all, this is only an edict that has been established jurisprudentially. Toxicity, and an abyss in concurrence in the same dopamine that lacks in a spirit that trembles as it feels the cold aggravate.

The moratorium overwhelms, but in the very expression of all that is being recreated it is time to wake up, and face, I don't know what to face! As my eyelids tried to move and cause the longed-for opening, someone called me back: " It is not yet time to leave."

"Why shouldn't I leave?"

"It's not time to wake up yet!"

Unexpectedly, everything that in my mind was universal began to transform, into what did it transform? In a garden with a lot of roses, will the sun shine? No, apparently this is a symptom of illness.

"Sensation," that was the word that was heard in the environment.

"Who pronounced it?"

I can't understand, it seems that this is a reflection of the palpitations of my heart or rather of the fever that evokes me to be in nothingness. The roses and the scent feel so warm, I'm beginning to understand the reason why it wasn't time to go back yet.

I must reflect, I can no longer be the same person I was yesterday, let alone the one who always feels the excesses of others. It is true, I am the only guilty one, the only irrational one and the one who has lost what is really important: "The possibility of truly loving."

Natalia, maybe she can give me a chance again. Although I hallucinate, I would like to be able to tell her that I didn't want to see him go, that I didn't want to finish and that I still truly love her.

"What does it mean to love?" I heard the wind blowing around me. Between that, my conjecture and my anguish, what I could answer was: "To love also means to tell the truth, that was the only thing I could pronounce."

"It's time to wake up."

The lids of my eyes opened like a window and the compress was on my forehead next to a thermometer that pointed to 40 degrees next to the painkillers in an empty room where she is not.

She's not, because I didn't tell her I loved
her really.
| Abel |

_{Cheng Feng || Unsplash}

Utilicé la primera imagen de Cheng Feng ‎en Unsplash para diseñar el separador (La fuente está debidamente identificada).