Que hablen de ti, aunque sea… [ESP-ENG]

Desde hace mucho tiempo he venido sostenido la importancia que tiene el leer y el estudiar en nuestras vidas y para mí es la única manera de mejorar. Muchos profesionales repiten como aves parlanchinas frases y pensamientos sin saber sus orígenes y sus fuentes. En muchos casos las usan como leyes inamovibles para su conducta, sin entender el contexto en el cual fueron dichos o lo que es peor la época del mundo. Una de estas frases que más repiten líderes políticos, influencers y pseudos expertos en redes sociales es aquella atribuida hace más de 60 años por al sr Goebbles: Que hablen de ti aunque sea mal. Hoy, cuando más del 60 % de nuestro tiempo productivo lo pasamos en las redes sociales y se ha creado la denominada identidad digital, nadie se puede dar el lujo de recibir comentarios negativos.

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Recientemente en España se ha hecho viral la reacción de un dueño de un local por la fuerte y contundente defensa de su local y de sus trabajadores ante un justificado comentario negativo en sus redes sociales. El debate se ha centrado sobre el derecho a opinar que tienen los clientes y algunos le han dicho que se debe sentir feliz porque lo han puesto a sonar a nivel mundial. Este es sumamente interesante para analizarlo un poco y dejar correr nuestra imaginación hacia el campo de la filosofía.

Para comenzar aquí sé mezcal otra antigua creencia: El cliente siempre tiene la razón. Bajo esta falsa premisa cientos de personas han abusado de emprendedores, comerciantes y dueños de tiendas y ventas de comida. Hoy se conoce a plenitud de una tendencia de ciertos influencers que les gustas ir a comer y beber gratis en cuanto sitio nuevo abre sus puertas. Ya en regiones del interior se conoce el efecto de estos chulos mediáticos. Si un cliente siente que sus derechos han sido vulnerados y él ha cumplido con todos sus deberes, entonces debe proceder ante las autoridades correspondientes. La creencia debe ser ampliada y establecer que Los dueños y empleados también tienen la razón. Sobre todo, también tienen el derecho y la oportunidad para expresarse en las redes sociales.

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Volviendo al tema de que te nombren así sea para mal, es algo ya en desuso. Las huellas de las identidades digitales son imborrables. Cada vez que usted postea algo en la red, o recibe comentarios mal intencionados quedaran para toda la eternidad. Que va a pensar cuando un nieto o tataranieto suyo realice una búsqueda de su abuelo o quiera conocer los antecedentes históricos de su negocio y lo primero que encuentre sean estos comentarios negativos. Por eso es muy importante que toda persona mantenga una integridad tanto pública como privada.

I have long maintained the importance of reading and studying in our lives and for me it is the only way to improve. Many professionals repeat phrases and thoughts like chattering birds without knowing their origins and sources. In many cases they use them as immovable laws for their behavior, without understanding the context in which they were said or what is worse, the time of the world. One of these phrases most often repeated by political leaders, influencers and pseudo experts in social networks is the one attributed more than 60 years ago by Mr. Goebbles: Let them talk about you even if it is bad. Today, when more than 60% of our productive time is spent on social networks and the so-called digital identity has been created, no one can afford to receive negative comments.

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Recently in Spain, the reaction of a store owner has gone viral for his strong and forceful defense of his store and his workers against a justified negative comment on his social networks. The debate has focused on the right of customers to express their opinion and some have told him that he should feel happy because they have made him sound worldwide. This one is extremely interesting to analyze a little and let our imagination run into the field of philosophy.

To begin with, here is another old belief: The customer is always right. Under this false premise, hundreds of people have abused entrepreneurs, merchants and owners of stores and food sales. Today we are fully aware of a trend of certain influencers who like to eat and drink for free in every new place that opens its doors. Already in inland regions the effect of these media pimps is well known. If a client feels that his rights have been violated and he has fulfilled all his duties, then he should proceed before the corresponding authorities. The belief must be broadened and established that owners and employees are also right. Above all, they also have the right and the opportunity to express themselves in social networks.

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Returning to the subject of being named, even if it is for bad, is something already in disuse. The traces of digital identities are indelible. Every time you post something on the network, or receive ill-intentioned comments will remain for eternity. What will you think when a grandchild or great-great-grandchild does a search for his grandfather or wants to know the historical background of your business and the first thing you find are these negative comments. It is very important to maintain both public and private integrity.