Al ver a aquel hombre con la luz de un rayo, todas las chicas gritaron al unísono y se abrazaron; todo quedó en silencio y Katy la más nerviosa, se tocaba para saber que aún estaba viva. Rachel les dice en voz baja, casi inaudible.

—Debemos salir por la puerta de atrás.

Pero las chicas estaban paralizadas.

Rachel las sacude y las reprende.
—¿O prefieren esperar que venga hacia nosotras? ¡Yo me voy!

Sale y tras ella las demás; casi arrastrándose logran salir. Afuera todo era oscuridad, sus ojos rápido se acostumbraron a la oscuridad, para su suerte salió la luna y con su luz las acompañaba.

—¿Katy?

—Sí — responde detrás de Rachel.

—¿Amanda?

—Acá estoy.

—¿Grettel? — todas se unen al sentir el silencio; Katy comienza a sollozar muerta del miedo.

—Debemos volver adentro —les dice Rachel; Grettel seguro se quedó paralizada.

—No, no, por favor —gimoteaba Amanda.

Trataban de caminar en silencio, pero las hojas secas crujían con sus pasos. Lentamente se fueron acercando a la puerta trasera; Rachel la más valiente, líder y responsable del grupo, decidida les dice:
—Si desean, quédense a esperar, mientras voy por Grettel.

Cruza el portal hacia la penumbra; la luz hace una especie de intermitencia y le permite avanzar por segundos. Va a la sala, pero no encuentra a nadie, en cambio, ve rastros de sangre. Vuelve a quedar en penumbras, pero antes que se apague la luz, ve el reflejo de aquel hombre. Se gira para correr, mas en la oscuridad la alcanza y la toma por el cuello sin darle chance ni siquiera de gritar.

Katy y Amanda abrazadas, con el frío que casi las congelaba. Esperan a Rachel que nunca más volvió. Había transcurrido más de una hora; Amanda le sugiere a Katy que vayan a la camioneta, ya presentían que Rachel y Gretel no volverían. Katy reacciona y recuerda que lleva su móvil, lo saca para alumbrar el camino hasta la camioneta.

Cuando faltan pocos pasos para llegar a la Van; el caballo sale a su paso y las frena. Amanda se impresiona tanto al ver a la bestia que se suelta de Katy y echar a correr, perdiéndose de la vista de su amiga que se queda viendo a aquel cuadrúpedo inmenso de un color negro intenso, con ojos de fuego.

Ella trata de esquivarlo, pero él le salía al paso en todas partes. De repente oye unos pasos tras ella y voltea para ver si es Amanda que vuelve a su encuentro; voltea y ve al hombre sin cabeza, llevaba tres cabezas en su mano izquierda, eran sus amigas. Cayó hincada de rodillas ante tal impresión, facilitándole al hombre hacerle el corte.

Cuenta la leyenda… Al no llegar las chicas a sus hogares, empezó la búsqueda por los cuerpos de seguridad, pero solo hallaron la camioneta: de las cuatro chicas, ni rastros.
Pasado el tiempo prohibieron el acceso y pernocta en dicha cabaña, hasta hoy nadie sabe explicar por qué nadie ha regresado de allí.

link del capítulo anterior:
https://peakd.com/hive-179291/@rinconpoetico7/pijamada-de-horror-espeng

_{Fuentes imagen de la portada Fuente 1 Fuente 2 Fuente 3 Fuente 4 editado por Rincón Poético.}

Texto autoría de:
Yenny Aldazora
D.R.A

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