Desespero | Relato

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Estuve en una habitación, era conocida por mi memoria, pero al mismo tiempo no lograba recordar de dónde y en qué momento llegué a dicha habitación. Me encontraba en una casa de playa. Salí de la habitación. Ya estando fuera de dicha habitación, a mi lado derecho había una puerta abierta, se notaba que era la que ofrecía una salida a la playa y me dirigí hacía ella.

Salí, pero justo en ese instante olvidé lo que tenía que hacer. Vi a mi derecha y observé la arena de la playa —Por cierto, era de noche, una noche tranquila, serena— sentí la necesidad de ir a sentarme en la arena, para pensar y reflexionar un poco —la vida, el amor, la amistad, la familia, el mundo, mi mundo y todas esas cosas cliché que nos ponemos a pensar cuando estamos nostálgicos...— De repente a mi yo interno, que nunca calla, se le ocurrió una idea, y me dijo con toda confianza ''Anda, ve, despeja la mente, lo mereces, aprovecha el momento....'' y sin dudarlo le hice caso.

Me vi entonces de pie sobre la arena, y el mar se extendía al frente. Entonces algo —o tal vez alguien, producto de mi imaginación— me dijo algo importante, algo que deseaba hacer desde hace tiempo... ''Desahógate, corre por la orilla de la playa y grita lo más fuerte que puedas, corre, vamos'' sí, era mi otro yo, volviendo a decirme que hacer.

Caminé, y al mismo tiempo me sentía muy nostálgico, sentí lástima por mí mismo, o mejor dicho, mi otro yo sintió lástima. ''Corre, no seas tonto, corre'' y sí, mi yo interno decía cada cosa que siempre he querido hacer y que en esos momentos sentía que debía hacer porque las ganas me sobraban. Corrí y grité para desahogarme lo más que podía, grité fuerte, maldiciendo, de una forma alocada y liberadora, gritaba fuerte y cada vez que lo hacía me sentía mejor.

Después de pasar un rato perdiendo la cordura como solo un loco haría; me detuve, suspiré, respiré profundo y me sentí en una paz mental, lo que quería, lo deseaba, lo hice, me resultó. Estaba cansado de tanto correr, pero valió la pena, sonreí con satisfacción.

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Miré al horizonte y me dí cuenta de algo, algo que no noté luego de que me detuve: Miré hacía abajo y vi que mis pies estaban sumergidos en el agua, el agua llegaba hasta mis tobillos, mansa y calmada. Sentí curiosidad, mientras mi otro yo decía ''Ja, eres un imbécil...'' no entendí el porque decía eso -o dije eso- no sé ni como llamarlo. Miré hacia adelante y todo lo que veía era agua, miré a mi al rededor y parecía que me encontraba en medio del mar, no podía ver ni la casa; ni la arena, ni las montañas que veía antes en el horizonte. Nada, solo agua, efectivamente como si estuviera en el medio del mar.

Me asusté un poco, pero caminé, corrí lo más que pude a ver si podía ver algo; era en vano, aún me encontraba en medio de toda esa sábana de agua negra, reflejo de la oscuridad del cielo. No entendía que ocurría, miré de nuevo hacía abajo y el agua estaba hasta mis rodillas, mi otro yo decía ''estas sin salvación, no hay nadie, solo tú''. Me asusté, no solo porque me preguntaba que maníaco parecía por oír mi propia voz, una voz que no provenía de mi boca o la de nadie. Me decía cosas oscuras de mi mismo y me odiaba, yo mismo me decía cosas que no quería escuchar, ''no entiendo'', decía mi yo verdadero "¿estoy loco?". Corrí, pero se me hacía difícil ya que el agua estaba hasta mi cintura y me asusté mucho más, tenía mucho miedo, mi cara estaba pálida, sentía nauseas, mareado de los nervios, temblaba y no podía controlarlo.

No entendía que pasaba, estaba desesperado, seguía caminando, pero ya el agua llegaba hasta mi pecho, mientras mi otro yo decía barbaridades como ''No intentes más nada, ¿no te das cuenta? estas solo, estas a la deriva, sin salvación'' y seguía caminando.

El agua me llegaba hasta el cuello, traté de nadar pero mis brazos y piernas se sentían pesadas, muertas, no podía moverme, me sentía como si fuera de piedra o de plomo. Ya estaba muy asustado y grité ''¡auxilio!'' ''ayuda por favor, alguien que me ayude'' mientras corrían lagrimas por mis mejillas, pues, lloraba de la desesperación.

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Experimenté algo cliché que en toda película los personajes alegan haber experimentado cuando estuvieron a punto de morir: Sí, vi en mi mente esa cinta de la vida que tuve, todos mis momentos felices y no tan felices, mi niñez, inclusive la vejez que no iba a tener oportunidad de vivir; miradas del pasado de mis seres amados, los cuales no me pude despedir, "daría lo que fuera por abrazarlos por una última vez" me dije, "¡rayos, qué digo, daría lo que fuera por seguir viviendo!", continuaba hablando, prácticamente con palabras incomprensibles porque sollozaba como un niño. Siempre dije que no le tenía miedo a la muerte, a la oscuridad y el olvido que seguía de ella, pero no podía negar en esta situación que quería aferrarme a la vida, quería tanto seguir presente para mis seres amados.

No sabia que hacer, mi otro yo me daba más miedo de lo que me doy a mi mismo, ¡qué confuso!, era yo mismo quien me decía esas cosas horribles ''Es tu final, es inútil, no puedes hacer más nada, morirás, morirás...'' y me sentía desesperado.

Ya solo mi rostro era el que estaba fuera del agua salada, el resto de mi cuerpo estaba sumergido en oscuridad. No podía moverme, temía ahogarme, seguía gritando aún más fuerte, pero mi voz ya se encontraba ronca, irreconocible, no escuchaba mi propia voz ''ayuda por favor, ayuda...''. El agua logró tapar mi rostro por completo y sumergido pensé que era el final, "él —yo— tiene razón, y antes de que el mismo mar o la desesperación me mate, lo haré yo mismo. Me rindo", pensé todo esto, pensé en respirar debajo del agua lo más profundo que podía para poder ahogarme y terminar con este sufrimiento, ahogarme de un solo golpe, sin aguantar la respiración para que no sea más desesperante. Pues la desesperación era muy grande y podía conmigo, solo tragar todo el agua que mis pulmones no podían aguantar y morir al instante... Y lo hice...

¡Y desperté!

Todo fue una pesadilla. Mi corazón latía aceleradamente; me levanté de la cama, sudando como nunca lo había hecho, ya no quería seguir durmiendo, aún tengo miedo. Tengo mucho miedo...

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