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Una de las actualizaciones más "populares" de Skyrim, y hago enfásis en las comillas de populares, es la que implementa el modo Supervivencia. Una nueva forma de jugar The Elder Scrolls V que brinda un plus de dificultad y una experiencia mejorada para los jugadores, aunque lo de mejorada también es muy subjetivo. Los pros y contras de este modo, que son muchos, resultan en especial llamativos, y de la necesidad de compartir mi opinión sobre ello nació este post.

El TES V clásico cambia por completo cuando le añadimos la supervivencia; principalmente porque hace del juego algo muchísimo más complicado, tanto que jugarlo en una campaña nueva, en combinación con la dificultad legendaria podría resultar en una tarea imposible. Llegado a este párrafo, asumo que quien esté leyéndolo jugó Skyrim, por lo menos en su versión más base y/o vanilla posible, y entenderá de qué hablo.

El sentido de Skyrim como lo conocemos cambia por completo. Ya no es el ARPG cuya base va de internarse en uno que otro rincón, y pasearse por el mapa descubriendo nuevas locaciones. Ahora mantenerse lo más alejado posible de la exploración es lo sensato y en caso de estar obligado a salir, las antorchas serán sus mejores amigas.

Esto último es más premonición que consejo. Recorrer el mundo en un juego de mundo abierto es más que nada una cuestión de sentido común. Pero la modalidad de supervivencia hace de Skyrim (el país, no el juego) un territorio inexplorable. De por sí Skyrim es un territorio hostil, donde todo tipo de criaturas quieren acabar con tu vida por el simple hecho de existir, solo porque sí; sumándole a eso que nuestro personaje comenzará a morir de un ataque de hipotermia apenas visitemos territorios del norte como Hibernalia, o Ventalia. Aventurarse más allá es una sentencia de muerte; imposible si nuestro personaje tiene un nivel bajo y pocos stats. Entonces, al perder la capacidad de aventurarse por el mapa, Skyrim (ahora sí el juego, no el país) pierde parte de su encanto.

Asimismo, hechos como que el avatar padezca de enfermedades por el deteriorante estilo de vida de un aventurero, y una nueva gama de enfermedades y padecimientos que aparecen de la nada, limita a secas, la diversión. Ciertamente no es lo más divertido del mundo, ni de cerca, tener que dormir al personaje luego de jugar una sola misión, en un interminable proceso que termina con la mitad del tiempo de juego gastado en curarnos de todos los males que contraemos. A decir verdad, más que un Elder Scrolls, llega a parecer Los Sims medieval.

En fin. El modo supervivencia es un reto, sí. Un reto innecesario. Si bien tiene sus puntos a favor, como la implementación de nuevas utilidades a la comida, que ya no son solo peso muerto, sus contras lo opacan. Si la idea de Bethesda era hacer de Skyrim un reto infumable, lo lograron. De seguro para aquellos obsesionados con presumir sus grandes facultades de gamers, capaces de sortear juegos difíciles de las maneras más matemáticas y poco entretenidas posibles, esto es una joya. no es mi caso, ni el del jugador común, que es quien, al fin y al cabo, le paga las facturas a la compañía desarrolladora.

En lo personal prefiero el balance entre un juego que represente un reto sin sacrificar el ocio. Balance que Skyrim logra perfectamente incluso en legendaria. Entonces, la supervivencia es una gran idea, con sus cosillas positivas, que terminó por ser mal ejecutada. Desafortunadamente no se puede disfrutar de este sistema inhabilitando algunas de sus funciones más fastidiosas, es un todo o nada: o no lo comes, o te lo comes entero.