_{Escrito escuchando: La cima del cielo de Ricardo Montaner. Cuando el corazón dicta una sentencia inminentemente, esta no se puede apelar, es que es tan firme que su arrebato es un recorrido que se impone por encima de tu voluntad.}

Nos conocimos por obra del destino, ella estaba ahí, parada desde lejos, caminaba poco a poco y daba un paso a la vez de manera sencilla. Yo en indiscutibles plenitudes soportaba la realidad de mirarle desde la distancia. Una belleza que se hacía sentir, pero que a la vez promulgaba euforia con la combinación propia de las estrellas del universo.

¿Quién es ella? Pregunté a uno de mis compañeros de clase cercano en ese instante y de manera muy sensata sostuvo: –Ella es la mano de Midas, la chica más hermosa de la facultad de Biología, ¿quieres saber su nombre?

–Un libro de manera causal cayó y un gran grito se escuchó liándolo todo.

Alguien derramó una taza de café, ¿cuál será la tasa de imposición universitaria esta vez? Ese gravamen no importa ahora, lo único es el alocado sentimiento que surgió por ella, por ella que volcaría todo en un revés.

Mi corazón ya era una mierda al volver de Ibiza, no obstante, parece que algo me atrae: –¿Qué puede ser? ¿Quizás es su boca? ¿Su cuerpo? ¿Su cabello de color rojo? ¿Su cintura? No, simplemente es su mirada, una conclusión muy simple y básica de esto que no es nada apreciable, o mejor dicho comprensible para mí.

La clase de Lengua y Literatura llegó, cuando entre al salón y comencé a caminar el escalonamiento de los banquillos tipo auditorio, me sorprendí, y la razón fundamental de esto es que ella estaba sentada en uno de ellos. Quería evitarla, pero la cuestión en este punto sería indiscutible, además se notaría mucho la impertinencia de mi parte.

La clase se dictó sin ningún tipo de espesor, pero ya no solamente era Lengua; sino también la complementaria de Historia Contemporánea, ¡esto era algo que me beneficiaba y me agobiaba a la vez!

¿Las casualidades existen? Al parecer esto era algo que se extendía en un gran abismo de emociones revueltas.

Cada día que pasaba me encontraba con ella, era como una profanación, no es que una profanación a mi corazón era simple, esto traspasaba de manera repentina algo que yo mismo denominaba inexplicable en probidades autonómicas.

–¿Debo invitarla al cine? ¿Debo invitarla a comer? ¿La invito a ir de viaje? ¿La incito a pasear por Madrid? No sabía qué hacer.

Todo es tan perenne. Es que ando liando en mis propias gilipolleces al no decidir qué hacer.

Parece que lo único fácil era pirarme y no continuar, pero como enfrento todo el escenario que precede en mi vida, ese que denomina cada segundo de consumo de oxígeno que doy, sí, mi familia.

Como mola esto. Mola tanto porque esto siendo un mar de arrebatos simplemente se observa en la distancia, de lejos y silenciosamente.

Acoto: –¿Debería atreverme a invitarla a salir? Parece que lo mejor es revelarlo todo, me gustas. Que liberador sería decírselo, ¿puedo pronunciarlo? Al parecer mi lengua está atada o cosida con un hilo, es que la aguja que paso por ella se le llama miedo.

¿Sordera? De ninguna manera, es que lo único que le daré a ella es un beso, si puedo pronunciar esta verdad. Erige, erígete mi voluntad radiante con una sonrisa y evita la seriedad. El día indicado llegó, caminé y me armé de valentía.

_{Gabriel Silvério|| Unsplash}

Todos estaban en el salón de clases, todos estaban ahí y ella estaba sentada en el mismo lugar de siempre. Lo único que salió de mi boca en ese momento fue: –Podemos hablar un instante.

Las miradas de todas las personas se vinieron a nosotros, parecía que éramos los únicos protagonistas, mis pies temblaban. Me mola su pausa para hablar, pero lo que dijo inminentemente provocó una confrontación conmigo y eso fue lo siguiente: –Lo que debas decir puedes hacerlo aquí.

–Mierdas, no me espere eso.

Mi respuesta: –Si te digo que me gustas, aceptaras hablar conmigo en privado.

Un grito se escuchó: –Ve por todo.

Ella simplemente se levantó, me tomó de mi mano y me sacó rápidamente del lugar, mientras todos nos observaban. Me llevó a un sitio lejano, y en donde nadie nos podía observar. Lo primero que pronunció fue: – Estás loco.

–Loco por ti, te dije que quería hablar contigo.

–No entiendo, ¿por qué te negaste?

Ella simplemente callaba y no dijo nada. Me tenía intrigado, pero me acerqué a ella y pronuncié con un tono de voz suave: –¿por qué no respondes? Dime: –¿Realmente me deseas esquivar?

Ella fue enfática: –Nada puede pasar.

Que mierda, la tomé de uno de sus brazos, la jalé y pegue su cuerpo al mío, acerqué mi boca a la de ella, y le dije: –Sé que tú también sientes lo mismo que yo, no lo evadas más.

–¿Muy directo? Para nada, solamente me dejé llevar.

No estaba en ese momento dispuesto para seguir en la misma agonía. Ella correspondió a lo que sentía, esa fachada dura sencillamente se rompió. Ese humilde instante de nuestras vidas, inició, inició, nuestra historia.

Es que era tan memorable, el viento sonó intensamente y sin dilación alguna nada, absolutamente nada nos pudo parar.

Pregunté: –¿Esto significa que si?

Ella movió su cabeza y lo ratificó todo.

La historia de mi romance, de mi verdadero amor empezó a tomar su forma, es que se sentía como si ella fuera la luna y yo esa persona que le quería robar, robar para restringirla únicamente para mí.

El cine se volvió realidad, la playa era algo que formaba parte de la bitácora y dormir en mi lujoso apartamento hablando todo tipo de sinsentidos, también fue algo que ocurrió con cotidianidad. No deseaba que eso acabase, es que la ideal certeza de lo que mi ser interior plasma es lo que ella me podía dar.

–¿Saben lo que es lo que ella me podía dar? Libertad.

Estaba perdido, estaba ocultándolo todo y lo peor es que ese océano lleno de mentiras terminara arrebatándome a la única persona que podía entenderme, entenderme en plenitud.

–¿Eres un Duque?

Esa fue su pregunta cuando lo descubrió todo, no podía creerlo, no podía ocultar mi realidad. ¿Clases sociales distintas? Sí. Todo es una cadena que me amarra, pero por ella estaba dispuesto a arriesgarlo todo.

–No puedes estar con él. Ella no puede estar conmigo.

Eso fue lo que ellos gritaron a viva voz cuando lo descubrieron todo. Ella se sintió acorralada, un amor doloroso, y que se desbarataba tan rápido al iniciar. ¿Vigilancia? Al parecer tenía una por todos lados.

Ella llegó al apartamento en horas de la noche y la respuesta a todo esto fue: –¿Por qué me pediste salir? ¿Únicamente querías jugar conmigo? ¡Eres un cabrón! Tenía miedo a responder, pero más lejos de eso no sabía que responderle. Mierda, mierda, y mierda debí responder con sinceridad. Las únicas palabras que salieron por mi boca a medio terminar fueron:

Perdóname Anastasia, sí perdóname
Por amarte con sinceridad.

_{Written listening: Ricardo Montaner's La cima del cielo. When the heart dictates a sentence imminently, it cannot be appealed, it is so firm that its rapture is a journey that imposes itself over your will.}

We met by fate, she was there, standing from afar, walking little by little and taking one step at a time in a simple way. I in indisputable plenitudes endured the reality of looking at her from a distance. A beauty that made itself felt, but at the same time enacted euphoria with the combination of the stars of the universe.

Who is she? I asked one of my classmates nearby at that moment and in a very sensible way he said: “She is the hand of Midas, the most beautiful girl in the Biology faculty, do you want to know her name?”

“A book causally fell and a great scream was heard making a mess of everything.”

Someone spilled a cup of coffee, what will be the university levy this time? That levy doesn't matter now, the only thing is the crazy feeling that arose for her, for her that would overturn everything in a setback.

My heart was already shit when I came back from Ibiza, nevertheless, it seems that something attracts me: “What can it be?” Maybe it's her mouth? Her body? Her red hair? Her waist? No, it's simply her look, a very simple and basic conclusion of this that is not at all appreciable, or rather understandable to me.

The Language and Literature class arrived, when I entered the classroom and began to walk the staggering of the auditorium type benches, I was surprised, and the fundamental reason for this is that she was sitting in one of them. I wanted to avoid her, but the issue at this point would be indisputable, plus the impertinence on my part would be very noticeable.

The class went on without any thickness, but it was no longer only Language; it was also the complementary one of Contemporary History, this was something that benefited me and burdened me at the same time!

Do coincidences exist? Apparently this was something that stretched into a great abyss of churning emotions.

Every day that passed I met her, it was like a desecration, not that a desecration to my heart, it was simple, it was a sudden trespassing of something that I myself called inexplicable in autonomic probities.

“Should I invite her to the movies? Should I invite her to lunch? Should I invite her to go on a trip? Should I invite her to go for a walk in Madrid? I didn't know what to do.”

Everything is so perennial. I'm just muddling around in my own bullshit not deciding what to do.

It seems like the only easy thing to do was to just walk away and not continue, but as I face the whole scenario that precedes in my life, the one that calls every second of oxygen consumption I give, yes, my family.

How cool this is. It's so cool because this being a sea of rapture is simply observed in the distance, from afar and silently.

Acoto: “Should I dare to ask her out?” It seems the best thing to do is to reveal all, I like you. How liberating it would be to tell her, can I pronounce it? Apparently my tongue is tied or sewn with a thread, it's just that the needle I pass through it is called fear.

Deafness? No way, it's just that the only thing I'll give her is a kiss, if I can pronounce this truth. Erect, erect my radiant will with a smile and avoid seriousness. The appointed day came, I walked and steeled myself.

_{Gabriel Silvério|| Unsplash}

Everyone was in the classroom, everyone was there and she was sitting in the same place as always. The only thing that came out of my mouth at that moment was: “we can talk for a momento.”

Everyone's eyes came to us, it seemed like we were the only ones in the spotlight, my feet were shaking. I'm cool with his pause to talk, but what he said imminently provoked a confrontation with me and that was next: “Whatever you should say you can say here.”

“Shit, I didn't expect that.”

My response: “If I tell you that I like you, you will agree to talk to me in private.”

A shout was heard: “Go for it all.”

She simply stood up, took my hand and quickly led me out of the place, while everyone watched us. She took me to a distant place, where no one could observe us. The first thing she said was: “You are crazy.”

“Crazy for you, I told you I wanted to talk to you.”

“I don't understand, why did you refuse?”

She simply kept quiet and said nothing. I was intrigued, but I approached her and said in a soft tone of voice: “why don't you answer?” Tell me: “do you really want to avoid me?”

She was emphatic: “Nothing can happen.”

What the fuck, I grabbed her by one of her arms, pulled her and glued her body to mine, brought my mouth close to hers, and said: I know you also feel the same as me, don't avoid it anymore.

“Too direct? Not at all, I just let myself go.”

I was not ready at that moment to continue in the same agony. She reciprocated what she felt, that hard facade simply broke. That humble instant of our lives, started, started, our story.

It was so memorable, the wind blew intensely and without any delay nothing, absolutely nothing could stop us.

I asked: “Does this mean yes?”

She shook her head and ratified everything.

The story of my romance, of my true love began to take shape, it felt as if she was the moon and I was the person I wanted to steal from her, steal to restrict her only to me.

The movies became a reality, the beach was something that was part of the log and sleeping in my luxurious apartment talking all kinds of nonsense, was also something that happened on a daily basis. I did not want it to end, it is that the ideal certainty of what my inner being plasma is what she could give me.

“Do you know what she could give me? Freedom.”

I was lost, I was hiding everything and the worst thing is that this ocean full of lies would end up taking away from me the only person who could understand me, understand me fully.

“Are you a Duke?”

That was her question when she found out everything, I couldn't believe it, I couldn't hide my reality. Different social classes? Yes. It's all a chain that binds me, but for her I was willing to risk everything.

“You can't be with him. She can't be with me.”

That's what they shouted out loud when they found out everything. She felt cornered, a painful love, and one that was unraveling so fast to initiate.Surveillance? Apparently she had one all over the place.

She arrived at the apartment in the wee hours of the night and the answer to all this was, “why did you ask me out, did you just want to play with me, you bastard!” I was afraid to answer, but beyond that I didn't know what to say back. Shit, shit, and shit I should have answered truthfully. The only words that came out of my half-finished mouth were:

Forgive me Anastasia, yes forgive me
for loving you sincerely.

Utilicé la imagen de Gabriel Silvério ‎en Unsplash para diseñar el separador (La fuente está debidamente identificada).