Relato: Mary ama cuando baila (ESP/ENG)

Hace mucho frío, tanto que las manos sin guantes se le entumecen y las puntas de los dedos se le ponen morados. Hoy llegó muy temprano a la plaza donde comienza su trabajo. Al son de la música de su pequeña radio baila para las personas que van pasando, baila para los que se detienen a mirar y baila para ella misma, porque la música llena todo ser y con los movimientos rápidos y fuertes del hip hop expresa lo que le inspira.

Mary siempre es la primera en llegar a bailar, a esa hora la plaza que está rodeada de negocios y cafés ya está llena de personas. Coloca su radio y su caja para recoger el dinero y comienza su rutina que ya ha ensañado en su pequeño cuarto que ha arrendado en el cerro.

Los que ya la conocen la saludan. ¡Hola Mary, llegaste temprano, está haciendo frío! ¡Hola Mary que hermoso se ve tu cabello alborotado! ¡Epa Mary! ¿como amaneciste? Y así va pasando su día entre amigos del baile y a los que ya se les ha hecho una costumbre verla bailar en la plaza.

Hace cinco meses Mary llegó acompañada de un grupo de amigos todos bailarines, pero poco a poco se fueron a otros lugares y se fue quedando sola, pero ella no ha querido irse, se enamoró de este lugar y de su gente.

La señora Luisa que ha sido su hada madrina, se le acerca como todas los mañanas con una comida caliente, es un ángel que le envió Dios para acompañarla y ayudarla. La primera vez que habló con ella ya venía con una bandeja con comida que a Mary le daba miedo aceptar... porque nunca se sabe las intenciones de las personas. Pero ella supo ganarse su confianza con su manera tan dulce y al mismo tiempo decidida de hablar…no pudo negarse.

—Mary te voy a traer mañana unos guantes, mírate las manos. Por cierto, ¿te diste cuenta que han llegado un grupo de jóvenes a la plaza? y por la manera de hablar vienen de tu país. Después que te fuiste en la tarde, yo los vi bailando.

—Me gustaría verlos, ojalá que lleguen temprano, —le dice Mary mientras se come un plato de sopa de pollo bien caliente que le trajo la señora Luisa, para que se quitara el frío. —¡Esta ciudad es una nevera! —Mary se imagina que Luisa vive sola, nunca le ha preguntado detalles de su vida y ella tampoco se los ha dicho. Se acompañan mutuamente.

Ya son las dos de la tarde el sol calienta un poco y los niños que salen de la escuela llenan la plaza de alegría, corriendo y jugando con las palomas que revolotean sobre ellos. Las jacarandas están llenas de flores moradas, que hacen una alfombra sobre el pavimento. Esta es su hora preferida del día.

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Por el centro de la plaza ve llegar a un grupo de tres muchachos y dos muchachas que se van acercando a donde ella se encuentra, en las escalinatas. Y asombrada no puede creer lo que ve, allí está Rodolfo, su antiguo novio.

—¡Hola Mary! que gusto verte acá tan lejos de nuestro país, no me imagine encontrarte, ¡qué alegría!, —le da un abrazo muy fuerte y le presenta a sus amigos.

—¡Qué sorpresa Rodolfo! ¿Cuándo llegaron a Bogotá?

—Llegamos hace tres días y ya estamos bailando acá en la plaza, ¿por qué no te unes a nuestro grupo?

Mary lo pensó y decidió que bailaría con ellos, aunque se sentía cómoda bailando sola, porque ya estaba acostumbrada a eso.

Los días siguientes los bailarines se hicieron muy populares en la plaza y les iba muy bien. Las ganancias se repartían entre todos. Rodolfo comenzó a interesarse de nuevo en Mary, ellos habían terminado por las continuas infidelidades de él, y aprovechó de pedirle a Mary una segunda oportunidad.

Ella no quería enamorarse de nuevo, le había costado olvidarse de Rodolfo y alejarse de él fue una de las razones para irse del país y ahora el destino los había unido de nuevo. Pero fue tanta su insistencia y quizás la soledad que a veces sentía, que al final le dijo que sí.

El amor hizo su magia. Mary y Rodolfo disfrutaron mucho de estar juntos. Después de bailar en la plaza se iban a caminar por las calles de la ciudad, se reunían con sus amigos a charlar y a tomarse un café en la cafetería y un pan tan oloroso y suave en la panadería donde Mary se había hecho amiga de los dueños. La vida era muy hermosa.

Pero Mary se fue dando cuenta que Rodolfo seguía siendo el mismo de siempre, no había cambiado mucho, celoso, dominante y además infiel, para él eso era muy natural, parte de su masculinidad.

Un día Rodolfo se acerca al terminar de bailar y le dice
—Mary hemos pensado irnos del país, queremos otras oportunidades, bailar en mejores escenarios y poder asistir a academias de danza. ¿Qué te parece? Nos iríamos mañana mismo, ya lo tenemos organizado todo.

En ese momento Mary supo que no quería irse, que le gustaba estar allí donde bailaba como ella quería, que amaba a las personas que había conocido, a la Sra. Luisa, a los muchachos que la acompañaban en las mañanas, a los señores de la panadería tan amables y a la dueña de la casa donde vivía. Amaba despertarse en la mañana muy temprano y ver salir el sol en las montañas, sentir la brisa muy fría que le ponía muy roja la nariz y las orejas. Amaba su libertad, decidir lo que haría y lo que pensaba hacer en el futuro.

—Querido Rodolfo me alegra por ti que tengas esos sueños y te deseo lo mejor que se pueda desear a un amigo. Pero esos son tus sueños, yo tengo los míos y sé que por ahora quiero estar en esta ciudad y continuar bailando en esta plaza.

Rodolfo no podía creer lo que escuchaba de boca de Mary, prefería quedarse sola antes de estar acompañada por él y por sus amigos. El amor que había sentido hacia el ya no era importante. El no comprendía que Mary ya no se sentía sola, había aprendido que siempre iba a estar acompañada de Dios y que tenía la fortaleza para continuar su vida haciendo lo que más le gustaba y la hacía sentir viva… bailar.

Dedicado a mi hija Maurymar quién sigue danzando al compás de su musica interior

Muchas gracias por leer

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Doing what makes us happy is a passion that we cannot put aside, to continue despite the obstacles fills us with strength and love. This story speaks of that love.

It is very cold, so cold that his bare hands go numb and his fingertips turn purple. Today she arrived very early at the square where she begins her work. To the sound of music from her little radio she dances for the people passing by, she dances for those who stop to watch and she dances for herself, because the music fills every being and with the fast and strong movements of hip hop she expresses what inspires her.

Mary is always the first to arrive to dance, at that hour the square that is surrounded by stores and cafes is already full of people. She sets up her radio and her cash box to collect the money and begins her routine that she has already taught in her small room that she has rented on the hill.

Those who already know her greet her. ¡Hi Mary, you're early, it's getting cold!. ¡Hi Mary how beautiful your hair looks all tousled!. ¡Hey Mary, how did you wake up!. ¡That music is cool!. And so her day goes by among friends of the dance and those who have already made a habit of seeing her dance in the square.

Five months ago Mary arrived accompanied by a group of friends all dancers, but little by little they went to other places and was left alone, but she has not wanted to leave, she fell in love with this place and its people.

Mrs. Luisa, who has been her fairy godmother, comes to her like every morning with a hot meal, she is an angel sent by God to accompany and help her. The first time she spoke with her she came with a tray with food that Mary was afraid to accept, because you never know what people's intentions are. But she knew how to win his trust with her sweet and at the same time determined way of speaking... she could not refuse.

"Mary, I'm going to bring you some gloves tomorrow, look at your hands. By the way, did you notice that a group of young people have arrived at the plaza and by the way they speak, they come from your country? After you left in the afternoon, I saw them dancing."

"I would like to see them, I hope they arrive early," says Mary while she eats a plate of hot chicken soup that Mrs. Luisa brought her, to take away the cold. This city is a refrigerator, with love. Mary imagines that Luisa lives alone, he has never asked her for details of her life and she has never told him either. They keep each other company.

At two o'clock in the afternoon the sun warms up a little and the children coming out of school fill the square with joy, running and playing with the pigeons that flutter above them. The jacarandas are full of purple flowers, which make a carpet on the pavement. This is his favorite time of day.

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Through the center of the square she sees a group of three boys and two girls approaching her on the steps. And amazed she can't believe her eyes, there is Rodolfo, her old boyfriend.

"Hello Mary! what a pleasure to see you here so far from our country, I never imagined I would find you," what a joy, she gives him a big hug and introduces him to her friends.

"What a surprise Rodolfo! When did you arrive in Bogotá?

"We arrived three days ago and we are already dancing here in the square. Why don't you join our group?"

Mary thought about it and decided that she would dance with them, although she felt comfortable dancing alone, because she was used to it.

The next few days the dancers became very popular in the plaza and were doing very well. The profits were shared among all of them. Rodolfo became interested in Mary again, they had broken up because of his continuous infidelities, and he took the opportunity to ask Mary for a second chance.

She did not want to fall in love again, it had been hard for her to forget Rodolfo and to get away from him was one of the reasons to leave the country and now destiny had united them again. But it was so much her insistence and perhaps the loneliness she sometimes felt, that in the end she said yes.

Love did its magic and Mary and Rodolfo enjoyed being together. After dancing in the square they would go for a walk through the streets of the city, they would meet their friends to chat and have a coffee in the cafeteria and a bread so smelly and soft in the bakery where Mary had become friends with the owners. Life was never so beautiful.

But Mary was realizing that Rodolfo was still the same as always, he had not changed much, jealous, dominant and also unfaithful, for him that was very natural, part of his masculinity.

One day Rodolfo approached her after the dance and said to her.

"Mary we have thought about leaving the country, we want other opportunities, to dance on better stages and to be able to attend dance academies. What do you think? We would leave tomorrow, we already have everything organized".

At that moment Mary knew that she did not want to leave, that she liked being there where she danced as she wanted, that she loved the people she had met, Mrs. Luisa, the boys who accompanied her in the mornings, the kind bakery men and the owner of the house where she lived. She loved to wake up early in the morning and see the sun rise over the mountains, to feel the cold breeze that made her nose and ears very red. He loved his freedom, deciding what he would do and what he planned to do in the future.

"Dear Rodolfo I am happy for you that you have those dreams and I wish you the best that can be wished to a friend. But those are your dreams and I have mine and I know that for now I want to be in this city and continue dancing in this square. "

Rodolfo could not believe what he heard from Mary's mouth, she would rather stay alone than be accompanied by him and his friends. The love she had felt for him was no longer important. He did not understand that Mary no longer felt alone, she had learned that she would always be accompanied by God and that she had the strength to continue her life doing what she loved the most and what made her feel alive... dancing.

Dedicated to my daughter Maurymar who continues to dance to the beat of her inner music.

Thanks for reading

La imagen de la presentación la realicé en Canva con fotografías libre de uso/The image of the presentation was made in Canva with free use photographs.